Nancy Delano, de 80 años, de Denver, Colorado, no planea vivir a un ritmo más lento en el corto plazo. Todavía conduce al cine, teatro y a cenas con sus amigos. Como enfermera retirada que atendió a adultos mayores, y que ahora vive sola, también sabe que “cuando llegas a cierta edad, puede de un momento a otro ocurrir una emergencia”. Por eso, cuando su hijo, Tom Rogers, le propuso instalar un sistema de monitoreo remoto, no lo dudó.
Con sensores de movimiento colocados en toda la casa, Rogers puede ver si su madre se está moviendo, si está durmiendo (o no), si olvidó cerrar la puerta y, en base a un algoritmo sofisticado que detecta patrones de comportamiento, puede saber el nivel de actividad de su madre, o si sus hábitos alimenticios han cambiado significativamente.
“Nos da mucha tranquilidad a los dos, especialmente a medida que envejece y quiere vivir sola en su casa”, dijo Rogers, quien vive cerca de Washington, DC, a cientos de millas de su madre.
Por $45 a $60 al mes (más una tarifa inicial de $100 a $200), el Sistema de Bienestar de Alarm.com es mucho menos costoso que opciones como contratar a una persona que la cuide en el hogar o trasladarla a una comunidad de retirados. El costo promedio de la atención en un hogar puede superar los $95,000 al año, y la asistencia y el cuidado en el hogar alcanzan los $45,000 anuales, según un informe financiero de 2017 de Genworth.
Los costos exorbitantes de los hogares y las instituciones de vida asistida están impulsando las ventas, y la innovación, en el mercado tecnológico, dijo el doctor Eric Topol, director del Scripps Translational Science Institute y autor de “La destrucción creativa de la medicina: cómo la revolución digital creará una mejor atención médica”.
Para muchos, la tecnología ofrece no solo las herramientas que necesitan para continuar viviendo en casa, sino también una confianza renovada, y la conexión con familiares y amigos que viven lejos.
Topol lo llama “independencia supervisada”, algo que está cambiando cómo los adultos pueden envejecer en los Estados Unidos. “La gente quiere ser autónoma, independientemente de su edad”, dijo.
Ese fue el caso de Carol Smith, de 83 años, quien vive en la comunidad de retiro Carlsbad by the Sea, en Carlsbad, California, con su esposo, Ray, de 84. “Estoy en una silla de ruedas, por lo que dependo mucho de mi esposo”, contó la mujer.
En febrero, los Smith comenzaron a usar Amazon Echo a través de un programa piloto para personas mayores. Carol ahora puede controlar las luces y el termostato de su casa. Puede pedirle a Alexa que le recuerde tomar medicamentos, llamar a su hermano, e incluso pedir ayuda.
“Le da una gran independencia”, dijo Ray. “Si por alguna razón tengo que estar lejos, ella puede funcionar por sí misma”. La mantiene a salvo, independiente y a salvo “.
Es posible que las tecnologías de asistencia por voz como Amazon Echo, Google Home y HomePod comiencen a desempeñar un papel más importante al ayudar a las personas mayores a envejecer, en especial cuando se combinan con aplicaciones específicamente diseñadas para adultos mayores, predijo Majd Alwan, director ejecutivo del LeadingAge Center for Aging Services Technologies (CAST). Por ejemplo, AskMarvee se integra con Amazon Echo a través de un portal en línea que permite que las personas mayores se conecten de inmediato con sus familiares para que sepan de ellos, o si algo grave está sucediendo. (La aplicación básica es gratuita, las versiones premium cuestan $15 o $20 por mes).
LifePod, que se presentará más adelante este año, lleva la tecnología asistida por voz un paso más allá, dijo Laurie Orlov, fundadora de Aging in Place Technology Watch. Permitirá a los usuarios interactuar con el dispositivo, al igual que Alexa, pero también se comunicará periódicamente sin un aviso de voz, con mensajes programados del tipo: “Buenos días, Nancy. ¿Recuerdas tomar tu medicación?”.
Para Mike Willis, de 63 años, de Guelph, Ontario, recibir indicaciones regulares de medicamentos significa la diferencia entre mantenerse sano y terminar, de nuevo, en el hospital. Willis toma 27 pastillas por día, la mayoría medicamentos para prevenir el rechazo de un corazón que recibió hace 2 años y medio después de contraer miocarditis viral. Para que todo salga bien, usa Medisafe, una aplicación que le recuerda cuándo es el momento de tomar su próxima dosis, si debe tomarla con agua o alimentos, y qué efectos secundarios podrían causarle.
“Después de mi trasplante, estaba un poco confundido, así que designé a mi esposa, Linda, como ‘MedFriend’, ahora ella recibe una alerta si yo no tomo el medicamento”, explicó. (La aplicación es gratuita, la versión premium, con recordatorio adicional y otras funciones, cuestan $4.99 al mes).
De hecho, la capacidad de designar a un ser querido como un segundo conjunto de ojos y oídos puede ser más reconfortante que intrusivo, como lo han descubierto Willis y Delano. Y, sin embargo, hay una delgada línea entre la tecnología que permite a los adultos mayores vivir de manera independiente y la tecnología que refuerza las imágenes estereotipadas del envejecimiento como una lenta debacle hacia la muerte.
Hasta hace poco, Personal Response Systems (PERS) -famoso por los anuncios de televisión “Ayúdenme, me caí y no me puedo levantar”- era la única tecnología confiable para ayudar a los adultos mayores que se habían caído, dice David Lindeman, director del Centro de Tecnología y Envejecimiento de la Universidad de California-Berkeley.
A finales de marzo, MedHab, una empresa de Texas conocida por sus plantillas portátiles para pacientes en rehabilitación, comenzará a enviar MyNotifi, una pulsera médica diseñada para detectar caídas y enviar una alerta a un familiar o amigo. “Parece un reloj, y mamá o papá pueden invitar a cualquiera que quieran, a su familia o amigos, para recibir esas alertas a través de la aplicación MyNotifi Fall Detection”, dijo Johnny Ross, presidente y CEO de MedHab. (El dispositivo está disponible para pre-ordenar a $299).
Otras tecnologías de detección están en etapa de prueba: SafelyYou, que utiliza cámaras montadas en la pared y algoritmos de software para detectar caídas, y el reloj Kanega de UnaliWear, que combina detección de caídas, ayuda de emergencia asistida por voz y recordatorios de medicamentos.
“Si el objetivo es una vida independiente y conectada, necesitamos soluciones que sean multifacéticas y que conecten a las personas con su familia, sus médicos, sus vecinos”, dijo Jody Holtzman, socio administrativo principal de Longevity Venture Advisors. “Si la tecnología confortable y a la vez divertida, como Alexa, entonces la gente comenzará a comprar estos dispositivos”.
Carol Smith no puede imaginar la vida sin Alexa. Cuando leo, le pregunto, “’Alexa, ¿qué significa esta palabra?’. O le pido que ponga una canción. Soy fanática del basketball, pero si no puedo quedarme despierta hasta tarde para ver el final del juego, a la mañana siguiente le pregunto a Alexa cuál fue el resultado. Hay tantas cosas que puedes preguntarle. Alexa es divertida. Y siempre es agradable”.
La cobertura de KHN relacionada con el envejecimiento y la mejora de la atención de adultos mayores es apoyada en parte por The John A. Hartford Foundation y la cobertura de KHN de temas de envejecimiento y atención a largo plazo es apoyada por The SCAN Foundation.