A pesar de las objeciones de las farmacéuticas, se espera que la administración Trump finalice, en pocas semanas, el plan que permitiría a los estados importar de Canadá algunos medicamentos de venta bajo receta.
Seis estados —Colorado, Florida, Maine, New Hampshire, New México y Vermont— tienen leyes que les permiten solicitar la aprobación federal para comprar medicamentos de Canadá a fin de dar a sus residentes acceso a medicamentos de menor costo.
Pero los expertos dicen que la importación de medicamentos propuesta por el gobierno se ha hecho pensando en Florida, el estado más poblado y disputado en las elecciones de noviembre. El apoyo de Trump a esta idea surgió, en un principo, a petición del gobernador de Florida, Ron DeSantis, un estrecho aliado republicano.
El gobierno de DeSantis confía tanto en que Trump seguirá adelante con la importación de medicamentos que, el 30 de junio, solicitó a las empresas que licitaran por un contrato de tres años y $30 millones para llevar a cabo el programa. Espera adjudicar el contrato en diciembre.
Los expertos de la industria dicen que es probable que Florida sea el primer estado en obtener la aprobación federal para un plan de importación de medicamentos, algo que podría ocurrir antes de las elecciones de noviembre.
“Aprobar a Florida sería lo más astuto políticamente”, dijo Mara Baer, una consultora de salud con sede en Colorado que ha trabajado con el estado en su propuesta de importación.
Ben England, CEO de FDAImports, una consultora de Glen Burnie, Maryland, indicó que la OMB normalmente tiene 60 días para revisar la normativa final, aunque espera que ésta se complete antes del 3 de noviembre y vaticinó que hay una pequeña posibilidad de que se finalice y se apruebe la solicitud de Florida para entonces. “Es un año de elecciones, así que veo a la actual administración tratando de usar esto como un tema electoral para decir ‘Mira lo que hemos logrado’”, señaló.
Florida es también una opción lógica debido al gran número de jubilados que se enfrentan a los altos costos de los medicamentos, a pesar de la cobertura de Medicare.
La administración de DeSantis no respondió a las solicitudes de comentarios.
Trump alardeó de su plan de importación durante un discurso, en octubre, en The Villages, una gran comunidad de jubilados a unas 60 millas al noroeste de Orlando. “Pronto permitiremos la importación segura y legal de medicamentos de venta con receta de otros países, incluido Canadá, donde, lo crean o no, pagan mucho menos por el mismo medicamento”, dijo Trump, hablando al lado de DeSantis.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) hizo pública una detallada propuesta, en diciembre pasado, y solicitó comentarios. El plan final llegó el 10 de septiembre a la Oficina de Administración y Presupuesto para su revisión, señalando que podría ver la luz en semanas.
La propuesta regularía la forma en que los estados establecen sus propios programas para importar medicamentos de Canadá.
Los precios son más baratos porque Canadá limita la cantidad que las farmacéuticas pueden cobrar por los medicamentos. Estados Unidos deja que el mercado dicte los precios de los medicamentos.
La industria farmacéutica señaló que probablemente demandará a la administración Trump si sigue adelante con sus planes de importación, alegando que el plan incumple varias leyes federales y la Constitución de los Estados Unidos.
Pero la reprimenda más dura al plan de importación de Trump llegó de Canadá. El gobierno canadiense se quejó diciendo que ese plan haría más difícil el acceso a los medicamentos para sus ciudadanos, poniendo en riesgo su salud.
“Canadá empleará todas las medidas necesarias para salvaguardar el acceso de los canadienses a los medicamentos”, escribió el gobierno canadiense en una carta a la FDA sobre la propuesta. “El mercado de medicamentos canadiense y su capacidad de fabricación son demasiado pequeños para satisfacer la demanda de medicamentos de venta con receta, de los consumidores canadienses y estadounidenses”.
Sin la participación de Canadá, es poco probable que un plan de importación de medicamentos tenga éxito, aseguraron las autoridades.
Ena Backus, directora de Reforma de Salud en Vermont, que ha trabajado en el establecimiento de un programa de importación, señaló que los estados necesitarán ayuda de Canadá. “Nuestro programa de importación estatal depende de que Canadá se asocie con nosotros”, comentó.
Durante décadas, los estadounidenses han estado comprando medicamentos de Canadá para uso personal, ya sea conduciendo al otro lado de la frontera, ordenando medicamentos por Internet o por medio de comercios que los conectan con farmacias extranjeras. Aunque es ilegal, la FDA ha permitido, por lo general, compras para uso individual.
