La cantidad de niños diagnosticados con el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se ha elevado a más del 10%, un aumento significativo durante los últimos 20 años, según revela un estudio reciente.
El aumento fue más pronunciado en los grupos minoritarios, lo que sugiere que un mejor acceso al seguro de salud y al tratamiento de salud mental a través de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA) podría haber ayudado a este incremento. La tasa de diagnóstico durante ese tiempo se duplicó entre las niñas, aunque todavía era mucho más baja que en los niños.
Pero los investigadores dicen que no encontraron pruebas que confirmen las frecuentes quejas de que la enfermedad se diagnostica en exceso o se diagnostica de forma incorrecta.
Los Estados Unidos contabilizan significativamente más casos de TDAH que otros países desarrollados, lo que, según los investigadores, ha llevado a algunos a pensar que los estadounidenses están diagnosticando en exceso a los niños. El doctor Wei Bao, autor principal del estudio, dijo en una entrevista que una revisión de estudios en todo el mundo no respalda esa afirmación.
“No creo que el diagnóstico excesivo sea el problema”, expresó Bao.
Sin embargo, esas dudas persisten. El doctor Stephen Hinshaw, coautor de un libro de 2014 titulado “The ADHD Explosion: Myths, Medication, Money, and Today’s Push for Performance”, (“La explosión del TDAH: mitos, medicamentos, dinero y la presión actual por el rendimiento”), comparó el TDAH con la depresión. Hinshaw dijo en una entrevista que ninguna de las dos condiciones tiene marcadores biológicos inequívocos, por lo que es difícil determinar si un paciente sufre la afección sin evaluaciones psicológicas prolongadas. Los síntomas del TDAH pueden incluir falta de atención, así como comportamiento inquieto e impulsivo.
“Es probable que no haya una verdadera epidemia de TDAH”, dijo Hinshaw, quien es profesor de psicología en la Universidad de California-Berkeley y profesor de psiquiatría en la UC-San Francisco. “Pero podría haber una epidemia de diagnósticos”.
Sin embargo, al interpretar sus resultados, los autores del estudio vincularon el aumento en las cifras a un mejor conocimiento de la enfermedad por parte de los médicos y el público, las nuevas normas para el diagnóstico y un aumento en el acceso al seguro de salud a través de ACA.
ACA ha permitido que “algunas familias de bajos ingresos mejoren el acceso a servicios y referencias médicas”, dijo Bao, profesor asistente de epidemiología en la University of Iowa College of Public Health.
El estudio, publicado en JAMA Network, utilizó datos de la National Health Interview Survey, una encuesta anual de aproximadamente 35,000 hogares. Entre los hallazgos figura un aumento constante en los diagnósticos a niños, de un 6% de los niños entre 1997 y 1998 a más del 10% entre 2015 y 2016.
Los avances en tecnología médica también pueden haber contribuido al aumento, según la investigación. Hace 20 años, los bebés prematuros o de bajo peso tenían más dificultades para sobrevivir. Esos factores aumentan el riesgo de ser diagnosticados con TDAH.
El estudio también sugiere que una disminución de los prejuicios en el tema de la salud mental entre las minorías también pudo haber ayudado a que más personas recibieran un diagnóstico de TDAH.
Según el estudio, a fines de la década de 1990, el 7,2% de los niños blancos no hispanos, el 4,7% de los niños negros no hispanos y 3,6% de los hispanos fueron diagnosticados con TDAH.
Para 2016, era el 12% de los niños blancos, el 12,8% por ciento de los negros y el 6,1% de los hispanos.
Durante las últimas décadas, dijo Hinshaw, se ha ampliado la visión de quién puede desarrollar TDAH. Ya no se ve como una condición que afecta solo a los niños blancos no hispanos de clase media, de la misma que los trastornos de la alimentación ya no se consideran como afecciones solo de las niñas blancas no hispanas de clase media.
Sin embargo, advirtió contra el diagnóstico excesivo de TDAH en comunidades donde los problemas de comportamiento podrían ser el resultado de factores sociales o ambientales, como el hacinamiento en las aulas.
El estudio encontró que las tasas de TDAH entre las niñas aumentaron del 3% a más del 6% durante el período de la investigación. Esto se debió, en parte, a un cambio en la forma en que se clasifica la enfermedad. Durante años el TDAH se refería a niños hiperactivos. Pero en los últimos años, la American Psychiatric Association agregó en su guía de afecciones de salud mental que el diagnóstico también debe incluir a algunos niños con problemas de atención, indicó Bao. Eso aumentó el número de niñas, explicó, porque parece que es más probable que estén en ese segundo subtipo.
“Si comparamos los dos grupos, está claro que las personas reconocerán fácilmente la hiperactividad”, dijo Bao.
La cobertura de KHN de los problemas de salud de los niños es apoyada en parte por la Fundación Heising-Simons.