El presidente Donald Trump quiere emplear una maniobra presupuestaria poco utilizada llamada “rescisión” para eliminar $15 mil millones en gastos federales, incluidos $7 mil millones del popular Programa de Seguro de Salud para Niños (CHIP).
Funcionarios de la administración insisten en que los recortes no afectarán en forma negativa a ningún programa: se trata de dinero que el Congreso solicitó y que, al no utilizarlo, se devuelve a las arcas del Tesoro.
En una declaración en el blog de la Casa Blanca, Russ Vought, subdirector de la Oficina de Administración y Presupuesto, dijo que la administración apoya firmemente al programa CHIP. “La cancelación de estos fondos no tendrá ningún impacto en el programa”, escribió Vought.
Pero los defensores de la salud infantil son cautelosos, en especial porque la propuesta llega unos meses después que el Congreso dejara de autorizar dinero para CHIP, lo que obligó a los estados a solicitar millones en fondos de emergencia para mantener a los niños con cobertura de salud.
CHIP, que cubre a 9 millones de niños de familias de bajos ingresos que ganan demasiado para calificar para Medicaid, entre ellas miles de latinos, está financiado en su mayor parte por el gobierno federal. Pero son los estados los que operan el programa.
A medida que los buitres del presupuesto y los defensores de los niños disputan el efecto del plan, las siguientes son algunas respuestas sobre la propuesta de Trump.
¿Qué son las rescisiones?
Desde la década de los 70, los presidentes han tenido el poder de retirar dinero —asignado previamente por el Congreso— de programas federales, si el Congreso lo aprueba. Esa herramienta del presupuesto no se usa regularmente. El último presidente en buscar y obtener la aprobación de este tipo de dinero fue Bill Clinton.
Una vez que el presidente recomienda una rescisión, el Congreso tiene 45 días para aprobar la solicitud. Solo necesita mayoría de votos en cada cámara para aprobarlo.
Si no se aprueba, la solicitud no tendrá efecto.
El presidente puede recomendar este tipo de recortes solo con fondos que el Congreso se apropie. Programas como Medicaid y Medicare, no están sujetos a rescisiones.
¿Reducir $7 mil millones de CHIP realmente no tendrá ningún impacto en el programa?
Eso es difícil de decir.
Hay $7 mil millones en juego. La administración dice que ya no se pueden gastar $5 mil millones porque el período para enviarlo a los estados ha expirado. Los otros $2 mil millones se están tomando de un fondo de contingencia federal para CHIP. Ese dinero solo se usará si se enfrenta un déficit presupuestario. La economía está mejorando, y la administración está apostando a que la demanda de CHIP disminuirá, por lo que no haría falta el fondo de contingencia.
Aún así, los defensores de la salud infantil, que soportaron meses de incertidumbre sobre si el Congreso restablecería los fondos federales para CHIP en 2017, están preocupados.
“Creo que el recorte al fondo de contingencia es particularmente preocupante”, dijo Bruce Lesley, presidente de First Focus, un grupo de defensa.
¿Por qué el presidente Trump está utilizando esta maniobra presupuestaria?
Después de firmar un proyecto de ley de gastos de $1,300 trillones en marzo, el presidente fue presionado por los conservadores en el Congreso para reducir el déficit federal.
Una estrategia, según estos conservadores, es rescindir el dinero que no se ha gastado para evitar que los legisladores utilicen esos fondos para pagar otros programas.
¿Deberían los padres de niños en CHIP estar preocupados?
Sí, si el Congreso acepta los recortes, dijo David Super, profesor de derecho en la Universidad de Georgetown. Pero los analistas políticos sugieren que eso no es probable ya que algunos senadores republicanos ya se han pronunciado en contra de la medida. Con los republicanos con una mayoría de 51-49 en el Senado, y el senador John McCain (R-Ariz) luchando contra el cáncer en el cerebro en su estado, el presidente probablemente necesitaría que todos los republicanos en el Senado aprobaran la rescisión.
“Esto es teatro político puro, teatro feo”, dijo Super, quien señaló que la administración le está diciendo a los conservadores que los recortes reducirán el déficit. Pero en las llamadas a los medios, altos funcionarios del gobierno dijeron que los recortes no tendrán ningún efecto programático.
Otros programas destinados a recortes incluyen los fondos de ayuda para el huracán Sandy, que impactó en octubre de 2012, y el dinero asignado para responder a un posible brote del mortal virus del Ébola.
Los defensores de la salud deberían estar muy preocupados por los $800 millones en rescisiones identificadas por la administración para el Centro de Innovación de Medicare y Medicaid. Este programa fue creado por la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA) de 2010 para encontrar formas de hacer que los programas de salud funcionen de manera más eficiente y ahorrar dinero.
La cobertura de KHN de los problemas de salud de los niños es apoyada en parte por la Fundación Heising-Simons.