Hospitales y residencias para personas mayores en Illinois y California han implementado una estrategia, sorprendentemente simple, contra las peligrosas súper bacterias resistentes a los antibióticos que matan a miles de personas cada año: lavar a los pacientes con un jabón especial.
La iniciativa, financiada con unos $8 millones por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), se lleva a cabo en 50 centros en esos dos estados.
Este novedoso enfoque reconoce que las súper bacterias no se mantienen aisladas en un hospital o en una residencia para mayores, sino que se diseminan con rapidez en toda la comunidad, señaló el doctor John Jernigan, quien dirige la investigación de los CDC sobre infecciones adquiridas durante la atención de la salud.
“Ningún centro de salud es una isla”, dijo Jernigan. “Todos formamos parte de esta complicada red”.
En los Estados Unidos, cada año, al menos dos millones de personas se infectan con bacterias resistentes a los antibióticos, y unas 23,000 mueren por esas infecciones, indican los CDC.
En los hospitales, los pacientes son vulnerables a estas bacterias, pero las personas mayores que viven en hogares lo son más. Un 15% de pacientes hospitalizados y un 65% de adultos que viven en residencias son portadores de microorganismos resistentes a los medicamentos, aunque no todos ellos desarrollarán una infección, explicó la doctora Susan Huang, especialista en enfermedades infecciosas en la Universidad de California-Irvine.
“Las súper bacterias son aterradoras y no se detienen”, explicó Huang. “No se van”.
Algunas de las bacterias más comunes en hospitales son el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM), y las Enterobacterias resistentes a los carbapenemes (ERC), a menudo llamadas “bacterias de pesadilla”. E. coli y Klebsiella pneumoniae son dos gérmenes comunes que pueden entrar en esta categoría cuando se vuelven resistentes a los antibióticos de último recurso conocidos como carbapenemes. Según los CDC, las ERC causan un estimado de 600 muertes cada año.
Las ERC se han “extendido ampliamente” por los hospitales del área de Chicago, señaló el doctor Michael Lin, especialista en enfermedades infecciosas de Rush University Medical Center, que encabeza la iniciativa de los CDC en esa región. “Si el SARM es una súper bacteria, esta es la súper bacteria extrema”.
El control de las bacterias peligrosas ha sido un desafío para hospitales y hogares de adultos mayores. Como parte de la iniciativa de los CDC, médicos y trabajadores de la salud en Chicago y el sur de California usan jabón antimicrobiano con clorhexidina, que reduce las infecciones en pacientes que lo usan para bañarse. Aunque la clorhexidina se utiliza con frecuencia en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales y como enjuague bucal para infecciones dentales, no se usa mucho en las duchas de los hogares.
En Chicago, los investigadores trabajan con 14 residencias y hospitales de cuidado a largo plazo, donde hacen pruebas de detección de la bacteria ERC en el momento del ingreso y usan clorhexidina para los baños.
La iniciativa de Chicago, que comenzó en 2017 y termina en septiembre, incluye una campaña para promover lavarse las manos, y una mayor comunicación entre los hospitales sobre los pacientes portadores de microorganismos resistentes a los medicamentos.
El trabajo de control de infecciones es algo nuevo para muchas residencias, que no tienen los mismos recursos que los hospitales, señaló Lin.
De hecho, tres cuartas partes de las residencias para mayores en los Estados Unidos recibieron citaciones por problemas de control de infecciones durante un período de cuatro años, según un análisis de Kaiser Health News, y los centros con citaciones reiteradas casi nunca recibieron multas. Con frecuencia, los residentes deben regresar al hospital a causa de infecciones.
En California, funcionarios de salud monitorean la bacteria ERC, que es menos prevalente allí que en otras partes del país, y tratan de evitar que se afiance, señaló el doctor Matthew Zahn, director de epidemiología de la Orange County Health Care Agency. “No tenemos mucho tiempo”, dijo Zahn. “Intentar marcar una diferencia en la trayectoria de la ERC ahora es crucial”.
