Philadelphia. — Zarinah Lomax es una documentalista poco común. Ha diseñado vestidos con las cintas amarillas de escenas de crimen y abrigos con leyendas pintadas a mano que dicen: “No Disparen”, en dorado, negro y púrpura. Cada pocos meses, transporta docenas de retratos de habitantes de Philadelphia —caras vibrantes, audaces y más grandes que la vida misma— a galerías temporales para alertar sobre la violencia armada en su ciudad natal, y en América.
En un depósito, Lomax estima que tiene unos mil lienzos, en su mayoría de jóvenes que murieron por disparos, y otros de madres, hermanas, amigos y dolientes que se preguntan por qué.
“El propósito no es hacer llorar a la gente”, dijo Lomax, una nativa de Philadelphia que ha viajado a Nueva York, Atlanta y Miami para colaborar en exhibiciones similares sobre este trauma. “Es para que las familias y las personas que han pasado por esto sepan que no son olvidadas”.
Cada persona “no es un número. Este es el hijo de alguien. La hija de alguien que estaba trabajando en algo”, dijo. “Los retratos no son solo retratos. Nos están diciendo cuáles son las consecuencias de lo que está sucediendo en nuestras ciudades”.
Las armas de fuego en 2020 se convirtieron en la causa número uno de muerte en niños y adolescentes menores de 18 años —tanto por suicidios como por agresiones— y una nueva investigación sobre la crisis de salud pública del Instituto Blavatnik de la Escuela de Medicina de Harvard muestra cómo esas pérdidas se extienden a través de familias y vecindarios, con costos económicos y psicológicos significativos.
El 25 de junio, Vivek Murthy, cirujano general de Estados Unidos, declaró a la violencia armada como una crisis de salud pública, remarcando: “Cada día que pasa perdemos más niños por la violencia armada. Cuantos más niños presencian episodios de violencia armada, más niños que son heridos por disparos y sobreviven están lidiando con impactos físicos y mentales de por vida”.
Philadelphia ha registrado más de 9,000 tiroteos fatales y no fatales desde 2020, con aproximadamente el 80% de las víctimas identificadas como negras no hispanas, según el controlador de la ciudad. Entre los heridos o muertos, aproximadamente el 60% tenía 30 años o menos.
Lomax ha sido una fuerza singular para que las estadísticas no se olviden. Desde 2018, cuando un joven amigo que estaba a punto de graduarse de la Universidad Estatal de Pennsylvania fue asesinada a tiros un domingo por la tarde en Philadelphia, Lomax se propuso apoyar la sanación entre aquellos que experimentan violencia.
Lanzó un programa en PhillyCAM, un canal de medios de acceso comunitario, para alentar a las personas a hablar sobre armas, opioides y el duelo. Organizó desfiles de moda con artistas locales y familias que se centraron en dar testimonio del sufrimiento. Se centró en el retrato, contactando a artistas locales para conmemorar las vidas, no las muertes, de los jóvenes de Philadelphia.
Comenzó a rastrear tiroteos en las redes sociales, en las noticias y a veces de boca en boca. En 2022, el Ayuntamiento abrió tres pisos para una notable exhibición de vidas perdidas, organizada por Lomax y creada por docenas de artistas.
Recientemente compartió los retratos en una cumbre patrocinada por la organización sin fines de lucro Brady: United Against Gun Violence y CeaseFirePA. La reunión ofreció orientación sobre la aplicación de regulaciones para prevenir compras de armas que impulsan el crimen y proporcionó datos sobre el tráfico de armas a través de las fronteras estatales.
Lomax sabía que el arte, exhibido a lo largo del escenario, ponía en evidencia la importancia del tema.
Miren estas caras, dijo ella. Estas personas eran prometedoras. ¿Qué pasó? ¿Qué se puede hacer?
Lomax, ahora de 40 años, dijo que las conversaciones que inicia tienen un propósito. Algunos cuadros los regala a las familias. Otros los guarda para futuras exhibiciones.
