Justo al lado de la histórica Ruta 66, en el este de Nuevo México, un hospital de 10 camas ha brindado atención de emergencia durante décadas a un flujo constante de personas lesionadas en accidentes automovilísticos y accidentes de ganadería.
También ha servido como una opción cercana al hogar para el paciente ocasional que pasa la noche, generalmente residentes mayores con neumonía o problemas cardíacos. Es el único hospital para las más de 4,500 personas que viven en una franja de 3,000 millas cuadradas de llanuras altas y lagos, al este de Albuquerque.
“Queremos ser el centro que salva vidas”, dijo Christina Campos, administradora del Hospital del Condado de Guadalupe en Santa Rosa. Sus líderes no tienen ningún interés en crecer o ser un negocio grande y rentable, dijo.
Pero incluso con un gravamen fiscal para ayudar a mantener el puesto médico, la instalación perdió más de $1 millón en los últimos seis meses, explicó Campos: “Durante años, hemos estado anticipando nuestra propia desaparición, rezando para que apareciera un programa que nos volviera sostenibles”.
Guadalupe es uno de los primeros del país en iniciar el proceso de conversión para transformarse en un Hospital Rural de Emergencia. La designación se creó como parte del nuevo programa de pago federal lanzado por los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) para proveedores rurales, el primero en 25 años.
Y aunque no se espera que sea una solución permanente a las presiones que enfrentan las zonas rurales de Estados Unidos, tanto los responsables de formular políticas como los operadores de hospitales esperan que frene la hemorragia financiera que continúa cerrando hospitales en esas comunidades.
Más de 140 hospitales rurales han cerrado en todo el país desde 2010, y observadores de políticas de salud no están seguros de cuántas de las más de 1,700 instalaciones rurales elegibles para la nueva designación aplicarán.
Funcionarios de los CMS dijeron a fines de febrero que siete ya han presentado solicitudes. El doctor Lee Fleisher, director del Centro de Estándares Clínicos y Calidad de los CMS, dijo que el tiempo que tomará revisar las solicitudes variará. La agencia se negó a proporcionar los nombres o ubicaciones de los hospitales que buscan la designación.
Las instalaciones cambien su designación obtendrán un aumento del 5% en los pagos de Medicare, así como un pago anual promedio de la tarifa de la instalación de alrededor de $3.2 millones a cambio de renunciar a sus costosas camas para pacientes hospitalizados y centrarse únicamente en la atención de emergencia y ambulatoria.
Los hospitales rurales con 50 camas o menos que cerraron después de la aprobación de la ley el 27 de diciembre de 2020 son elegibles para solicitar el nuevo modelo de pago si reabren.
El nuevo programa “me sorprende como la primera vez que decimos, ya sabes, tal vez podamos sacar las camas”, dijo la doctora Paula Chatterjee, profesora asistente de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pennsylvania. Las visitas ambulatorias y de emergencia ya representan alrededor del 66% de los pagos de Medicare para hospitales rurales que son elegibles para convertirse, según una investigación reciente de Chatterjee.
Aun así, descubrió que es probable que muchos necesiten ampliar algunos servicios ambulatorios, como la telesalud y la atención de adicciones. Incluso entonces, es posible que el modelo de pago no pueda cambiar las “presiones fundamentales” de las poblaciones en declive, el envejecimiento y las enfermedades que dificultan la prestación de atención en las zonas rurales del país, explicó.
“Esto se siente como reorganizar las sillas de cubierta en el Titanic”, dijo Chatterjee.
Más de 50 hospitales y otras organizaciones han expresado interés en la designación de emergencia rural, dijo Janice Walters, directora de operaciones de programas del Rural Health Redesign Center, que tiene una subvención federal para brindar asistencia técnica a las instalaciones interesadas en convertirse.
La mayoría de los hospitales “todavía están tratando de descifrar la pregunta, ‘¿Funcionarán las matemáticas?'”, dijo Walters.
Los que muestran un interés inmediato son muy pequeños, con tres o menos pacientes que se quedan a pasar la noche en un día determinado y, en general, hace tiempo que abandonaron la atención de maternidad para ahorrar en gastos. Será necesario enmendar la ley federal para ayudar a los hospitales rurales más grandes con más estadías nocturnas, dijo Brock Slabach, director de operaciones de la Asociación Nacional de Salud Rural.
“Es suficiente por ahora”, dijo Slabach. “Pero, ¿será suficiente a largo plazo? No me parece”. Las principales prioridades del grupo incluyen sumar capacidad para que los hospitales participen en un programa federal de descuentos en medicamentos y permitir estadías más prolongadas para los pacientes.
En Stillwater Medical, en Oklahoma, el director administrativo Steven Taylor dijo que el cambio ya tiene sentido para dos de los hospitales más pequeños del sistema que “han tenido problemas financieros”. El puesto de avanzada del pequeño sistema de salud regional en Perry, que rara vez tiene más de dos pacientes hospitalizados por día, ya presentó una solicitud, y su instalación en Blackwell probablemente lo hará pronto, dijo.
Mantener los servicios de emergencia “es lo más importante” para las pequeñas comunidades, enfatizó. El nuevo modelo requiere un departamento de emergencias las 24 horas y un médico de guardia. También limita la duración promedio de las estadías de los pacientes a 24 horas, lo que, según Taylor, no es un problema.
Es posible que un paciente deba ser observado durante 12 horas por dolor en el pecho, mientras que otro, con neumonía, deba permanecer durante 36 horas, pero eso promediará menos de 24 horas por año, dijo.
Agregó que, además, cualquier persona que necesite una atención más intensa puede ser trasladada a su hospital regional en Stillwater. Oklahoma, al igual que otros estados, está trabajando para actualizar las leyes estatales de licencias o regulaciones para garantizar que los hospitales puedan acreditarse rápidamente con la designación rural de emergencia.
John Henderson, presidente y director ejecutivo de la Organización de Hospitales Rurales y Comunitarios de Texas, estuvo de acuerdo con otros oradores en la conferencia de políticas de febrero de la Asociación Nacional de Salud Rural en Washington, D.C.
La nueva regla “podría ser una válvula de escape” para los hospitales rurales muy pequeños, expresó. Una instalación de dos camas en Crosbyton le confirmó a Henderson ese mismo día que era la primera en Texas en ser aprobada para el nuevo mecanismo de pago.
Henderson aseguró que sabía de varios más entre los 158 hospitales rurales del estado que están solicitando o ya lo han hecho, y otros lo están considerando.
La doctora Denise Brown, directora ejecutiva del proveedor de atención virtual Fident, habló desde la primera fila durante la presentación de Henderson. Su empresa utiliza telesalud para que los médicos y otros profesionales de salud puedan trabajar virtualmente con múltiples hospitales en diferentes estados.
Brown dijo que le preocupaba que los hospitales que se conviertan no tengan suficientes ambulancias disponibles, o un lugar para enviar pacientes más enfermos, especialmente si no son parte de un sistema de salud más grande.
Las cabezas comenzaron a asentir en toda la sala llena de gente. Muchos hospitales rurales necesitaron todas las camas que tenían durante lo peor de la pandemia de covid-19, y renunciar a esas camas ahora parece contradictorio.
A menudo, esos mismos hospitales rurales descubren que las instalaciones más grandes se niegan a recibir a sus pacientes que necesitan atención especializada, dijo Brown.
“¿Cómo sé que puedo garantizarle a alguien una cama?”, dijo Brown, y agregó que prefiere que los hospitales rurales mantengan a los pacientes por más tiempo. ¿Cómo explicaría a los familiares preocupados que su ser querido está “a dos o tres horas de casa”?.