Durante meses, Genevieve, la madre de 87 años de Teresa Christensen, se quejó del dolor en una llaga desagradable que tenía en su pie derecho. Dejó de ir a la iglesia. No podía dormir por la noche. Eventualmente, dejó de caminar salvo cuando era absolutamente necesario.
Su médico de atención primaria le recetó tres antibióticos, uno tras otro. Ninguno funcionó.
“Doctor, ¿no podemos hacer más pruebas?”, recordó haberle preguntado Teresa Christensen. “Sentí que [el doctor] estaba mirando a través de mi madre en vez de mirarla a ella”.
Referida a una clínica de heridas, Genevieve fue diagnosticada con una úlcera venosa, resultado de la mala circulación en sus piernas. Hace unas semanas, tuvo un procedimiento exitoso para corregir el problema y volvió a la casa en la que vivió más de 50 años en Cottage Grove, un suburbio de Saint Paul, Minnesota.
En el futuro, ¿sería beneficioso para su madre ver a un geriatra?, se preguntó Christensen, quien es la principal cuidadora de Genevieve, durante un intercambio de correos electrónicos con esta reportera. Y si es así, ¿cómo encontraría uno?
Contacté a varios expertos médicos y estuvieron de acuerdo en que un especialista en geriatría podría ayudar a una paciente como Genevieve, con antecedentes de cáncer de seno e insuficiencia cardíaca, quien tuvo una cirugía a corazón abierto a los 84 años y cuya movilidad estaba comprometida.
Los geriatras son “expertos en complejidad”, dijo el doctor Eric Widera, director de la beca de medicina geriátrica en la Universidad de California en San Francisco.
Nadie entiende mejor que estos especialistas en envejecimiento cómo múltiples problemas médicos interactúan en las personas mayores, y cómo pueden afectar su calidad de vida. Sin embargo, su papel en el sistema de atención de salud sigue siendo poco comprendido y sus conocimientos, subutilizados.
Entrevistar a un médico geriatra puede ofrecer ideas útiles para los adultos mayores y sus familias:
Conocimiento básico. Los geriatras suelen ser internistas o médicos de familia que han pasado un año adicional entrenándose en las necesidades únicas de atención médica de los adultos mayores.
Están entre las especialidades médicas más raras. En 2016, había 7.293 geriatras menos que dos años antes en los Estados Unidos, de acuerdo con la Sociedad Americana de Geriatría.
Los geriatras pueden servir como médicos de atención primaria, en su mayoría a las personas en sus 70s, 80s y mayores que tienen múltiples condiciones médicas. También ofrecen consultas y trabajan en equipos médicos interdisciplinarios que cuidan a pacientes mayores.
Reconociendo que los programas de capacitación no pueden satisfacer la demanda esperada a medida que la población envejece, la especialidad ha puesto en marcha programas para educar a otros médicos en los principios de la medicina geriátrica.
“Hemos estado tratando que todos los médicos se entrenen en lo que llamamos el ‘nivel 101 de geriatría’ (nivel básico)”, dijo la doctora Rosanne Leipzig, profesora de geriatría en la Icahn School of Medicine en Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.
Competencias esenciales. Los investigadores han pasado mucho tiempo en los últimos años examinando exactamente lo que hacen los geriatras.
Un artículo de 2014 de Leipzig y varios coautores definió 12 competencias esenciales, incluida la optimización del funcionamiento y el bienestar de los adultos mayores; ayudar a las personas de la tercera edad y a sus familias a tener claras sus metas de atención y diseñar planes acordes; gestión integral de medicamentos; coordinación amplia de los servicios; y proporcionar cuidados paliativos y del final de la vida, entre otras habilidades.
Interconectando estas habilidades está un experto que entiende cómo los cuerpos, las mentes y las vidas de los mayores se diferencian de los adultos de mediana edad.