“Esto no es lo que me propuse hacer en la vida”, dijo ella. “Cuando estaba creciendo, pensé que sería enfermera. Pero supongo que de esta forma estoy cuidando a las personas”.
En lo que va del año, Philadelphia ha visto una disminución en el número de asesinatos, según una base de datos en línea de AH Datalytics, pero se encuentra entre las cinco ciudades principales en conteo de asesinatos. El año pasado, los investigadores de Harvard establecieron que las comunidades y familias quedan vulnerables por las lesiones con armas de fuego.
El estudio de 2023 dirigido por Zirui Song, profesor asociado de política de atención médica en Harvard, examinó datos relacionados con recién nacidos hasta los 19 años. La investigación documentó un costo económico “masivo”, con un aumento promedio de $35,000 en el gasto en atención médica para los sobrevivientes en el año posterior a un tiroteo, y desafíos de salud mental que alteran la vida.
Los sobrevivientes de tiroteos y sus cuidadores, ya sea lidiando con lesiones físicas o miedo generalizado, a menudo luchan con “lesiones invisibles y duraderas, incluidos trastornos psicológicos y de uso de sustancias”, según Song, quien también es internista general en el Hospital General de Massachusetts.
Su estudio encontró que los padres de niños heridos experimentaron un aumento del 30% en trastornos psiquiátricos en comparación con los padres cuyos hijos no sufrieron heridas de bala.
Desiree Norwood, quien pinta con acrílicos, ha estado ayudando a Lomax desde 2021. Como a todos los artistas, Lomax le paga. Ha completado unos 30 retratos, siempre después de sentarse con la familia de la víctima. “Obtengo una historia de fondo para poder incorporarla en el retrato”, dijo. “A veces lloramos. A veces rezamos. A veces tratamos de animarnos mutuamente. Es difícil de hacer”.
“Espero que un día no tenga que pintar otro retrato”, dijo Norwood, madre de cinco hijos. “La idea de que Zarinah haya tenido tantas exhibiciones, con numerosas personas que han muerto, es aterradora y desgarradora”.
Mike Doughty, un artista digital autodidacta, fue uno de los que querían ayudar a “honrar y ofrecer una mejor mirada de quiénes eran estas personas”. Doughty, un empleado de la ciudad que trabaja en un juzgado, puede ser mejor conocido Philadelphia por una serie de murales en los que ha agrupado a famosos nacidos en la ciudad como Will Smith, Grace Kelly y Kevin Hart.
Ha producido unos 150 retratos en su iPad y laptop, trabajando con el grupo sin fines de lucro de Lomax, The Apologues, para ponerle rostro a una frase, incrustada en una escena, que transmite el potencial perdido de la juventud.
“Al principio fue difícil de hacer,” dijo Doughty, quien trabaja a partir de fotografías familiares. “Miro y pienso: Son niños. Solo niños”.
Una vez, recibió un mensaje de texto de Lomax buscando un retrato de un rapero que reconoció de espectáculos de arte y música. Otro día, abrió un correo electrónico y encontró una foto de un hombre que conocía de la escuela secundaria. En mayo, Doughty compartió en Instagram su proceso de trabajo para un retrato de Derrick Gant, un rapero con el nombre artístico Phat Geez, que fue asesinado a tiros en marzo.
El asesinato ocurrió unas semanas después que el rapero lanzara “No Gunzone”, un video musical que hace referencia a una cuenta de Instagram que promueve esfuerzos contra la violencia en la ciudad.
Doughty, de 33 años, que creció en la sección Nicetown del norte de Philadelphia, señaló irónicamente: “No era tan agradable”. Las exhibiciones de Lomax, dijo, permiten a las familias, incluso a los vecindarios, procesar el dolor y el sufrimiento.
“Fui a la última y una madre se acercó y dijo, ‘¿Dibujaste el retrato de mi hijo?’ Simplemente cayó en mis brazos, llorando. Fue un momento tan emotivo”, contó. “Y un recordatorio de por qué hacemos lo que hacemos”.
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