ATHENS, Ohio — El 5 de abril, Ciera Smith se sentó en un auto estacionado en el camino de entrada al Rural Women’s Recovery Program con una difícil decisión que tomar: ir a la cárcel o iniciar un tratamiento para combatir su adicción.
Smith, de 22 años, comenzó a abusar de drogas cuando tenía 18, atraída por “lo bien que la pasaba” con sus amigos cuando fumaban marihuana. Más tarde se volvió adicta a analgésicos. Luego, a medicamentos anti-ansiedad como Xanax y, finalmente, a Suboxone, un narcótico que generalmente se utiliza para reemplazar a los opioides en el tratamiento de la adicción.
Antes de salir del auto, decidió que necesitaba drogarse una vez más antes de comenzar el tratamiento. Metió la mano en su bolso, y luego tragó un puñado de pastillas de gabapentina.
En diciembre pasado, la Junta de Farmacia de Ohio comenzó a reportar ventas de recetas de gabapentina en su monitoreo regular de sustancias controladas. El fármaco, que no es un opioide ni está calificado como una sustancia controlada por las autoridades federales, se utiliza para tratar el dolor que afecta a nervios dañados. Pero la junta encontró que era la medicación más recetada en su lista ese mes, superando a las de oxicodona en más de 9 millones de dosis. En febrero, la Red de Monitoreo de Abuso de Sustancias de Ohio emitió una alerta sobre el creciente uso indebido de esta droga en todo el estado.
Y esto no está ocurriendo sólo en Ohio. La capacidad de gabapentina para hacer frente a múltiples enfermedades ha ayudado a convertirlo en uno de los medicamentos más populares en los Estados Unidos. En mayo, fue la quinta droga más recetada en el país, según GoodRx.
La gabapentina está aprobada por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) para tratar la epilepsia y el dolor relacionado con el daño nervioso, llamado neuropatía. También conocido por su nombre comercial, Neurontin, el fármaco actúa como un sedante. Es considerado como no adictivo y promocionado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) como una intervención alternativa a los opioides para el dolor crónico. En general, los médicos no recetan más de 1.800 a 2.400 miligramos de gabapentina por día, según información en el sitio web de la Clínica Mayo.
La gabapentina no tiene el mismo riesgo de sobredosis letales que los opioides, pero expertos en drogas dicen que los efectos de su uso durante períodos largos de tiempo o en cantidades muy altas, particularmente entre las poblaciones sensibles como las mujeres embarazadas, no son bien conocidos.
A medida que los proveedores distribuyen el fármaco en cantidades masivas para condiciones como el síndrome de piernas inquietas y el alcoholismo, se está convirtiendo en una droga de abuso. La gabapentina puede aumentar la euforia causada por un opioide y evitar los síntomas de abstinencia. Además, puede prevenir los efectos de bloqueo de los medicamentos utilizados para el tratamiento de la adicción, lo que permite a los pacientes estar drogados mientras están en rehabilitación.
Athens, sede de la Universidad de Ohio, se encuentra en la esquina sureste del estado, una zona que ha sido devastada por la epidemia de opioides. A pesar de la experiencia en la lucha contra el uso ilícito de drogas, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y los consejeros de drogas dicen que la adición a la gabapentina agrega un nuevo obstáculo.
“No sé si tenemos una idea clara del riesgo”, dijo Joe Gay, director ejecutivo de Health Recovery Services, una red de centros de rehabilitación con sede en Athens.
“Disponible para abusar”
Una revisión de la literatura publicada en 2016 en la revista Addiction encontró que cerca de un quinto de los que abusan de opioides también usan mal gabapentin. Otro estudio de 2015 realizado en adultos en Kentucky Appalachian que abusaron de opioides halló que el 15% de los participantes también habían usado gabapentina en los últimos seis meses “para drogarse”.
En el mismo año, el medicamento estuvo involucrado en 109 muertes por sobredosis en West Virginia, informó el diario Charleston Gazette-Mail.
Rachel Quivey, una farmacéutica de Athens, dijo que notó signos del uso indebido de gabapentina hace cinco años, cuando los pacientes comenzaron a buscar el medicamento varios días antes de que se agotara la receta.
“La gabapentina está disponible tan fácilmente”, dijo. “En mi opinión, ahí es donde está el mayor peligro: está disponible para abusar de ella”.
