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Para pacientes, padres y cuidadores, los recortes a Medicaid son una afrenta personal

TUSTIN, California — Cynthia Williams está furiosa con los republicanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos que están dispuestos a recortar Medicaid, el programa de salud dirigido por el gobierno para personas de bajos ingresos o con discapacidades.

La residente de Anaheim, de 61 años, cuida de su hija adulta, que es ciega, y de su hermana, una veterana militar con trastorno de estrés postraumático grave y otras afecciones de salud mental. Medi-Cal, la versión estatal de Medicaid, le paga a Williams para que las cuide, y ella depende de ese ingreso, al igual que su hermana y su hija dependen de ella.

“Seamos realistas. No deberíamos tener que estar aquí esta noche”, dijo Williams a una ruidosa multitud de más de 200 personas en una junta comunitaria. “Deberíamos estar en casa, pasando tiempo con nuestros seres queridos y nuestras familias, pero estamos aquí. Y estamos aquí para luchar, porque cuando los políticos intentan quitarnos nuestra atención médica, no tenemos la opción de quedarnos de brazos cruzados y dejar que ocurra”.

La primera semana de marzo, la Cámara de Representantes aprobó un plan presupuestario republicano que podría reducir el gasto de Medicaid en $880.000 millones a lo largo de 10 años.

Un recorte de gastos de esa magnitud tendría un enorme impacto en California, con casi 15 millones de personas (más de un tercio de la población) en Medi-Cal. Más del 60% del presupuesto de $161.000 millones de Medi-Cal proviene de Washington.

Williams estaba entre una docena de proveedores, defensores de pacientes, personas que viven con discapacidades y familiares que se pusieron de pie uno tras otro para contar sus historias. La representante Young Kim, republicana cuyo distrito incluye esta ciudad relativamente rica del condado de Orange, rechazó una invitación para que ella o un miembro del personal asistieran. Pero sus electores le transmitieron su mensaje alto y claro, a ella y a los demás republicanos en el Congreso: no toquen Medicaid.

Josephine Ríos, asistente de enfermería en un centro quirúrgico de Kaiser Permanente en Irvine, dijo que su nieto de 7 años, Elijah, ha recibido tratamientos indispensables a través de Medi-Cal, incluyendo un medicamento de $5.000 al mes que controla sus convulsiones, que pueden ser mortales. Elijah tiene parálisis cerebral y se encuentra entre más del 50% de los niños de California cubiertos por Medi-Cal.

“Recortar Medicaid, Medi-Cal, es como decir que no puede vivir. No puede prosperar. Se quedará en la cama y no hará nada”, dijo Ríos. “¿Quiénes son ellos para juzgar quién vive y quién no?”.

Dos tercios de los californianos de todos los partidos se oponen a los recortes a Medi-Cal, según una nueva encuesta de la California Health Care Foundation y NORC en la Universidad de Chicago.

El foro fue uno de los tres que organizó a fines de febrero “Fight for Our Health”, una coalición de sindicatos y grupos de defensa de la salud, para atacar a los miembros republicanos de la Cámara de Representantes cuyos distritos de California se consideran políticamente competitivos.

Los otros dos se realizarán en Bakersfield, parte de la cual está representada por el representante David Valadao, y Corona, donde vive el representante Ken Calvert. En las últimas semanas, han surgido otros foros y protestas en todo el país.

La coalición ha retomado una campaña (parte de un movimiento nacional más amplio) que luchó contra el intento fallido del Partido Republicano de derogar la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA) en 2017.

La pérdida del control de la Cámara por parte de los republicanos en las elecciones de medio término de 2018 se ha atribuido ampliamente a su postura sobre la atención médica. Valadao estuvo entre los miembros del Partido Republicano que perdieron sus escaños en 2018, aunque lo recuperó dos años después.

Aun así, votó a favor de la propuesta presupuestaria de la Cámara a principios de marzo, a pesar de que aproximadamente dos tercios de la población de su distrito está en Medicaid (la cifra más alta del estado) y a pesar de que es uno de los ocho miembros republicanos de la Cámara que enviaron una carta al voceru de la Cámara Mike Johnson advirtiéndole sobre las “graves consecuencias” de los profundos recortes a Medicaid.

La oficina de Valadao no respondió a las solicitudes de comentarios.

Calvert, que ha estado en la Cámara por 32 años y logró la reelección el pasado noviembre, también votó a favor del presupuesto, como Kim. Los nueve miembros republicanos de la delegación del Congreso de California lo apoyaron, al igual que todos los republicanos de la Cámara excepto uno.

Los críticos del plan presupuestario dicen que ayuda a los ricos a expensas de los más vulnerables de la sociedad, un argumento que se repitió vigorosamente en la junta de Tustin. Pero los partidarios del plan dicen que extender los recortes impositivos, cuyas disposiciones clave expirarán a fines de este año, evitaría un gran aumento de impuestos para los estadounidenses promedio y beneficiaría más a las familias de bajos ingresos.

“Las familias estadounidenses se enfrentan a un aumento masivo de impuestos a menos que el Congreso actúe antes de fin de año”, dijo Calvert en una declaración a KFF Health News antes de la votación. Prometió que el Partido Republicano no tocaría la Seguridad Social (Social Security) ni Medicare.

No ofreció garantías similares sobre Medicaid, pero dijo: “No estamos interesados ​​en recortar la red de seguridad social y sanitaria para los niños, los discapacitados y los estadounidenses de bajos ingresos. Estamos centrados en eliminar el despilfarro, el fraude y el abuso”.

El documento que recibió luz verde hace pocos días no especifica detalles sobre los recortes, aunque instruye al Comité de Energía y Comercio, que supervisa el gasto en Medicaid y Medicare, a recortar $880.000 millones, una gran parte de los $2.000 millones en recortes totales.

La angosta mayoría del Partido Republicano significa que Johnson tendrá un camino estrecho para conseguir la aprobación de un presupuesto más detallado. El apoyo republicano, ya sea de los halcones fiscales que quieren recortes más profundos del gasto o de los miembros de la Cámara de Representantes preocupados por recortar Medicaid, podría fluctuar a medida que se definan los detalles.

Además, la Cámara de Representantes debe llegar a un compromiso con el Senado, que ha aprobado una resolución presupuestaria mucho más limitada que, por ahora, deja fuera los grandes recortes de impuestos.

Al igual que Kim, Valadao y Calvert rechazaron las invitaciones para asistir o enviar personal a las reuniones comunitarias en sus regiones. En la reunión de Tustin, varios oradores reprendieron a Kim por su ausencia. En un momento, la gran pantalla detrás del podio mostró una imagen de una silla vacía con las palabras, en letras grandes, “Congresista Kim, le reservamos un asiento”.

La vocera de Kim, Callie Strock, dijo en un correo electrónico que Kim y su personal local tenían compromisos preexistentes esa noche. Agregó que Kim está “comprometida a proteger y fortalecer nuestro sistema de atención médica”.

Pero los asistentes estaban claramente preocupados.

“Es una obligación moral para todos nosotros mirar a las personas más desfavorecidas de nuestro país y cuidarlas bien”, dijo Beth Martinko, cuyo hijo de 33 años, Josh, tiene autismo y depende de Medi-Cal para su atención. “Esto no tiene lugar en la política”.

Esta historia fue producida por Kaiser Health News, que publica California Healthline, un servicio editorialmente independiente de la California Health Care Foundation.

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