Hay un virus mortal que se propaga de estado a estado. Se aprovecha de los más vulnerables, atacando a los enfermos y a los adultos mayores sin piedad. En los últimos meses, se ha cobrado la vida de al menos 39 niños.
Se trata del virus de la influenza, que causa la gripe, y que representa una amenaza mucho mayor para los estadounidenses que el brote de coronavirus de China que está siendo noticia en todo el mundo.
“Cuando pensamos en el peligro relativo de este nuevo coronavirus y de la influenza, simplemente no hay comparación”, explicó el doctor William Schaffner, profesor de medicina preventiva y política de salud en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt.
Por supuesto, el brote de coronavirus, que se originó el mes pasado en la ciudad china de Wuhan, debe tomarse en serio. Este virus puede causar neumonía y ya se le atribuyen 800 casos y 26 muertes; aunque investigadores británicos estiman que ya ha infectado a más de 4.000 personas.
Una segunda persona en los Estados Unidos que visitó China en diciembre fue diagnosticada con el virus de Wuhan, dijeron el viernes 24 de enero funcionarios de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Trabajadores de salud pública están monitoreando a otros 63 pacientes en 22 estados.
La influenza rara vez recibe este tipo de atención, a pesar que mata a más estadounidenses cada año que cualquier otro virus, dijo el doctor Peter Hotez, profesor de pediatría, virología molecular y microbiología en el Baylor College of Medicine de Houston.
La influenza ya ha enfermado al menos a 13 millones de estadounidenses este invierno, con 120,000 internaciones y 6,600 muertes, según los CDC. Y la temporada de gripe ni siquiera ha alcanzado su punto máximo. En un mal año, la gripe puede matar a 61,000 personas.
A nivel mundial, la gripe causa unos 5 millones de casos de enfermedades graves cada año, y mata a 650,000 personas en ese lapso, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Y, sin embargo, los estadounidenses no están particularmente preocupados.
Según los CDC, menos de la mitad de los adultos se vacunaron contra la gripe la temporada pasada. Incluso entre los niños, que pueden ser especialmente vulnerables a las enfermedades respiratorias, solo el 62% recibió la vacuna.
Si las personas no le tienen miedo a la gripe, quizás sea porque están acostumbrados a las advertencias anuales. Para ellos, la gripe es una noticia vieja. Sin embargo, los virus que llevan nombres de lugares lejanos, como el Ébola, el Zika y el Wuhan, inspiran terror.
“La familiaridad genera indiferencia”, dijo Schaffner. Sin embargo, “debido a que es nuevo, es misterioso y proviene de un lugar exótico, el coronavirus crea ansiedad”.
Algunos médicos bromean diciendo que a la gripe habría que cambiarle el nombre. “Deberíamos llamarla virus XZ-47, o algo más aterrador “, dijo el doctor Paul Offit, director del Centro de Educación sobre Vacunas del Hospital Infantil de Philadelphia.
En la República Democrática del Congo, el sarampión ha matado a 2.000 personas en el último año, más del doble que el ébola. Sin embargo, funcionarios de UNICEF dicen que esta crisis ha recibido poca atención. Casi todas las víctimas del sarampión fueron menores de 5 años.
Algunas personas pueden preocuparse menos por la gripe porque hay una vacuna, cuya protección ha oscilado entre el 19% y el 60% en los últimos años. Simplemente tener la opción de recibirla o no puede dar a las personas una ilusión de control, dijo Schaffner.
Pero la gente a menudo se siente impotente para luchar contra nuevos virus. El hecho que un pasajero de un avión transmitiera el SARS a otros pasajeros y a la tripulación hizo que las personas se sintieran especialmente vulnerables.
Debido a que el virus Wuhan es nuevo, los humanos no tienen anticuerpos que los protejan. Los médicos no han tenido tiempo de desarrollar tratamientos o vacunas.
La gran pregunta, hasta ahora desconocida, es con qué facilidad se transmite el virus de una persona infectada a otras. La semana del 20 de enero, la OMS optó por no declarar el brote de Wuhan como una emergencia sanitaria internacional. Pero advierten que el brote no ha alcanzado su punto máximo. Cada paciente con el nuevo coronavirus parece estar infectando a al menos otras dos personas.
En comparación, los pacientes con SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) propagan la infección a un promedio de dos a cuatro personas. Cada paciente con sarampión, uno de los virus más contagiosos conocidos por la ciencia, infecta de 12 a 18 personas no vacunadas.
Autoridades de salud temen que el nuevo coronavirus pueda parecerse al SRAS, que apareció repentinamente en China en 2002 y se extendió a 26 países, enfermando a 8,000 personas y matando a 774, según la OMS.
Estados Unidos tuvo suerte, dijo Schaffner. Solo ocho estadounidenses se infectaron y ninguno murió, según los CDC. Sin embargo, el SRAS provocó un pánico global, lo que llevó a las personas a cancelar reservas de hoteles, vuelos y cerrar negocios.
Los coronavirus pueden ser impredecibles, explicó el doctor Michael Osterholm, director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota. Mientras que algunos pacientes nunca infectan a nadie más, las personas que son “súper diseminadoras” pueden transmitirlo a docenas.
En el Centro Médico Samsung de Seúl, en 2015, un solo paciente de la sala de emergencias infectó a 82 personas, incluidos pacientes, visitantes y personal, de salud, con un coronavirus llamado MERS o Síndrome Respiratorio del Medio Oriente. Parte del hospital cerró para controlar el virus.
Sin embargo, el MERS nunca ha representado una gran amenaza para los Estados Unidos. Según los CDC, solo dos pacientes en el país, profesionales de salud que habían trabajado en Arabia Saudita, dieron positivo en la prueba del virus. Ambos sobrevivieron.
Hotez, que está trabajando para desarrollar vacunas contra enfermedades olvidadas, dijo que le preocupan los niños no vacunados. La mayoría de los que mueren por la gripe no fueron vacunados, dijo. Y muchos eran sanos. “Si estás preocupado por tu salud, vacúnate contra la gripe”, dijo Hotez. “No es demasiado tarde”.