Jen Fisher solo puede hacer ciertas cosas para proteger a su hijo de las infecciones que los niños pueden contraer en la escuela. Dijo que el resto depende de otros estudiantes y padres en su ciudad natal de Franklin, en Tennessee.
El hijo de Fisher, Raleigh, de 12 años, vive con una afección cardíaca congénita que ha debilitado su sistema inmune. Ha recibido todas las vacunas recomendadas a su edad, para su protección. Pero incluso con estas vacunas, un virus que para otro niño significaría estar en cama un par de días, para Raleigh podría transformarse en una enfermedad grave, terminando en una sala de emergencias, explicó Fisher.
“Queremos que todos estén vacunados para que enfermedades como el sarampión y cosas que básicamente han sido erradicadas no regresen”, dijo Fisher. “Esas pueden definitivamente tener un efecto muy adverso en Raleigh”.
Durante gran parte de la vida de Raleigh, Fisher podía estar tranquila gracias a la alta tasa de vacunación infantil en Tennessee, un punto positivo de salud pública en un estado conservador con resultados de salud deficientes y una de las expectativas de vida más cortas del país.
Mississippi y West Virginia, dos estados también conservadores, con malos resultados de salud y baja expectativa de vida, también tienen algunas de las tasas de vacunación más altas para niños de kinder en el país.
Esta aparente contradicción se debe a que los requisitos de vacunación infantil no siempre se alinean con otras características de los estados, dijo James Colgrove, profesor de la Universidad Columbia que estudia los factores que influyen en la salud pública.
“Los tipos de políticas que tienen los estados no encajan perfectamente en la categoría de ‘rojo’ o ‘azul’ o en una región u otra”, dijo Colgrove.
Defensores, médicos, investigadores, y funcionarios de salud pública temen que estos puntos positivos de salud pública en algunos estados estén desapareciendo: muchos han informado recientemente un aumento en las personas que optan por no vacunar a sus hijos, a medida que cambian las opiniones de los estadounidenses.
Durante el año escolar 2023-24, el porcentaje de niños de kinder exentos de una o más vacunas aumentó al 3.3%, el más alto jamás reportado, con aumentos en 40 estados y Washington, DC, según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Tennessee y Mississippi estuvieron entre los estados con aumentos. Casi todas las exenciones a nivel nacional fueron por razones no médicas.
Los defensores de la vacunación temen que los mensajes antivacunas puedan acelerar un creciente movimiento de “libertad sanitaria” impulsado por líderes en estados como Florida.
Este impulso contra las vacunas probablemente continuará creciendo con la elección de Donald Trump como presidente y su propuesta de nominar al activista antivacunas Robert F. Kennedy Jr. como secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
Pediatras en estados con altas tasas de exenciones, como Florida y Georgia, dicen estar preocupados por lo que observan: niveles decrecientes de inmunización entre niños de kinder, lo que podría llevar a un resurgimiento de enfermedades prevenibles por vacunación, como el sarampión. En algunas áreas, el Departamento de Salud de Florida reportó tasas de exenciones no médicas de hasta un 50% para niños.
“La exención religiosa es enorme”, dijo Brandon Chatani, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas en Orlando. “Eso ha permitido una forma fácil para que estos niños vayan a las escuelas sin vacunas”.
En muchos estados, es más fácil obtener una exención religiosa que una médica, que a menudo requiere la aprobación de un médico.
En la última década, California, Connecticut, Maine y Nueva York han eliminado las exenciones religiosas y filosóficas de los requisitos de vacunación escolar. West Virginia no las ha tenido.
Idaho, Alaska y Utah tuvieron las tasas de exención más altas durante el año escolar 2023-24, según los CDC. Estos estados permiten que los padres o tutores legales eximan a sus hijos por razones religiosas presentando un formulario notarizado o una declaración firmada.
Florida y Georgia, con algunas de las tasas reportadas más bajas de vacunación para niños de kinder, permiten que los padres eximan a sus hijos presentando un formulario en la escuela o guardería.
Ambos estados han informado disminuciones en la aplicación de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (conocida como MMR), una de las vacunas infantiles más comunes. En Georgia, la cobertura de la MMR para niños de kinder cayó de 93.1% en el año escolar 2019-20 al 88.4% en el año escolar 2023-24, según los CDC. En Florida, en el mismo período, bajó de 93.5% al 88.1%.
