AUSTIN, Texas – Connor Wilton se mudó a esta ciudad por la música. El cantante y guitarrista de 24 años “no conocía a nadie en Austin” y al principio se sintió bastante solo.
Si bien la capital de Texas es uno de los lugares más bulliciosos de la nación y se encuentra bien arriba en muchas de las listas de las mejores ciudades, Wilton no lo sentía. Vivía cerca de la Universidad de Texas, pero no era un estudiante; dijo que caminar por “el mega complejo social que es UT-Austin” era intimidante, con sus casi 52,000 estudiantes, todos aparentemente divirtiéndose.
“Definitivamente sientes que estás afuera, y es difícil penetrar esa burbuja”, dijo Wilton.
Austin atrae a miles de recién llegados con su próspera economía, basada en tecnología, nuevas empresas y emprendimientos. Apple está planeando una expansión de $1,000 millones que hará de Austin el centro más grande de la compañía fuera de California. La edad promedio de sus residentes es 32.7 años.
Pero Austin también se ubica entre los primeros lugares entre las ciudades con más personas solas, según una encuesta nacional realizada por la empresa de servicios de salud global Cigna. Casi la mitad de los 20,000 adultos encuestados el año pasado informaron sentirse solos a veces o siempre (46%) o excluidos (47%). La generación Z (personas entre los 18 y 22 años) y los millennials (entre 23 y 37) se pusieron a sí mismo calificaciones altas en sentimientos asociados con la soledad.
La soledad, con sus efectos nocivos bien documentados sobre la salud, ya se está llamando epidemia y una amenaza para la salud pública, especialmente entre los adultos mayores. Pero ahora los expertos están descubriendo que generaciones jóvenes conectadas siempre a las redes sociales también reportan sentirse solos.
“Las personas más jóvenes están realmente sorprendidas de sentirse solas y realmente abrumadas por este sentimiento”, dijo Dawn Fallik, profesora asociada de la Universidad de Delaware en Newark, quien está trabajando en un libro sobre la soledad. Fallik realiza conferencia con un nombre sugestivo: “Generación soledad: 10.000 seguidores y ningún amigo”.
“Han estado rodeados de conversaciones durante toda su vida, así que cuando ocurre el silencio, les cuesta mucho tolerarlo y creen que algo anda mal”, dijo Fallik.
Fallik dijo que los adultos jóvenes pueden pensar más en su propia soledad, motivados por las celebridades que centran su atención en sentirse solos, como Lady Gaga en su documental de 2017.
Daniel Russell, profesor de desarrollo humano y estudios de familia en la Universidad Estatal de Iowa, dijo que el conflicto entre la cantidad de amigos cercanos que te gustaría tener y los pocos que tienes puede crear sentimientos de soledad y aislamiento social.
En el estudio de Cigna del año pasado, la Generación Z obtuvo la puntuación más alta en la escala de soledad de UCLA, la medida estándar para la investigación de la soledad.
Sus 17 encuestas regionales encontraron que el 60% de los residentes de Austin reportaron soledad en comparación con el 54% a nivel nacional. De los encuestados, el 60% dijo que a veces o con frecuencia sienten que nadie los conoce bien.
Una de las razones de estos sentimientos es el crecimiento de la población de la ciudad, que equivale a 152 recién llegados al día desde 2010, según un análisis de la Cámara de Austin de los datos del Censo publicados a fines de febrero.
“Es una ciudad súper transitoria”, dijo Elliot Meade, de 27 años, quien se mudó en agosto desde Nueva York para trabajar en finanzas.
“Los primeros meses fueron difíciles, pero lo digo en el contexto de nunca haberme mudado a un lugar donde no tenía raíces”, dijo. “Vivo solo. Probablemente hubiera preferido tener compañeros de cuarto. No conocía a nadie y no quería arriesgarme con extraños. Tuve que hacer un esfuerzo para socializar, encontrar intereses comunes y construir relaciones”.
A diferencia de los trabajadores jóvenes de las generaciones mayores, es menos probable que estos adultos jóvenes se unan a asociaciones profesionales, clubes rotarios u otros grupos para compartir con sus compañeros. Y las organizaciones no proporcionan el valor de las conexiones y los recursos que alguna vez ofrecieron ahora que las personas pueden encontrar todo lo que necesitan con un clic.
“Lo que surge una y otra vez es lo aterrador que es para ellos salir a la realidad”, dijo Fallik. “Hemos perdido esas habilidades sociales cuando alguien está enfermo y tú les traes sopa o alguien murió y tienes esa visita. “Hemos perdido la capacidad de tener esas conversaciones y, como no lo tenemos ahora, mis alumnos están aterrorizados por esas conversaciones en las que los miras a los ojos”.
Sin embargo, David Stillman, autor y experto en diferencias generacionales, dijo que mudarse a un nuevo lugar es una transición de vida que es desalentadora sin importar la edad.
“Cualquier persona que se mude a un nuevo lugar está en transición y va a evocar sentimientos solitarios”, dijo. “Pienso en mi suegra de 81 años que se mudó de Florida a Minneapolis. Los primeros meses, sintió una masiva soledad. No estoy seguro de si eso es diferente de mi sobrino que fue a la Universidad de Michigan en el otoño como estudiante de primer año y las primeras semanas fueron un poco solitarias”.