Unos 4 millones de estadounidenses importan cada año medicamentos de bajo costo para uso personal, y unos 20 millones dicen que ellos o alguien de su familia lo han hecho porque los precios son mucho más bajos en otros países, según las encuestas.
Esta práctica está muy extendida en Florida. Más de una docena de comercios en todo el estado ayudan a los consumidores a conectarse con las farmacias de Canadá y otros países. Varias ciudades, estados y distritos escolares de Florida ayudan a los empleados a obtener medicamentos de Canadá.
La propuesta de la administración se basa en una ley del año 2000 que abrió la puerta para permitir la importación de medicamentos de Canadá. Sin embargo, esa ley sólo podría entrar en vigor si el Secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) certificara que la importación es segura, algo que administraciones demócratas y republicanas se han negado a hacer.
La industria farmacéutica ha dicho, durante años, que permitir la importación de medicamentos de Canadá perturbaría la cadena de suministro del país y facilitaría la entrada en el mercado de medicamentos inseguros o falsificados.
Trump, que hizo de la reducción de los precios de los medicamentos con receta una promesa de su campaña en 2016, ha presionado para cumplir con lo prometido. En julio de 2019, por orden de Trump, el Secretario del HHS, Alex Azar, dijo que el gobierno federal estaba “abierto al negocio” de la importación de medicamentos, cuando un año antes había calificado la importación de medicamentos como “un truco”.
La administración prevé un sistema en el que un mayorista con licencia canadiense compra directamente a un fabricante medicamentos aprobados para su venta en Canadá y los exporta a un mayorista/importador de Estados Unidos que tiene contrato con un estado.
La legislación de Florida, aprobada en 2019, establecería dos programas de importación. El primero se centraría en la obtención de medicamentos para programas estatales como Medicaid, el Departamento de Prisiones y los departamentos de Salud de los condados. Los funcionarios estatales dijeron que esperan que los programas ahorren al estado unos $150 millones anuales.
El segundo programa estaría dirigido a la población del estado en general.
En respuesta al borrador de la normativa, los estados que desean iniciar un programa de importación de medicamentos sugirieron cambios a la propuesta de la administración.
“Si la normativa final no aborda estas áreas de preocupación, Colorado tendrá dificultades para encontrar socios apropiados y lograr ahorros significativos para los consumidores”, le comunicó a la FDA, en marzo, Kim Bimestefer, directora ejecutiva del Departamento de Políticas y Financiación de Atención Médica de Colorado.
Entre las preocupaciones del estado figura la limitación a trabajar con un solo mayorista canadiense, ya que al no haber competencia el estado teme que los precios no sean tan bajos como los funcionarios esperaban. Bimestefer también señaló que, según la propuesta, el gobierno federal aprobaría el programa de importación por sólo dos años y los estados necesitan un plazo más largo para conseguir la participación de los mayoristas y otros socios.
Los funcionarios de Colorado estiman que la importación de medicamentos de Canadá podría reducir los precios en un 54% para los medicamentos contra el cáncer y en un 75% para los medicamentos del corazón. El estado también señaló que el medicamento para la diabetes Jardiance cuesta $400 al mes en los Estados Unidos y se vende por $85 en Canadá.
A algunos estados les preocupa que medicamentos caros, incluyendo los inyectables y los biológicos, no figuren en la propuesta federal. Según la ley del 2000, no se permite la importación de ese tipo de medicamentos.
Pero, según una orden ejecutiva de julio, Trump aseguró que permitiría la importación de insulina si Azar determinaba que era necesaria para la atención médica de emergencia. Un portavoz del HHS no pudo confirmar si Azar ha hecho eso.
Jane Horvath, consultora de políticas de salud en College Park, Maryland, dijo que la administración enfrenta varios desafíos para poner en marcha un programa de importación, incluyendo la posible oposición de la industria farmacéutica y los límites a las clases de medicamentos que se pueden vender al otro lado de la frontera.
“A pesar de las dificultades, vale la pena seguir solicitando estos programas”, expresó.
El principal funcionario de salud de Maine dijo que la administración debe trabajar con el gobierno canadiense para atender las preocupaciones de Canadá. Los funcionarios del HHS se negaron a decir si tales discusiones han comenzado.
Los funcionarios de Vermont, donde el programa también incluiría a los consumidores cubiertos por seguros privados, siguen esperanzados.
“Dado que queremos reducir la carga de los costos de atención médica para los residentes de nuestro estado, es importante seguir esta opción si hay un camino claro hacia adelante”, señaló Backus.