Muchas personas de grupos raciales y étnicos minoritarios dicen que se preparan mentalmente para recibir insultos y ser prejuzgados antes de las citas médicas, según una nueva encuesta entre pacientes que reafirma la prevalencia de la discriminación racial en el sistema de salud de Estados Unidos.
La encuesta de KFF, que se realizó con casi 6,300 pacientes que han estado recibiendo atención en los últimos tres años, encontró que alrededor del 55% de los adultos de raza negra sienten que deben tener mucho cuidado con su apariencia para ser tratados de manera justa por los médicos y otros proveedores de atención de salud.
Casi la mitad de los pacientes hispanos, los Indio americanos y los nativos de Alaska sienten lo mismo, al igual que aproximadamente 4 de cada 10 pacientes asiáticos.
En comparación, el 29% de los blancos no hispanos encuestados dijeron que se preocupaban por su apariencia antes de las citas.
“En 2023, la noción de que cualquier persona debe prepararse para sufrir discriminación es triste por un lado y enojoso por el otro”, dijo Burgess Harrison, director ejecutivo de la National Minority Health Association, en un correo electrónico . “El estrés que causa, además de cualquier problema de salud involucrado… es una locura”.
La discriminación ha sido durante mucho tiempo una preocupación tanto para los pacientes como para los proveedores de atención médica, en un país en donde las disparidades raciales en los resultados de salud son enormes y particularmente desfavorables para las personas negras.
Un hombre hispano de 30 años de Illinois, que respondió a la encuesta de KFF, dijo a los investigadores que cuando va a sus citas médicas usa ropa con el logo de la universidad en donde trabaja. Se dio cuenta que cuando los proveedores se enteran que es profesor, lo escuchan más atentamente y lo involucran más en las decisiones médicas, dijo.
Una mujer asiática de 44 años de California dijo que sus médicos varones, blancos no hispanos, ignoraron sus preocupaciones sobre sus problemas respiratorios y le dijeron que “probablemente estaba pensando demasiado en respirar”. Más tarde le diagnosticaron asma.
Los dos encuestados no fueron identificados con nombre y apellido en el estudio.
La encuesta ofrece “una manera de cuantificar realmente cuáles son esas experiencias con el racismo y la discriminación, y las múltiples formas en las que luego impactan en la vida de las personas”, dijo Samantha Artiga, directora del programa de políticas de salud y equidad racial de KFF.
“Para las personas que han estado siguiendo estos temas durante mucho tiempo, los hallazgos no son inesperados”, agregó. Otros hallazgos del sondeo fueron:
- Un tercio de los adultos informaron al menos una de varias experiencias negativas con un proveedor de atención médica en los últimos tres años, como que un profesional asumiera algo sobre ellos sin preguntar, o sugiriera que ellos eran los responsables de su problema de salud.
- Casi una cuarta parte de los adultos negros, el 19% de los adultos nativos de Alaska y nativos americanos, el 15% de los adultos hispanos y el 11% de los adultos asiáticos dijeron que creían que habían sufrido un trato negativo debido a su raza u origen étnico.
- El 22% de las embarazadas o que dieron a luz en los últimos 10 años, de raza negra, dijeron que les negaron los analgésicos que pensaban necesitaban. Sólo el 10% de los adultos blancos no hispanos en circunstancias similares informaron la misma queja.
Cuando las personas no se sienten respetadas o bienvenidas por sus proveedores de salud, es posible que eso los desanime a buscar ayuda médica o que cambien de proveedor con más frecuencia, dijo Artiga. Los pacientes de poblaciones minoritarias “experimentan peor salud como resultado de un trato injusto en el sistema de atención médica”, agregó.
La encuesta también encontró que la discriminación fuera del sistema de atención médica tenía consecuencias para la salud. Las personas que dijeron haber experimentado discriminación en su vida cotidiana informaron dos veces más seguido que a menudo se sentían ansiosas, solas o deprimidas en comparación con aquellas que rara vez o nunca habían enfrentado discriminación.
La encuesta encontró que las personas negras que reportaron tonos de piel más oscuros tenían más probabilidades de haber sufrido discriminación que aquellos con piel más clara. También reveló “cómo persisten y prevalecen las experiencias de racismo y discriminación hoy en día, en la vida diaria y también en la atención médica, a pesar del aumento de las alertas y el abordaje sobre el racismo”, dijo Liz Hamel, directora de investigación de encuestas y opinión pública de KFF.
La diversidad entre los proveedores de atención médica es importante, según la encuesta. La mayoría de las personas de minorías que participaron en la encuesta dijeron que menos de la mitad de sus visitas médicas en los últimos tres años fueron con un proveedor de su misma raza u origen étnico. Los que sí vieron a un médico de su misma raza o etnia tuvieron más probabilidades de informar mejores experiencias, como que su médico les explicara las cosas “de una manera que pudieran entender” o les preguntara sobre otros factores de salud como su empleo, vivienda y acceso a alimentos y transporte.
El 40% de los adultos negros que vieron a proveedores de su mi raza reportaron haber discutido temas sociales y económicos, mientras que solo el 24% dijo haber charlado sobre estos temas con proveedores de otras razas.
Harrison, de la National Minority Health Association, escribió que “es vital un énfasis renovado en reclutar más personas de color en el campo de la atención médica”.
Agregó que la encuesta “ilustra dolorosamente que el prejuicio racial en la atención sanitaria es tan dañino como cualquier enfermedad”.
La “Encuesta sobre racismo, discriminación y salud” de KFF se realizó del 6 de junio al 14 de agosto en línea y por teléfono entre una muestra representativa a nivel nacional de adultos estadounidenses en inglés, español, chino, coreano y vietnamita.