Mientras los líderes republicanos se vuelven a organizar para reconsiderar sus planes de “derogar y reemplazar” el Obamacare, los defensores de la cobertura de salud universal continúan presionando en California, armados con una renovada voluntad política y un nuevo conjunto de propuestas.
Sindicatos y dos legisladores lideran la idea de un programa de salud estatal único, para todos, financiado por el gobierno. Otro legislador quiere crear una comisión que analizaría las mejores opciones para tener un sistema universal. Y el vicegobernador demócrata Gavin Newsom, quien espera convertirse en el próximo gobernador, ha sugerido crear un sistema en el cual los empleadores cubran las brechas en la cobertura existente.
Las propuestas se alimentan tanto por el temor de perder beneficios bajo la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA) como por la sensación de que la ley no es lo suficientemente inclusiva como para asegurar a todos y reducir los costos.
Pero expertos en políticas de salud dicen que la creación de cualquier tipo de plan universal enfrentaría enormes desafíos políticos y fiscales, y que podría tomar años implementarlo.
“Hay diferentes maneras de lograrlo”, explica Jonathan Oberlander, profesor de medicina social y política de salud en la Universidad de Carolina del Norte. “Ninguna es fácil”.
La propuesta más específica es de California, aunque varios estados han analizado esta opción de atención de salud en los últimos años. Dos senadores estatales, Ricardo Lara (demócrata de Bell Gardens) y Toni Atkins (demócrata de San Diego), son los coautores de la legislación que propone la creación de un programa financiado públicamente solo por el estado.
El proyecto de ley, copatrocinado por la Asociación de Enfermeras de California, tiene como objetivo un sistema de “Medicare para todos” en el cual el gobierno, no las aseguradoras, pagaría y establecería reglas de cobertura.
Lara dijo que la estrategia pondría a California más cerca de un sistema “que cubra más y cueste menos”.
Los autores del proyecto de ley no han anunciado cómo se financiaría el programa. Y ahí es donde se encuentra el mayor obstáculo, analizó Oberlander: en gran medida cambiaría el sistema actual de California, en el que aproximadamente la mitad de la cobertura es patrocinada por los empleadores.
Si “vas a sacar el seguro de salud mayormente fuera del mercado, lo desconectarías de los empleadores”, dijo. “Entonces tienes que compensar todo el financiamiento que vas a perder”.
No hay forma de compensar esas contribuciones perdidas del empleador, aparte de introducir “impuestos muy visibles”, dijo Oberlander. Y ésa no es la única razón por la cual un plan así sería polémico. “Mucha gente está satisfecha con lo que tiene”, agregó.
El grupo de aseguradoras comerciales en California no apoya la idea de una entidad única que pague.
“Un sistema con un pagador único empeoraría la calidad de nuestra atención de salud, no la mejoraría”, dijo Charles Bacchi, presidente y CEO de la Asociación de Planes de Salud de California. “Hemos hecho progresos sustanciales en la expansión y el aumento del acceso y la calidad de atención, este paso hacia atrás sería particularmente devastador para los californianos”.
Varios conservadores también se oponen a esta idea. “Valoramos y esperamos un sistema de salud que tenga elementos de mercado del sector privado”, dijo Lanhee Chen, experto del Hoover Institution y ex colaborador del ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney.
Un sistema universal necesitaría aprobación federal y probablemente tendría que superar otros obstáculos burocráticos, incluso si se aprueba en un estado. Hasta el momento, muchos estados han analizado este sistema, pero ninguno lo ha implementado. Quizás el esfuerzo más conocido fue en Vermont en 2014, pero fracasó después que los funcionarios no pudieran desentrañar cómo financiarlo.
En la misma Legislatura de California se han estado presentando proyectos similares desde 2003, pero todos se frenaron por distintos obstáculos.
Un proyecto de ley de la ex senadora estatal Sheila Kuehl propuso hace unos años la creación de un impuesto a los salarios para ayudar a financiar un programa que habría costado alrededor de $200 mil millones al año. El proyecto fue vetado por el entonces gobernador Arnold Schwarzenegger, quien argumentó preocupaciones financieras.
Kuehl, ahora supervisora del condado de Los Ángeles, dijo que este momento es tan bueno como siempre para reintroducir una propuesta de seguro universal porque muchas personas temen perder cobertura bajo las propuestas republicanas que se discuten en Washington, DC.
“El ACA creó más familiaridad con el hecho de estar asegurado”, dijo Kuehl. Se ha reconocido el valor de tener cobertura.
Otros observadores dicen que los intentos de ampliar el acceso no deberían socavar los esfuerzos por aumentar el número de asegurados bajo el Obamacare. La amenaza al Medicaid o el acceso a seguros privados sigue siendo real, dicen.
“California debería explorar todas las opciones, pero no deberíamos hacer eso si significa retirar el apoyo para proteger ACA”, dijo Jerry Kominski, director del Centro de Investigación de Políticas de Salud de la UCLA. “Se necesitarían décadas para volver adonde estamos ahora”, expresó.
En una entrevista con California Healthline, el gobernador de California Jerry Brown enfatizó que el financiamiento de un sistema con un pagador único sería un gran reto. Aunque dijo que iba a apoyar esta conversación, no aclaró si apoyaría el proyecto.
El uso de ese modelo para ampliar la atención de la salud en todo el estado tiene algunas ventajas políticas, dijo Oberlander, porque se basa en el “statu quo en lugar de una reestructuración radical” del sistema actual.
Otro legislador de California propone al menos mantener la discusión sobre la atención de salud universal, mediante la creación de una comisión que haría varias recomendaciones a los legisladores.
“Tenemos que ser capaces de movernos en múltiples pistas a la vez”, dijo el asambleísta Rob Bonta (demócrata de Oakland), quien lidera el proyecto de ley para crear la comisión de Salud para Todos, que se reunirá en 2018.
El debate en Washington podría producir algunas oportunidades sorprendentes para California y otros estados. Los federales podrían, por ejemplo, aprobar exenciones para permitir otros tipos de experimentación dentro de los estados. Algunos republicanos están a favor de un enfoque en el que cada estado decida sobre su propio sistema de cobertura, dentro de ciertos límites.
Eso podría significar una disminución de la cobertura en algunos estados, pero en California podría abrir la puerta a un nuevo modelo.
“Es posible que algunos estados de tendencia liberal hagan cosas que antes no creíamos posibles”, concluyó Oberlander.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, quien publica California Healthline, un programa editorialmente independiente de la California Health Care Foundation.