El proyecto financiado por los CDC en California tiene su sede en el condado de Orange, donde 36 hospitales y residencias para mayores utilizan el lavado antiséptico con un hisopo nasal a base de yodo. El objetivo es evitar el contagio de bacterias resistentes a los medicamentos y conseguir que quienes tienen la bacteria en la piel o en otros lugares no desarrollen infecciones, dijo Huang, quien dirige el proyecto.
Huang inició el proyecto estudiando el movimiento de pacientes entre los diferentes hospitales y residencias en Orange, y lo que descubrió provocó una pregunta clave: “¿Qué podemos hacer no sólo para proteger a nuestros pacientes, sino también para cuidarlos cuando empiezan a moverse por todas partes?”
Sus investigaciones anteriores demostraron que los pacientes con la bacteria SARM que usaban clorhexidina para bañarse y como enjuague bucal, y que se aplicaban un antibiótico nasal, podían reducir el riesgo de desarrollar una infección SARM en un 30%. Pero todos los pacientes de ese estudio, publicado en febrero en el New England Journal of Medicine, ya habían sido dados de alta de los hospitales.
Ahora, el objetivo es llegar a pacientes que aún se encuentran en hospitales o en residencias para mayores y extender el trabajo a las ERC. Los hospitales que participan en el nuevo proyecto se centran en los pacientes de las unidades de cuidados intensivos y en aquellos que ya eran portadores de bacterias resistentes a los medicamentos, mientras que los hogares y los hospitales de cuidados a largo plazo realizan el baño, también llamado “descolonización”, en todos los residentes.
Una mañana, en Coventry Court Health Center, una residencia para mayores en Anaheim, California, Neva Shinkle, de 94 años, estaba sentada en su silla de ruedas. La enfermera Joana Bartolome le limpió la nariz con un hisopo y le preguntó si recordaba para qué lo hacía.
“Para matar gérmenes”, respondió Shinkle. “Así es, esto te protege de las infecciones”.
En otra sala, la coordinadora del proyecto, Raveena Singh, de UC-Irvine, conversaba con Caridad Coca, de 71 años, quien acababa de llegar al hogar. Singh le explicó que debía bañarse con clorhexidina en lugar de jabón común. “Si tienes una herida o un corte abierto, evita que contraigas una infección”, le dijo. “Y así no sólo te estamos protegiendo a ti. Protegemos a todos los residentes”.
Coca contó que tenía un primo que había pasado meses en el hospital después de contraer SARM. “Por suerte, yo nunca lo he tenido”, dijo.
El gerente de Coventry Court, Shaun Dahl, dijo que deseaba participar en el proyecto porque había personas que llegaban a la residencia con SARM u otras súper bacterias. “Estaban enfermos entonces y están enfermos ahora”, dijo Dahl.
A la espera de los resultados del proyecto de Chicago, los resultados preliminares del condado de Orange, que finaliza en mayo, son positivos, según Huang. Después de 18 meses, los investigadores observaron una disminución del 25% en bacterias resistentes a medicamentos entre los residentes mayores, del 34% en los pacientes de los hospitales de atención a largo plazo y del 9% en los pacientes de los hospitales tradicionales. La mayor reducción se vio en las ERC, aunque eran menos los pacientes con este tipo de bacterias.
Los datos preliminares también muestran un prometedor efecto dominó en los centros que no son parte de la iniciativa, una señal que el proyecto podría estar comenzando a hacer una diferencia en el condado, señaló Zahn de la Orange County Health Care Agency.
“En nuestra comunidad, hemos visto un aumento de la fármaco-resistencia”, dijo. “Esto nos ofrece la oportunidad de intervenir y movernos en la dirección correcta”.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, que publica California Healthline, un servicio editorialmente independiente de la California Health Care Foundation.