Cuando Karolyn Schrage escuchó por primera vez sobre la “pandilla del dominó” en la clínica de salud que dirige en Joplin, Missouri, asumió que tenía que ver con pizza.
Pero resultó ser un grupo de hombres de entre 60 y 70 años que celebraban noches de juegos, que incluían tener sexo entre ellos. Llegaron a su clínica infectados con sífilis.
Esa es la nueva normalidad para Schrage. Mujeres embarazadas, hombres jóvenes y adolescentes forman parte del número cada vez mayor de pacientes con sífilis que llegan a la clínica Choices Medical Services, en la zona rural del suroeste del estado. El tratamiento antibiótico para la sífilis, la penicilina G benzatina, literalmente se esfuma de los estantes.
Funcionarios de salud pública dicen que los condados rurales en el medio oeste y el oeste del país se están convirtiendo en el nuevo campo de batalla de la sífilis. Si bien esta infección aún se concentra en ciudades como San Francisco, Atlanta y Las Vegas, se está propagando hacia lugares como Missouri, Iowa, Kansas y Oklahoma, generando un nuevo conjunto de desafíos.
En comparación con los centros urbanos, las poblaciones rurales tienden a tener menos acceso a recursos de salud pública, menos experiencia con la sífilis y menos disposición para abordarla por la mirada conservadora sobre la homosexualidad y las relaciones sexuales no matrimoniales.
En Missouri, por ejemplo, el número total de pacientes con sífilis se ha más que cuadruplicado desde 2012 -saltando de 425 a 1,896 casos el año pasado- según un análisis de Kaiser Health News de nuevos datos de salud estatales. Casi la mitad de los casos se concentran fuera de los principales centros de población y de los típicos puntos de enfermedades de transmisión sexual (ETS) de Kansas City, St. Louis y su condado adyacente. Los casos de sífilis se multiplicaron por lo menos ocho veces durante ese período en el resto del estado.
En Choices Medical Services, Schrage ha visto crecer el número de casos de cinco a 32 en el primer trimestre de 2019, solo en comparación con el mismo período del año pasado. “No he visto nada igual en mi historial de atención de la salud sexual”, dijo.
En 1999, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) tenían un plan para erradicar las enfermedades de transmisión sexual que ese año sumaban más de 35,000 casos en todo el país. Si bien la sífilis puede causar daño neurológico permanente, ceguera o incluso la muerte, es tratable y curable. Al centrarse en los epicentros agrupados principalmente en todo el sur de California y en las principales áreas urbanas, el plan parecía posible.
En cambio, los casos en los Estados Unidos superaron los 101,500 en 2017 y continúan aumentando junto con otras infecciones sexuales. La sífilis ha regresado en parte debido al aumento del consumo de drogas, pero los funcionarios de salud están perdiendo la lucha debido a una combinación de recortes en los fondos nacionales y estatales de salud y el desmoronamiento de la infraestructura de salud pública.
“Realmente me sorprende que en el mundo occidental moderno estemos lidiando con una epidemia que casi fue erradicada”, dijo Schrage.
Historias terribles
Craig Highfill, quien dirige los esfuerzos de prevención de Missouri para la Oficina de VIH, ETS y Hepatitis, tiene historias de terror sobre cómo se puede malinterpretar la sífilis.
“Oh, no, cariño, solo las prostitutas contraen sífilis”, dijo Highfill que un médico rural le dijo a una paciente, quien le preguntó si tenía una enfermedad de transmisión sexual después de detectar una lesión en la piel.
En las ciudades pequeñas, los pacientes más jóvenes temen que su médico local, que también puede ser su maestro de escuela dominical o entrenador de baloncesto, pueda llamar a sus padres. Otros no quieren arriesgarse a que la recepcionista en la oficina de su médico disemine el chisme sobre su diagnóstico.
Algunos hombres no les han dicho a sus familiares que están teniendo relaciones sexuales con otros hombres. Es más, no tienen ni idea que su pareja pueda haberlos engañado, y sus médicos no quieren preguntar, según Highfill.
Incluso es difícil esperar que los proveedores de salud, quienes no han visto un caso de sífilis en su vida, reconozcan automáticamente las características distintivas de la que suele llamarse la “gran simuladora”, dijo Highfill. La sífilis puede manifestarse de manera diferente entre los pacientes, pero con frecuencia aparece durante algunas semanas como lesiones o erupciones, a menudo descartadas por médicos que no esperan encontrarse con esta enfermedad.
Desde el año 2000, la epidemia de sífilis actual ha sido más frecuente entre hombres que tienen sexo con hombres. Pero a partir de 2013, funcionarios de salud pública comenzaron a ver un aumento alarmante en el número de mujeres que contraen sífilis, lo cual es particularmente inquietante, considerando los efectos mortales de la sífilis congénita, cuando la enfermedad pasa de una mujer embarazada a su feto. Eso puede causar un aborto espontáneo, muerte fetal o deformidades de nacimiento.
