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Por qué los recortes en salud perjudican siempre a los californianos más vulnerables

Shirley Madden, de 83 años, depende de un cuidador y de sus dos hijas para seguir viviendo en casa, y no en una residencia.

Sus hijas, Carrie, de 55 años, y Kristy Madden, de 60, usan sillas de ruedas y necesitan un segundo cuidador que las ayude en su vida diaria.

Pero ese apoyo crítico para el cuidado, además de otros beneficios de atención médica para millones de californianos, podrían reducirse para ayudar a cubrir el enorme déficit presupuestario provocado por el coronavirus.

El gobernador de California, Gavin Newsom, ha propuesto recortes presupuestarios drásticos a los programas de salud pública, incluyendo Medi-Cal, el programa de Medicaid de California para personas de bajos ingresos, cuando se espera un aumento de inscripciones debido a la pérdida récord de empleos por culpa de la pandemia.

Los expertos temen que estos recortes puedan poner en peligro los miles de millones de dólares en fondos federales de emergencia para la salud asignados a California.

“Entiendo que hay una pandemia y que la situación es mala y que todo el mundo sufre”, dijo Carrie Madden de Chatsworth, California. Carrie y su hermana padecen distrofia muscular y su madre ha sobrevivido a un ataque al corazón mientras lucha contra la demencia.

Los temores de Madden se ven agravados por la crisis de COVID-19, que ha afectado con más fuerza a los mayores y a quienes tienen enfermedades crónicas. No quiere que su madre, su hermana o ella misma terminen en una residencia o en cualquier centro de cuidados a largo plazo, que son los lugares con más brotes.

“Este es el enfoque equivocado”, señaló. “Hará que las personas discapacitadas terminen en residencias para mayores”.

En todo el país, los estados consideran recortes a Medicaid para equilibrar sus presupuestos. En parte porque la salud suele ser la mayor parte del gasto estatal, después de la educación.

También proyectan que más gente se inscribirá en el programa de salud pública, a medida que el número de estadounidenses desempleados alcance niveles astronómicos. Más de 20 millones de estadounidenses solicitaron el subsidio de desempleo en abril, elevando la tasa de personas sin trabajo al 14,7%, la peor desde la Gran Depresión de la década de 1930.

Nueva York aprobó recortes a Medicaid que entrarán en vigor cuando termine la emergencia federal, mientras que Georgia ha dado instrucciones a todas sus agencias para reducir el gasto en un 14%.

En California, donde casi 2,9 millones de personas han solicitado el desempleo en los últimos dos meses, Newsom describió los recortes propuestos como “prudentes” y “estratégicos”, un giro enorme a los grandes planes que dio a conocer a principios de este año para ampliar la atención médica a algunos de los residentes más necesitados.

Para hacer frente a un déficit estimado de $54 mil millones en el presupuesto estatal 2020-21, Newsom propone un recorte de $205 millones —una reducción del 7% en las horas de los cuidadores— al programa de Servicios de Apoyo en el Hogar del que dependen los Maddens.

El programa, financiado principalmente por Medi-Cal, paga a los cuidadores para dar de comer a las personas que necesitan ayuda para vivir de forma independiente, lavar su ropa, bañarlos, administrarles tratamientos médicos y mantener su hogar limpio.

La lista de los otros recortes es larga: reducirá o eliminará programas que permiten a los mayores de bajos ingresos y a los discapacitados vivir en su propio hogar, como la atención médica diurna y el apoyo de los trabajadores sociales.

Propone facilitar al estado el cobro del pago póstumo de los fallecidos, mayores de 55 años, y afiliados a Medi-Cal, por una amplia gama de gastos médicos a través del controvertido “Programa de Recuperación de Bienes”. Sugiere que se reinstauren requisitos de ingresos más estrictos para que algunas personas mayores y las que tengan discapacidades puedan tener derecho a Medi-Cal gratuito.

Y ha pedido a los legisladores que eliminen $54,7 millones en beneficios “opcionales” de Medi-Cal, como la atención de podología para adultos, gafas, terapia del habla y exámenes de audición; beneficios que los mismos legisladores restauraron recientemente después de recortarlos durante la última recesión.

