BIRMINGHAM, Alabama — La sonrisa apretada de Carolyn Thompson esconde un problema de salud que la enfermera retirada de 81 años no puede permitirse el lujo de corregir y el Medicare no pagará.
Thompson necesita una dentadura nueva. Se le dificulta masticar porque le falta un diente inferior, por eso evita comer frutas duras y alimentos que le proporcionarían valiosos nutrientes. La mujer no ha visto a un dentista en años, aunque hay uno donde ella vive, en la comunidad de jubilados Fair Haven.
“Cuando trabajaba siempre me cuidaba los dientes, pero en los últimos años no he tenido el dinero”, dijo Thompson.
El predicamento de Thompson es común. Alrededor de una de cada 5 personas de 65 años y más tiene caries no tratadas, informan investigadores federales. Pero rara vez el Medicare cubre el cuidado dental y menos de la mitad de los adultos mayores estadounidenses va al dentista al menos una vez al año, en general porque no lo pueden pagar, según un estudio de la Universidad Johns Hopkins publicado en Health Affairs. Sólo el 12% de los estadounidenses de 65 años tiene seguro dental, informó el estudio.
Los beneficios no fueron reconocidos como una prioridad cuando se instauró el Medicare en 1965. En aquel entonces, cerca de la mitad de los estadounidenses de entre 65 y 74 años habían perdidos sus dientes; hoy, el 87% de las personas en ese grupo todavía tienen algunos o todos sus dientes, según la American Dental Association.
La investigación muestra que los problemas dentales no tratados pueden exacerbar problemas de salud como la diabetes y las enfermedades cardíacas, llevando a cuentas más altas para el Medicare. Es por eso que una organización sin fines de lucro dedicada a mejorar la salud oral está trabajando con una meta audaz: cuidado dental para los adultos mayores, pagado por el Medicare.
El objetivo del Santa Fe Group parece desalentador en la Washington post elecciones, en la que reemplazar la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA) y cortar los fondos federales de gasto en salud son prioridades tanto para la administración Trump como para el Congreso liderado por republicanos.
Además, los costos de semejante expansión serían significativos. Es probable que un beneficio como éste sería muy usado por la población del país de 65 años o más que está envejeciendo, que se calcula aumente al menos un 30% para 2030. Mientras que las dentaduras eran (y son) relativamente económicas, las nuevas técnicas para preservar los dientes propios, como los implantes, cuestan varios de miles de dólares por diente.
El Santa Fe Group está formado por académicos, ejecutivos de la industria dental, y ex oficiales del gobierno. Entre los que lo auspician están: Colgate-Palmolive, DentaQuest y Henry Schein, tres compañías cuyos productos de higiene dental o servicios pueden beneficiarse del aumento de la atención dental a expensas del gobierno.
Santa Fe entiende el enorme esfuerzo que significa intentar tener esta cobertura, pero su mirada está puesta en las elecciones del 2020, dijo el doctor Claude Earl Fox, un ex oficial de salud senior de la administración de Bill Clinton, quien es la punta de lanza del esfuerzo del grupo. Su estrategia: comenzar a construir una demanda pública para un beneficio dental del Medicare de manera tal que todo candidato presidencial en el futuro lo apoyara.
“Tenemos un largo camino por recorrer, pero creemos que es factible y habrá una audiencia cada vez mayor para esto”, dijo Fox, quien trabajó como profesor en las facultades de medicina de Johns Hopkins y de la Universidad de Miami después de terminar su carrera en el gobierno federal.
El estudio de Johns Hopkins estimó que un beneficio dental podría costar de $4.4 mil millones a $16.2 mil millones al año, dependiendo de lo que esté cubierto, cuánto pagan los adultos mayores y el nivel de subsidios para los beneficiarios de bajos ingresos.
“La mayor parte de la charla en la reforma del Medicare es cómo reducimos el costo en lugar de expandir los costos y agregar un beneficio dental puede hacer que la gente se ponga muy nerviosa”, dijo Amber Willink, autora principal del estudio y asistente científica en la Bloomberg School of Public Health, en Johns Hopkins.
Los medicamentos recetados fueron el último gran beneficio que el Congreso agregó al Medicare. Eso fue en 2006 después de más de una década de lucha de los activistas.
Las personas mayores en cada nivel de ingresos reportan un aumento en las caries no tratadas en la última década, según encuestas federales, aunque el problema es más marcado entre los más pobres.
Los problemas dentales no tratados tienen consecuencias reales. Alrededor del 24% de las personas mayores informan tener dificultad para morder o masticar. Entre las personas de la tercera edad de bajos ingresos, el 36% reporta estas dificultades, según el Health Policy Institute de la American Dental Association.