De acuerdo con los CDC, hay un número creciente de mujeres infectadas por sus parejas, mientras sigue aumentando el consumo de metanfetaminas, heroína u otras drogas intravenosas. Funcionarios de salud pública sugieren que el aumento del consumo de drogas, que puede resultar en un patrón de relaciones sexuales de riesgo o de intercambio de drogas por sexo, empeora los brotes.
Esta peligrosa tendencia está creciendo particularmente en las zonas rurales de Missouri, explica la doctora Hilary Reno, profesora asistente de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, quien está investigando la transmisión de la sífilis y el uso de drogas en el estado. Al rastrear los casos desde 2015 hasta junio de 2018, descubrió que más de la mitad de los pacientes fuera de las principales áreas metropolitanas de Kansas City y St. Louis informaron haber consumido drogas.
Menos dinero, más problemas
La financiación federal para la prevención de las ETS se ha mantenido relativamente estable desde 2003, con $157.3 millones asignados para el año fiscal 2018. Pero eso equivale a una disminución de casi el 40% en el poder de compra durante ese tiempo, según la Coalición Nacional de Directores de ETS.
En Missouri, la financiación anual de los CDC se redujo en más de $354,000 desde 2012 hasta 2018, una disminución del 17%, incluso a medida que la cantidad de casos se cuadruplicó, dijo Highfill.
Iowa también ha visto cómo sus fondos para las ETS se han reducido en $82,000 en la última década, según George Walton, gerente del programa de ETS del Departamento de Salud estatal.
“Es muy difícil adelantarse a una epidemia cuando el número de casos aumenta constantemente, a veces rápido, y sus recursos están, en el mejor de los casos, estancados”, dijo Walton. “Simplemente se vuelve abrumador”.
Highfill se lamentó que las legislaturas de Texas, Oregon y Nueva York hayan asignado dinero estatal para crear conciencia o proporcionar transporte a las clínicas locales. Missouri no ha asignado nada.
Un nuevo campo de juego
En la era digital, combatir la sífilis es mucho más difícil para los oficiales de salud pública, dijo Rebekah Horowitz, analista principal del programa de VIH, enfermedades de transmisión sexual y enfermedades virales en la National Association of County and City Health Officials.
El aumento en el uso de aplicaciones anónimas brinda a las personas un mayor acceso a más parejas sexuales, explicó. Ahora, encontrar a esas parejas es mucho más difícil que visitar el bar local de la ciudad.
“No podemos entrar en Grindr y hacer nuestros esfuerzos tradicionales de salud pública”, dijo.
Eso no quiere decir que el departamento de Highfill no lo haya intentado. Ha diseñado una serie de anuncios educativos en Instagram, Grindr y Facebook que muestran mensajes como “El conocimiento te sienta bien”.
A Highfill le encantaría hacer más, si Missouri tuviera el dinero.
Las clínicas de salud pública en todo el país también han tenido que limitar las horas, reducir las evaluaciones y aumentar las tarifas que pueden alcanzar hasta los $400. Y algunas gerenciadas por los departamentos de salud a lo largo el país se han visto obligados a cerrar, al menos 21 solo en 2012, según los datos de los CDC.
En Missouri, las restricciones a los reembolsos de Medicaid de Planned Parenthood, que se aprobaron el año pasado en la Legislatura y que están nuevamente bajo debate, significan que la organización sin fines de lucro no puede recibir reembolsos por el tratamiento de ETS para algunos pacientes.
Esa es otra grieta en la infraestructura de salud pública que ya de por sí está fallando, dijo Reno, el profesor de la Universidad de Washington que también se desempeña como director médico de la Clínica de Salud Sexual del Condado de St. Louis.
“Tenemos un sistema que ni siquiera logra flotar”, dijo. “Y nosotros somos el barco que intenta no hundirse”.
Lo que necesitas saber sobre la sífilis:
- La sífilis es una infección bacteriana que se transmite a través del sexo oral, vaginal y anal. Es tratable y curable con antibióticos.
- La sífilis provoca llagas que generalmente no causan dolor pero que pueden propagar la bacteria a otras personas. También se puede pasar de una mujer embarazada infectada a su feto, con riesgo de aborto involuntario, muerte fetal o deformidades en el nacimiento. La segunda fase de la enfermedad puede causar erupciones en la piel, inflamación de los ganglios linfáticos y fiebre. Las etapas finales de la enfermedad pueden causar daño neurológico permanente, ceguera o muerte.
- A pesar de un plan de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en 1999 para erradicar la enfermedad, los casos de sífilis infecciosa se han disparado en los últimos años, saltando 76% a nivel nacional de 2013 a 2017.
- Una combinación de recortes en la financiación nacional y estatal, el desmoronamiento de la infraestructura de salud pública, una mayor movilidad, el estigma continuo y el aumento del uso de drogas está impulsando el alza.
- La mejor manera de prevenir la sífilis entre las personas sexualmente activas es usar condones de látex o diques dentales (que se colocan en la boca como una barrera entre la boca y los genitales) durante las relaciones sexuales orales.