“Tomamos una historia mucho más amplia que mira lo que nuestros pacientes pueden y no pueden hacer, cómo se mueven en su entorno, cómo ven su futuro, sus sistemas de apoyo y su integración en la comunidad”, dijo el doctor Kathryn Eubank, directora médica de la unidad de Atención Aguda para Ancianos del Centro Médico de Asuntos de Veteranos de San Francisco. “Y cuando surge un problema con un paciente, tendemos a preguntar ‘¿cómo ponemos esto en el contexto de otras preocupaciones que pueden estar relacionadas?’”.
Síndromes geriátricos. Otra competencia esencial es centrarse en cuestiones que otros médicos de atención primaria a menudo descuidan, especialmente las caídas, la incontinencia, la debilidad muscular, la fragilidad, la fatiga, el deterioro cognitivo y el delirio. En medicina, estos problemas se conocen como “síndromes geriátricos”.
“Si estás perdiendo peso, te estás cayendo, no puedes subir un tramo de las escaleras, estás cansado todo el tiempo, estás infeliz y consumes diez o más medicamentos, ve a un geriatra”, dijo el doctor John Morley, profesor de geriatría en la Universidad de Saint Louis.
“Gran parte de lo que hacemos es deshacer los tratamientos prescritos por otros médicos que no funcionan”, agregó Morley.
Recientemente, escribió sobre un paciente de 88 años con metástasis de cáncer de próstata que tomaba 26 medicamentos. El anciano estaba preocupado por una profunda fatiga, que se disipó después de que Morley le quitó todos menos una medicación. (La mayoría de los fármacos tenían un beneficio mínimo esperado para alguien al final de la vida). El paciente murió pacíficamente ocho meses después.
Eubank contó sobre un paciente combativo y confundido de 80 años, que su equipo vio en el hospital después de la amputación de una de sus piernas. Aunque los médicos reconocieron que el paciente estaba delirando, le habían recetado medicamentos que empeoraban esa condición, no le daban suficiente alivio al dolor y pasaban por alto su estreñimiento.
“Se detuvieron los medicamentos que contribuían al delirio. Hicimos que la habitación del paciente fuera más silenciosa, para que se lo molestara menos, y se le pidió al personal que no interrumpiera su sueño entre las 10 de la noche y 6 de la mañana”, explicó Eubank. “Trabajamos para levantarlo de la cama, normalizar su vida tanto como fuera posible y asegurarnos de que tuviera un audífono para poder escuchar lo que estaba pasando”.
Durante los cuatro días siguientes, el paciente mejoró cada día y fue dado de alta cómo resultado del éxito de la rehabilitación.
Encontrar ayuda. Una consulta geriátrica típicamente involucra dos citas: una para realizar una evaluación integral de su funcionamiento físico, psicológico, cognitivo y social, y otra para revisar un plan de atención propuesto.
La Sociedad Americana de Geriatría tiene un buscador de geriatras en su sitio web, un recurso útil. Además, puede ver si una escuela de medicina cercana o centro médico académico tiene un departamento de geriatría.
Muchos médicos afirman tener competencia en el cuidado de adultos mayores. Preocúpese si no revisan con cuidado sus medicamentos, si no preguntan acerca de los síndromes geriátricos o si no lo consultan acerca de las metas que tiene para su atención, aconsejó el doctor Mindy Fain, jefe de geriatría y codirector del Centro de Envejecimiento de Arizona en la Universidad de Arizona.
Además, no dude en preguntar: ¿tiene este médico alguna formación adicional en atención geriátrica? ¿Se aproxima al cuidado de los adultos mayores de manera diferente? Si es así, ¿cómo? ¿hay ciertos medicamentos que no usa?
“Podrá ser capaz de ver en las formas y respuestas del médico si lo toma en serio”, dijo Leipzig.
Si no, siga buscando.
La cobertura sobre el envejecimiento y el mejoramiento de la atención de los adultos mayores es apoyada por The John A. Hartford Foundation.