Sin Medicare para ayudar, las personas mayores tienen pocas opciones para obtener una cobertura integral. La cobertura privada suele ser demasiado cara para muchos de ellos.
Medicare Advantage, uno de los planes privados que cubren a alrededor de un tercio de las personas mayores, a veces ofrecen un beneficio dental limitado para los costos adicionales, pero por lo general sólo para una pequeña red de dentistas.
El Medicaid, el programa estatal de seguro de salud federal para personas de bajos ingresos, sólo ayuda a alrededor del 12% de las personas de la tercera edad. Aun así, la cobertura generalmente es limitada, e inexistente en estados como Alabama. Muchos dentistas no aceptan el Medicaid porque las tasas de reembolso son bajas.
Dieciocho estados cubren sólo los servicios de emergencia.
El grupo también está promoviendo otras metas en la atención dental: la reducción de las caries y de la enfermedad de las encías a veces puede evitar problemas más graves como la diabetes y la neumonía. Los dentistas también pueden detectar los cánceres orales temprano. Y esas enfermedades son más costosas de tratar que una caries.
“Es importante demostrar que un beneficio puede ser estructurado para ahorrarle dinero al Medicare”, dijo Fox.
Sin embargo, la evidencia de estudios grandes que pudieran apoyar esta idea es limitada. Es incierto si la Oficina de Presupuesto del Congreso -el puntero oficial en la legislación federal- estaría de acuerdo con las estimaciones de ahorros de la industria dental de un beneficio del Medicare.
Dejando a un lado la política, algunos defensores apuntan a experiencias de primera mano para demostrar que la salud de los adultos mayores mejora con el cuidado dental regular.
La comunidad de jubilados de Fair Haven en Birmingham, que incluye un hogar de ancianos y un centro de vida asistida, agregó una clínica dental en 2012. Las tasas de neumonía cayeron poco después, dijo Lillian Mitchell, dentista que supervisa la oficina y directora de odontología geriátrica en la Universidad de Alabama, en Birmingham. Mitchell y otros profesores supervisan a los estudiantes de odontología que tratan a los pacientes en la clínica.
La tendencia a la baja es consistente con otros estudios que reportan el mismo resultado al dar a las personas mayores un cuidado dental regular.
“El cuidado de la salud bucal afecta la salud general al reducir la inflamación [en la boca] que se ha relacionado con enfermedades del corazón, diabetes y otras enfermedades crónicas comunes entre los ancianos”, explicó Mitchell.
Los servicios de la clínica cuestan alrededor de la mitad del precio de los dentistas privados.
Los pacientes dicen que el acceso fácil a la clínica, que está en el mismo edificio en donde viven, hace una gran diferencia. “Es un alivio saber que podemos ir al dentista sin tener que salir de las instalaciones”, dijo Peggy Batcheler, de 87 años, ex profesora de enfermería que ha vivido en Fair Haven por casi 30 años. “Nos sentimos tan afortunados”.
Fair Haven es una de las pocas clínicas dentales de todo el país que se especializa en odontología asequible para personas de la tercera edad, especialmente las de bajos ingresos.
Pero puede ayudar sólo a un pequeño porcentaje de los ancianos en Alabama, uno de los cuatro estados que no ofrecen cobertura dental para los adultos beneficiarios del Medicaid.
En 2016, el cuidado dental de Alabama para los adultos mayores fue clasificado como el peor de todos los estados por el grupo de abogacía Oral Health America.
La falta de cobertura del Medicaid, sus tasas altas de adultos sin dientes, y su fracaso en hacer una encuesta reciente sobre las necesidades de salud bucodental de los adultos, son factores que se toman en cuenta en el pobre ranking de Alabama, explicó el grupo.
Los funcionarios de salud estatales dicen que están tratando de abordar el problema a través de estrategias que no requieren acción legislativa, como trabajar con la Universidad de Alabama, Birmingham, para ampliar la investigación dental geriátrica.
“El hecho de que una de nuestras poblaciones más vulnerables enfrente más barreras en el acceso a servicios dentales que cualquier otro estado en la nación es inaceptable”, dijo Chris Haag, portavoz del Departamento de Salud Pública de Alabama.
El Santa Fe Group espera atraer a la American Dental Association, AARP y otros grupos de personas mayores en su campaña por un beneficio dental del Medicare.
“No es nuestra prioridad número 1, pero está en la parte superior de nuestra lista de conversaciones”, dijo Joseph Crowley, dentista de Cincinnati y presidente electo de la asociación. Es optimista.
Este año, hay cuatro dentistas que son miembros de la Cámara de Representantes.
La cobertura de KHN relacionada con el envejecimiento y el mejoramiento de la atención de los adultos mayores es apoyada por la The John A. Hartford Foundation.