En mayo, la farmacia de Quivey preparó aproximadamente 33 recetas de gabapentina por semana, dispensando 90 a 120 píldoras por cada cliente.
Para los clientes que llegan con recetas que exigen una dosis alta de la droga, Quivey a veces llama al médico para discutir sus preocupaciones. Pero muchos de ellos no son conscientes del uso indebido de gabapentina, dijo.
A medida que la gabapentina se repone regularmente en los estantes de Quivey, la presencia de la droga está aumentando en las calles de Athens. Una píldora de 300 miligramos se vende por sólo 75 centavos.
Sin embargo, de acuerdo con Chuck Haegele, supervisor de la Unidad de Delitos Graves en el Departamento de Policía de la ciudad de Athens, la aplicación de la ley puede hacer poco por detener su propagación. Y es así porque la gabapentina no está clasificada como una sustancia controlada. Esa designación impone restricciones sobre quién puede poseer y dispensar la droga.
“Realmente no hay mucho que podamos hacer en este momento”, dijo. “Si no se controla… no es ilegal que alguien que no tenga receta la tenga”.
Haegele dijo que escuchó sobre la droga hace menos de tres meses cuando un oficial recibió accidentalmente un mensaje de texto de alguien que ofrecía venderla. La policía todavía está tratando de evaluar la amenaza de la gabapentina, agregó.
Pocas pruebas
En Athens, casi cualquier persona arrestada que, se descubre, está luchando contra la adicción tiene la opción de pasar por un programa de abuso de drogas ordenado por una Corte para recibir tratamiento. Pero las autoridades dijeron que algunos se aprovechan de la falta de exámenes de rutina para usar gabapentina para drogarse mientras están en rehabilitación.
Brice Johnson, un oficial de libertad condicional en la Corte Municipal del condado de Athens, dijo que los participantes en el programa de abuso de sustancias tóxicas de la corte municipal se someten a pruebas de gabapentina sólo cuando se sospecha que existe abuso. Las evaluaciones no se hacen regularmente en cada cliente porque el abuso no ha sido una preocupación y la prueba agrega gastos, dijo.
El programa de rehabilitación que se ejecuta a través de la oficina del fiscal del condado, llamado Fresh Start, hace pruebas de gabapentina. Su última ronda detectó la droga en cinco de sus aproximadamente 238 participantes activos, dijo el fiscal Keller Blackburn.
Linda Holley, supervisora clínica en un programa de atención ambulatoria de Athens dirigido por los Servicios de Recuperación de Salud, dijo que sospecha que al menos la mitad de sus clientes en tratamiento por abuso de Suboxone consumen gabapentina. Pero el centro no puede darse el lujo de hacer pruebas regularmente a cada participante.
Holley dijo que ve clientes a quienes se les receta gabapentina, pero, debido a las leyes de privacidad, no puede compartir el estatus de una persona en recuperación con un proveedor externo sin un consentimiento escrito. Las restricciones dan a los clientes en recuperación una oportunidad de drogarse usando fármacos que obtuvieron legalmente y todavía pasar una prueba de drogas.
“Con la gabapentina, desearía que hubiéramos podido hacer más, pero nuestras manos están atadas”, dijo. “No podemos hacer nada más que educar al cliente y desalentarlos” de usar estos medicamentos.
Smith visitó a dos médicos separados para obtener una receta. Mientras circulaba por el tribunal de drogas, las reuniones de Narcóticos Anónimos, la cárcel por recaer en la cocaína y el arresto domiciliario impuesto con un brazalete de tobillo, dijo que su abuso de gabapentina no fue detectado hasta que llegó al centro de rehabilitación.
Hoy en día, Smith se aferra al proceso de recuperación. Espera a su bebé a principios de julio, por eso, terminar exitosamente el programa no sólo significa sobriedad, sino la oportunidad de volver a tener la custodia de su hija mayor y criar a sus hijos.
La mujer tiene la intención de reubicar a su familia lejos de amigos y rutinas la impulsaron a caer en la adicción y dijo que ayudará a tener a su hija lejos de cometer errores similares.
“Todo lo que puedo hacer es estar allí y decirle lo que sé sobre la adicción”, dijo Smith, “espero que ella elija ir el camino correcto”.