“No son beneficios opcionales para una persona que ha sufrido un derrame cerebral o necesita dientes para comer”, explicó Tricia Berke Vinson, una abogada de la Sociedad de Ayuda Legal del condado de San Mateo.

“Entiendo que estamos en una crisis presupuestaria”, añadió. “Pero no creo que se pueda equilibrar a costa de adultos mayores y enfermos”.

Médicos, dentistas y otros proveedores de atención de salud que tratan a pacientes de Medi-Cal también podrían perder $1,200 millones en pagos suplementarios que se derivan de la Propuesta 56, un impuesto sobre el tabaco que los votantes aprobaron en 2016.

La propuesta del gobernador demócrata incluye un “detonante” automático para eliminar los recortes si el estado obtiene más dólares federales para la crisis de la COVID, trasladando la responsabilidad al Congreso para negociar otro paquete de estímulo.

No se sabe si los legisladores aceptarán los enormes recortes a Medi-Cal que el gobernador ha propuesto. Por ejemplo, el plan del Senado estatal preserva la financiación de Medi-Cal y supone que el Congreso aprobará otro proyecto de ley de estímulo.

Ambas cámaras de la legislatura deben llegar a un acuerdo y presentar su versión del presupuesto al gobernador antes del 15 de junio.

“Salvar estos programas es salvar vidas y ahorrar dinero”, indicó el legisador Jim Wood (demócrata de Santa Rosa), presidente del Comité de Salud de la Asamblea. “Corten estos programas y los costos aumentarán y se perderán vidas”.

Tanto los expertos como algunos legisladores temen que el enfoque de Newsom pueda poner en peligro los miles de millones de dólares, en fondos federales de emergencia para la salud, que ya están asignados a California.

Los estados que abandonan a los inscritos en Medicaid, o reducen sus beneficios, corren el riesgo de perder los pagos federales de salud adicionales autorizados por el Congreso esta primavera, expresó Edwin Park, experto en Medicaid y profesor de la Escuela McCourt de Política Pública de la Universidad de Georgetown.

“El gobierno federal ha dicho que no se puede reducir la elegibilidad ni cancelar o recortar los beneficios”, dijo Park, y señaló que los legisladores de Nueva York retrasaron los recortes de Medicaid del estado hasta después de que terminara la emergencia federal, para asegurarse de que recibirán la ayuda federal ahora.

Los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid no respondieron a las solicitudes de comentarios. La guía publicada en su sitio web sugiere que los estados deben mantener intactos los programas de Medicaid.

Se espera que California reciba $5.1 mil millones en fondos federales adicionales para Medi-Cal hasta el 30 de junio de 2021, según el presupuesto que Newsom hizo público a mediados de mayo.

La administración Newsom no cree que los recortes presupuestarios de Medi-Cal le cuesten al estado el dinero federal adicional ya aprobado por el Congreso.

“Nunca hay una garantía hasta que hablemos con el gobierno federal. Así que hasta entonces, es difícil decir qué se va a hacer a nivel federal”, dijo Yang Lee, analista del Departamento de Finanzas del estado.

La administración Newsom calcula que unos dos millones de californianos se inscribirán en Medi-Cal para julio como resultado de la pandemia, lo que eleva la inscripción en el programa a 14.5 millones, más de un tercio de todos los californianos.

La administración estima $3,100 millones en gastos adicionales para cubrir a los nuevos inscritos. La Legislative Analyst’s Office cree que esa cifra representa un exceso de $750 millones, en parte porque los nuevos inscritos serán principalmente personas más jóvenes y saludables que no necesitan tanta atención como los mayores de bajos ingresos y las personas con discapacidades.

Para muchos de los inscritos, las propuestas de Newsom recortarían múltiples beneficios.

Cynde Soto, de 63 años, dijo que se sintió como si “alguien me hubiera dado un puñetazo en el estómago” cuando supo que el plan del gobernador recortaría el presupuesto de los Servicios de Apoyo en el Hogar. Esta residente de Long Beach, que es tetrapléjica,  teme que los recortes del estado la obliguen a ir a una residencia de mayores. Además, teme perder la atención dental y de visión de Medi-Cal si se aprueban los otros recortes de Newsom.

“Es una pesadilla. No sé qué voy a hacer”, comentó Soto. “¿Por qué siempre somos los primeros a los que golpean?”.

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