ATHENS, Georgia – Melissa Lee tuvo que enfrentarse a algo más que a la planificación del funeral cuando su esposo, Dan Williams, se suicidó en enero. También tuvo que ocuparse de la continuación de su grupo de Facebook de 1,400 miembros, “Athens, GA Mask Grades 2.0”, diseñado para ayudar a los residentes de Athens a protegerse de covid-19 calificando a los negocios locales por sus medidas de seguridad.
El grupo sigue un estricto formato que Melissa Lee compara con una reseña de Yelp. La reseña incluye información sobre las disposiciones de distanciamiento físico de una empresa, la disponibilidad de servicios al aire libre, los requisitos de vacunación, y los porcentajes de empleados y clientes que llevan máscara.
“Una máscara es como una señal visible de si se está escuchando o no la misma información”, dijo Lee, que trabaja en relaciones con los donantes en la Universidad de Georgia. “Hay cierta belleza en apoyar a los que están alineados contigo. Pero también es un poco triste que haya dos bandos”.
Este tipo de vigilantes de covid han surgido en múltiples ciudades, apareciendo donde las directrices de seguridad son laxas a pesar del elevado número de casos positivos.
Algunos estados, como Florida, llegan a impedir los mandatos de seguridad locales, aunque el estado ha sido demandado por un grupo de padres por prohibir los estrictos mandatos que establecen las máscaras en las escuelas.
En Georgia, aunque el gobernador republicano Brian Kemp declaró el estado de emergencia por covid, no existe ningún mandato estatal de uso de máscaras. Una orden ejecutiva permite a las empresas hacer caso omiso de las ordenanzas de seguridad contra covid creadas por los gobiernos locales que las exigen.
Del mismo modo, en Tennessee, el gobernador republicano Bill Lee emitió una orden ejecutiva que impide la implementación de órdenes locales sobre mascarillas en 89 condados.
Estos estados contrastan fuertemente con los que tienen normas indiscutibles, como California, donde la máscara es obligatoria en hospitales, escuelas y centros penitenciarios, independientemente del estado de vacunación de las personas.
La falta de acción gubernamental en algunas comunidades ha obligado a muchas personas a llenar el vacío, según Imran Ahmed, CEO del Center for Countering Digital Hate, una organización internacional sin fines de lucro diseñada para erradicar la desinformación en internet.
“Lo que ocurre es que la gente está actuando de manera colectiva, esencialmente replicando lo que los gobiernos deberían estar haciendo, pero de forma privada y por pura desesperación”, dijo Ahmed.
Con unos 6,800 miembros, “Mask Up Huntsville”, con sede en Alabama, afirma que su misión es controlar el cumplimiento de la normativa sobre máscaras por parte de los comercios locales. En la actualidad, Alabama recomienda el uso de mascarillas en interiores, pero no impone ningún mandato al respecto. En el grupo público de Facebook, la gente también puede pedir recomendaciones a otras personas sobre qué médicos y dentistas siguen las directrices contra covid, y pueden compartir anécdotas personales sobre la vida en tiempos de pandemia. Pero hay algo que no se permite: cualquier tipo de posicionamiento político.
En Tennessee, la falta de información por parte de las autoridades gubernamentales dio lugar a un grupo privado de Facebook llamado “Padres de Knoxville contra covid”. Amanda Jamison Gillen creó el grupo para que los padres pudieran informar si su hijo daba positivo en la prueba de covid, como una alerta para otros padres en momentos en el que las escuelas no compartían ningún tipo de información.
Las escuelas del condado de Knox recomendaron el uso de máscaras en 2020, pero no las exigieron cuando se reanudaron las clases en agosto. A finales de septiembre, sin embargo, el distrito escolar actualizó su política de covid tras una orden judicial de un juez de distrito. Ahora exige el uso de mascarillas a todos los estudiantes, al personal y a los visitantes, y los estudiantes deben aislarse si dan positivo en las pruebas de covid.