Andi Shane, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas en Atlanta, atribuye las tasas decrecientes en Georgia a familias que no tienen acceso a un pediatra. Las políticas estatales sobre exenciones también son clave, dijo.
“Hay muchos datos que respaldan el hecho de que cuando no se permiten exenciones por creencias personales, las tasas de vacunación son más altas”, aseguró Shane.
En diciembre, funcionarios de salud pública de Georgia lanzaron un aviso diciendo que el estado había registrado significativamente más casos de tos ferina que el año anterior. Según datos de los CDC, Georgia reportó 280 casos en 2024 en comparación con 96 el año anterior.
Hasta 2023, Mississippi era uno de los pocos estados que permitía a los padres optar por no vacunar a sus hijos solo por razones médicas, y únicamente con la aprobación de un médico. Eso hizo que tuviera una de las tasas de vacunación más altas del país hasta el año escolar 2023-24.
“Es una de las pocas cosas que Mississippi ha hecho bien”, dijo Anita Henderson, pediatra que ha ejercido en la parte sur del estado durante casi 30 años. Aseguró que, en términos de salud, las tasas de vacunación infantil eran el único “rayo de luz” del estado.
Pero eso cambió en abril de 2023 cuando un juez federal ordenó a los funcionarios estatales comenzar a permitir exenciones religiosas. Según Henderson, el fallo ha alentado a muchas familias.
“Estamos viendo cada vez más escepticismo, más dudas sobre las vacunas y una falta de confianza debido a este fallo”, dijo.
Desde la orden judicial que permite las exenciones religiosas, los funcionarios estatales han otorgado más de 5.000, según el departamento de salud estatal. Daniel Edney, oficial de salud del estado, dijo que la mayoría de las solicitudes provienen de residentes “más pudientes” en bolsones de riqueza del estado.
“La mayoría de las personas escuchan las opiniones de los expertos, como sus pediatras y médicos de familia, para mantenerse al día con el calendario de vacunación porque es lo mejor para proteger a sus hijos”, dijo.
La ley de vacunación de West Virginia —que no permite exenciones no médicas— también podría cambiar pronto, dijo Matthew Christiansen, quien fue oficial de salud del estado hasta que renunció en diciembre.
El año pasado, un proyecto de ley que habría ampliado las exenciones avanzó en la Legislatura, pero fue vetado por el gobernador saliente republicano Jim Justice. El gobernador entrante, el republicano Pat Morrisey, ha sido un crítico abierto de los mandatos de vacunación: emitió una orden ejecutiva vigente a partir del 1 de febrero para proponer disposiciones que permitan las exenciones de vacunación por motivos religiosos y de conciencia.
“Quiero enviar un mensaje de que si tienes una creencia religiosa, entonces vamos a tener una excepción”, dijo en una conferencia de prensa el 14 de enero. “No vamos a ser la excepción.
Las personas que usan como argumento sus libertades personales para rechazar vacunas para sus hijos pueden, en última instancia, limitar la capacidad de otros para vivir plenamente, dijo Christiansen. “Que los niños contraigan sarampión, paperas y polio, y queden paralizados de por vida, es un impedimento para la libertad y autonomía personal de esos niños”, enfatizó.
Desde la pandemia de covid, el sentimiento antivacunas ha ido en aumento en Tennessee. La organización Stand for Health Freedom redactó una carta para que los ciudadanos enviaran a sus legisladores estatales pidiendo la renuncia de la directora médica del Programa de Vacunas y Enfermedades Prevenibles por Vacunación de Tennessee. El grupo dijo que la directora había demostrado una “falta de respeto por los derechos de consentimiento informado” de las personas.
“Se sienten empoderados por la idea de que esta administración presidencial parece creer firmemente que muchos de estos temas deberían ser devueltos a los estados”, dijo Emily Delikat, directora de Tennessee Families for Vaccines, un grupo pro-vacunación.
En última instancia, como muchas intervenciones efectivas de salud pública, las vacunas son víctimas de su propio éxito, dijo Henderson, la pediatra de Mississippi. La mayoría de las personas no han presenciado brotes de sarampión o polio, por lo que olvidan lo peligrosas que son estas enfermedades, agregó.
“Desafortunadamente, puede que se necesite un resurgimiento de esas enfermedades para crear conciencia sobre el hecho de que son mortales y prevenibles”, dijo. “Espero que no se tenga que llegar a eso”.
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