La Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York (NYU) está aprendiendo que ninguna buena acción queda impune.
La escuela, que tiene una alta calificación, anunció con mucha fanfarria el 16 de agosto que está recaudando $600 millones de donantes privados para eliminar la matrícula para todos sus estudiantes, incluso proporcionando reembolsos a los que actualmente están inscriptos. Antes del anuncio, la matrícula anual era de $55,018.
Los líderes de NYU dijeron que la medida ayudará a abordar el creciente problema de la deuda estudiantil entre los médicos jóvenes, que según muchos educadores empuja a los estudiantes a ingresar a especialidades mejor pagadas en lugar de atención primaria, o simplemente los disuade de convertirse en médicos.
“Creemos que doctores de todos los ámbitos atienden mejor a una población tan diversa como la nuestra, y no debería impedirse a los aspirantes a médicos y cirujanos seguir una carrera en medicina desde la perspectiva de una abrumadora deuda financiera”, dijo el doctor Robert Grossman, decano de la facultad de medicina y director ejecutivo de NYU Langone Health en un comunicado. NYU rechazó una solicitud para contar más sobre sus planes.
El anuncio generó titulares y aplausos de los estudiantes. Pero no todos piensan que convertir la escuela de medicina en gratuita para todos los estudiantes, incluidos los que pueden pagarla, es la mejor manera de abordar el complicado problema de la deuda estudiantil.
“Cuando empiezo a hacer la lista de las diferentes organizaciones benéficas a las que quiero donar, las personas que pueden pagar la escuela de medicina en efectivo no están en la parte superior de mi lista”, dijo Craig Garthwaite, economista de salud de Kellogg School of Management de la Northwestern University.
“Si tuviera que encontrar alguna razón para gastar toneladas de dinero, esto me parece extraño”, dijo el doctor Aaron Carroll, pediatra e investigador de la Universidad de Indiana.
Aun así, la deuda de educación médica es un gran problema en la atención de salud. Según la Asociación de Facultades Médicas Estadounidenses (AAMC), que representa a las escuelas de medicina y los centros de salud académicos del país, el 75% de los médicos que se graduaron tenían deudas estudiantiles al comenzar sus carreras, con una mediana de $192,000 en 2017. Casi la mitad debía más de $200,000.
Pero no está tan claro cuánto impacto tiene esa deuda en la elección de la especialidad médica de los estudiantes. Los datos de la AAMC sugieren que la deuda no juega un papel tan importante en la selección de especialidades como afirman algunos analistas.
Si la deuda fuera un factor enorme, uno esperaría que los médicos que más debían elegirían las especialidades que pagan más. Pero ese no es el caso.
“La deuda no varía mucho en todas las especialidades”, dijo Julie Fresne, directora de servicios financieros estudiantiles y gestión de deudas de la AAMC.
Garthwaite está de acuerdo. Dijo que las encuestas en las que los médicos jóvenes presentan la deuda como una razón para elegir una especialidad más lucrativa deben ser vistas con recelo. “Nadie [que elige un trabajo que paga más] dice que lo hicieron porque quieren dos Teslas”, dijo. “Dicen que tienen toda esta deuda”.
Carroll cuestionó la diferencia que incluso los $200,000 en deudas estudiantiles generan con las personas que, en el extremo más bajo del espectro médico, aún pueden obtener seis cifras al año. “Los médicos en general están bien”, dijo. “La idea de que debemos sentir lástima por los médicos o preocuparnos por ellos me parece extraña”.
La elección de la especialidad también está influenciada por algo más que dinero. Algunas especialidades están relacionadas con estilos de vida menos exigentes que la atención primaria o con más prestigio. Carroll dijo que su padre cirujano no estaba impresionado cuando optó por pediatría, llamándolo una especialidad “basura”.
También hay una serie de programas del gobierno que ayudan a los estudiantes a pagar la escuela de medicina o perdonan sus préstamos, aunque generalmente es a cambio de aceptar servir durante varios años en el ejército o en un lugar carente de servicios médicos. Por ejemplo, el National Health Service Corps, ofrece becas y reembolsos de préstamos a profesionales médicos que aceptan trabajar en áreas rurales o urbanas con escasez de profesionales médicos. Y el Departamento de Educación supervisa el Public Service Loan Forgiveness, que cancela los saldos de préstamos pendientes después de 10 años para quienes trabajan para empleadores sin fines de lucro.
Las propias escuelas de medicina están abordando el problema de la deuda estudiantil. Muchos, incluida NYU, han creado programas que les permiten a los estudiantes terminar la escuela de medicina en tres años en lugar de cuatro, lo que reduce el costo en un 25%. Y la Clínica Cleveland, junto con Case Western Reserve University, tiene una escuela de medicina gratuita destinada a capacitar a futuros investigadores médicos que dura cinco años, y sus graduados obtienen un título de doctor en medicina y una credencial especial de investigación o maestría.
Sin embargo, este último movimiento de NYU es parte de una carrera continua entre las principales facultades de medicina para atraer a los mejores estudiantes y posiblemente mejorar sus clasificaciones nacionales.
En 2014, UCLA anunció que proporcionaría becas basadas en el mérito que cubren el costo total de la educación médica (que incluye no solo la matrícula, como NYU, sino también los gastos en renta, comida, etc.) al 20% de sus estudiantes. La Universidad de Columbia anunció un plan similar a principios de este año, aunque a diferencia de NYU y UCLA, el programa de Columbia se basa en la necesidad financiera de los estudiantes.
Los programas son financiados, en todo o en parte, por grandes donantes cuyos nombres califican cada escuela de medicina: el magnate del entretenimiento David Geffen en UCLA, el ex CEO de Merck P. Roy Vagelos en Columbia, y el cofundador de Home Depot Kenneth Langone en NYU.
El economista Garthwaite dijo que todo está bien si las mejores escuelas de medicina quieren competir por los mejores estudiantes ofreciendo descuentos. Pero si su objetivo es alentar a más estudiantes a ingresar a la atención primaria o llevar a más personas de familias de bajos ingresos a la medicina, dar clases gratis a todos “no es la forma más eficiente de alcanzar esa meta”.