Chyna Brackeen se unió al grupo de Knoxville el día de su creación. Se convirtió en una de las administradoras del grupo una semana más tarde para ayudar a gestionar su rápido crecimiento y controlar la desinformación.
“Una de las principales razones por las que decidimos exigir la aprobación de los mensajes por parte de un moderador fue para evitar que las teorías conspirativas se extendieran”, explicó Brackeen.
La desinformación sobre covid es persistente en internet, pero Ahmed señaló que esa no es la razón principal para la creación de estos grupos. La gran cantidad de información en línea puede confundir sobre lo que es cierto. Esta sobreabundancia de información ha “atrapado a decenas de millones de estadounidenses en un mundo alternativo en el que un desparasitador de caballos puede ser la solución contra covid”, añadió.
Arthur Caplan, profesor de bioética de la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, dijo que los grupos de redes sociales de seguridad contra covid, basados en la comunidad, ayudan a equilibrar la situación.
“Las redes sociales se han convertido en una especie de caldo de cultivo para los locos”, señaló Caplan. “Para mí deben ser un lugar donde realmente puedes protegerte a ti, a tus hijos, tratar de formar comunidades que tratan de hacer lo correcto, en lugar de socavar los esfuerzos de salud pública”.
Dan Williams creó la página de Athens inspirándose en los esfuerzos de Huntsville. Su página pública llegó a tener más de 2,000 miembros antes de ser denunciada por usuarios de Facebook que no estaban de acuerdo con los mensajes del grupo. Creó una versión privada “2.0” como alternativa.
Williams tenía un historial de problemas de salud mental, y la pandemia pudo haber empeorado las cosas, contó Melissa Lee. “Ese año de una sociedad en ebullición pudo haber afectado a su salud mental”, dijo. “Está claro que le afectó”.
Sin embargo, los miembros continuaron su trabajo y se ofrecieron como administradores voluntarios del sitio después de su suicidio, añadió Lee. Aunque es difícil de rastrear, el grupo de Facebook puede estar teniendo un mayor impacto.
Por ejemplo, en agosto, un miembro del grupo publicó un post sobre Earth Fare, una cadena de tiendas de comestibles que no apoyaba las ordenanzas sobre mascarillas. Dos días después de que le llamaran la atención en redes sociales, Earth Fare Athens publicó lo siguiente en Facebook: “Estamos totalmente de acuerdo con las preocupaciones mencionadas. A partir de ahora, seguiremos todas las directrices exigidas a nivel local”. La empresa declinó hacer comentarios para este artículo.
Facebook y otras plataformas de redes sociales pueden ser valiosas para amplificar y respaldar las recomendaciones de salud pública, apuntó Glen Nowak, codirector del Centro de Comunicación sobre Salud y Riesgos de la Universidad de Georgia. “La idea general es mostrar a las personas que están a favor de algo que hay otras personas que también están a favor, que no están solas”.
Aun así, dijo Nowak, es necesario proceder con cautela, especialmente cuando se trata de cuestiones científicas concretas. “El valor de estos grupos reside en compartir experiencias”, explicó. “Es difícil confiar en fuentes no expertas para cuestiones que realmente tienen que ver con la ciencia o la medicina”.
También preocupa que los grupos en línea no sean ampliamente accesibles más allá de las comunidades que son blancas no hispanas, educadas y conocedoras de las redes sociales, señaló Caplan.
“Los obstáculos habituales están ahí para la población de bajos recursos que podría sumarse a estas iniciativas pero que no tienen acceso a internet”, añadió. O para los que “no se sienten cómodos entrando en un grupo de discusión que es casi exclusivamente blanco no hispano”.
A pesar de todo, a falta de mandatos de seguridad contra covid, grupos como éste resultan útiles para consumidores como Travis Henry. Le ayudan a tomar decisiones informadas.
“No me interesan las medidas adoptadas por todas las tiendas de comestibles de Estados Unidos”, afirmó Henry. “Quiero saber sobre la media docena a las que puedo ir en auto, y cuál tiene el mayor porcentaje de personas con máscara, o cuál ha puesto mamparas de protección”.
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