¿Formas parte de los 400,000 estudiantes de primer año en California, o de los 2,9 millones en todo el país, que acaban de empezar la universidad, o están a punto de hacerlo? Mientras compras libros, eliges tu mejor plan de comidas y deseas llevarte bien con tu compañero de cuarto, no te olvides del seguro médico.
Ya seas estudiante de licenciatura o de postgrado, tus opciones dependerán de la universidad a la que vayas, de si ya tienes cobertura a través de un plan de salud familiar o individual, y de cuánto dinero ganas.
Tal vez te sorprenda saber que podrías calificar para Medicaid, el programa de salud público para personas de bajos ingresos.
“La buena noticia es que hay buenas opciones”, dijo Paul Rooney, vicepresidente de eHealth, un corredor de seguros de salud en línea con sede en Santa Clara, California.
Dado que los planes de salud varían de región a región y de estado a estado, tu primera llamada podría ser a un agente de seguros en el mercado donde se encuentra tu universidad. La ayuda es gratuita. En California puedes encontrar agentes de seguros certificados en la pestaña “Find Help” del sitio web del mercado del Obamacare en California, Covered California: www.coveredca.com
A veces, permanecer en el plan de tu familia es la mejor opción: puedes estar hasta que cumplas 26.
Si estás en un plan familiar o tienes tu propio seguro, llama al número de servicio al cliente que aparece en tu tarjeta para preguntar sobre el nivel de cobertura que ofrecen si vas a la universidad en otra región o estado.
Si tu plan de salud familiar es una organización de proveedores preferidos (PPO) con una compañía de seguros nacional —Cigna, Aetna o UnitedHealthcare, por ejemplo— podrías recibir servicios médicos completos, a precios dentro de la red, en otras regiones del país donde opere la aseguradora.
Pero esto también tiene que funcionar para la economía familiar. Padres, pregúntenle a su empleador o a su aseguradora si sacar a su hijo del PPO de la familia reducirá la prima del seguro. Si la respuesta es no, y tendrá cobertura completa mientras esté en la universidad, tiene sentido mantenerlo en el plan.
Si la respuesta es sí, hagan cuentas.
Keith Wakeman, CEO de una pequeña compañía con sede en Chicago que opera una aplicación de salud mental llamada SuperBetter, se enteró que ahorraría $1,900 este año si sacaba a su hijo Jack del PPO de Blue Cross de la familia y lo inscribía en el plan estudiantil ofrecido por la Universidad de Purdue, donde es estudiante de primer año.
“El plan es mucho mejor para Jack en términos de deducibles y copagos, y también incluye oculista y dentista”, explicó Wakeman. “No lo pensamos dos veces”.
Probablemente también tenga sentido dar de baja al estudiante del plan familiar si se trata de una organización de mantenimiento de la salud (HMO) o de una organización de proveedores exclusivos, los cuales restringen sus redes más que las PPOs.
Hay excepciones: algunas aseguradoras permiten que los inscritos en HMOs obtengan servicios médicos completos sin costo adicional en otras regiones o estados donde operan. Hay que preguntarle al plan de salud si eso es posible.
Si no lo es, el plan de salud que ofrece la universidad podría ser una buena opción.
Los planes de salud estudiantiles han mejorado en los últimos años, en parte porque casi siempre cumplen con los requisitos de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA). Eso significa que la mayoría ofrece una gama completa de servicios médicos con un alto nivel de cobertura, según Stephen Beckley de Hodgkins Beckley Consulting, con sede en Colorado, que trabaja con universidades en programas de salud para estudiantes.
El plan de salud de la Universidad de California (UC) es “excepcional”, aseguró Beckley, “por el precio y por los beneficios añadidos de visión y atención dental”.
A nivel nacional, los costos varían mucho de una universidad a otra, y algunos son muy altos, añadió Beckley.
El costo del plan de salud para estudiantes de UC de este año, que incluye todos los campus excepto Berkeley, oscila entre $1,773 y $3,537 por 12 meses de cobertura, explica Zina Slaughter, directora del plan. En comparación, la Universidad de Stanford cobra $5,592 por los estudiantes de licenciatura y postgrado.
Aviso: muchas universidades, incluyendo el sistema de UC y Stanford, te inscribirán en su plan de salud automáticamente, y tienes que obtener una exención —probando que ya dispones de una cobertura aceptable— para evitar los cargos.
“Hay que asegurarse que no te inscriben en servicios que no utilizarás”, señaló Erin Hemlin, directora de salud de la organización Young Invincibles, que defiende los intereses de los jóvenes.
Si tu plan familiar ya no te sirve y tu plan universitario es demasiado caro, pregunta si calificas para Medicaid, que se llama Medi-Cal en California y asegura a un tercio de los residentes del estado.
Esto vale para los estudiantes de universidades privadas y públicas, incluidos los 481,000 estudiantes de los 23 campus del sistema de la California State University y los más de 2 millones que asisten a uno de los 115 colegios comunitarios del estado.
En los más de 30 estados que han expandido Medicaid, incluyendo California, las personas que ganan hasta alrededor de $17,200 anuales son elegibles para el programa. Ayuda si tus padres no te reclaman como dependiente en sus declaraciones de impuestos; de lo contrario, debes reportar sus ingresos.
Consulta con el departamento de salud de tu condado para ver si calificas. Puedes encontrar una lista de las oficinas en los condados de California en www.dhcs.ca.gov
Si tus ingresos son demasiado altos para Medicaid, todavía podrías calificar para una ayuda en la compra de un plan de salud a través del mercado de seguros del Obamacare en tu estado. En California, visita al sitio web de Covered California o llama al 800-300-1506 para consultar las opciones.
La inscripción en los planes del mercado de seguros del Obamacare para 2020 comienza el 15 de octubre para la cobertura de California y el 1 de noviembre en la mayor parte del país.
Los expertos dicen que una opción viable para algunos estudiantes inscritos en el plan de su familia es permanecer en él, acudir a un hospital local en caso de emergencia y recibir atención primaria en la clínica del campus (el servicio a menudo está incluido en las cuotas estudiantiles). Y esperar para hacerse chequeos físicos y recibir atención no urgente cuando vayan a casa de visita.
Giorgia Winters, residente de Long Beach, California, dice que esa fue la decisión que ella y su esposo tomaron por su hijo Matthew, de 18 años, quien acaba de ingresar a la Embry-Riddle Aeronautical University en Prescott, Arizona. No tienen que preocuparse por su salud: tuvo que pasar una prueba de aptitud física de la Administración Federal de Aviación para obtener su licencia de piloto en la universidad.
“Vendrá a casa con bastante frecuencia, porque Prescott está a cerca de una hora en avión”, explicó Winters. “No sé si nos resultó mejor económicamente, pero fue lo más cómodo para nosotros”.