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Cómo impacta a la ciencia las nuevas normas del gobierno sobre el uso de tejido fetal

(Caitlin Hillyard/KHN illustration; Getty Images)

El reciente anuncio de que el gobierno federal está cambiando su política sobre el uso de tejido fetal humano en la investigación médica está diseñado para complacer a los grupos contra el aborto que han apoyado firmemente al presidente Donald Trump.

Pero podría poner en peligro prometedoras investigaciones, y retrasar los intentos de hacer frente a enfermedades devastadoras como el VIH, el Parkinson y la diabetes, dijeron científicos.

Bajo la nueva política, empleados de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) ya no realizarán investigaciones con tejido fetal humano obtenido de abortos electivos (cuando la mujer decide abortar). Los funcionarios también dejaron de financiar al instante un contrato de varios años con la Universidad de California-San Francisco que utilizaba tejido fetal humano en ratones para investigar terapias contra el VIH.

Los proyectos financiados con fondos federales en otras instituciones de investigación que utilizan tejido fetal pueden continuar hasta que expiren sus subvenciones. Pero la renovación de estos proyectos y las futuras propuestas deberán pasar por un proceso de revisión ético establecido recientemente para recibir financiamiento. Todavía no son claros los estándares que se aplicarán y siquiera si estos proyectos podrán avanzar bajo el patrocinio del gobierno.

El cambio fue recibido con entusiasmo por los que se oponen al aborto, que durante mucho tiempo han tenido a la investigación con tejido fetal en la mira. Muchos científicos, sin embargo, tuvieron una visión muy diferente.

Las siguientes son algunas respuestas a preguntas sobre el tema.

¿Qué es exactamente la investigación con tejido fetal?

El tejido fetal es cualquier tejido u órgano obtenido de un feto de al menos ocho semanas. (antes de esta etapa, se denomina embrión).

La declaración del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) se refirió repetidamente a “tejido fetal humano de abortos electivos”.

Los investigadores generalmente usan tejido fetal a partir de abortos electivos en lugar de abortos involuntarios porque los abortos espontáneos suelen ser el resultado de anomalías cromosómicas u otros problemas del desarrollo que podrían hacer que el tejido no sea adecuado para la investigación.

¿Para qué se utiliza el tejido fetal en la investigación?

Estas células son menos especializadas que las células de tejido adulto y se pueden cultivar fácilmente, lo que las vuelve valiosas para la investigación. El tejido fetal se ha utilizado en muchos tipos de investigación médica, incluido el desarrollo de vacunas contra la poliomielitis, el sarampión y otras enfermedades, y terapias para tratar el Parkinson, la diabetes, la artritis reumatoide y para prevenir la transmisión del VIH.

Algunos investigadores injertan tejido fetal en ratones, creando “ratones humanizados” con formación de sangre humana y sistemas inmunológicos.

El tejido fetal ayuda a los investigadores a aprender sobre los defectos de nacimiento y el desarrollo del tejido humano. En los últimos años, ha sido fundamental para comprender cómo el virus del Zika atraviesa la placenta y afecta el desarrollo del cerebro humano, según una carta enviada en diciembre al secretario del HHS, Alex Azar, firmada por 70 organizaciones para apoyar la continuación de la investigación con tejidos fetales.

¿Existen reglas sobre el uso de tejido fetal?

Las estrictas normas federales rigen la recolección y el uso de tejido fetal humano. Es contra la ley que cualquier persona acepte pago por tejido fetal humano, excepto por cantidades razonables asociadas con la adquisición, almacenamiento u otros costos. También hay disposiciones que requieren que las mujeres que donan tejido fetal para investigación brinden un consentimiento informado, y que prohíben a los médicos alterar el tiempo o el método de un aborto para obtener tejido fetal.

El uso de tejido fetal, ¿siempre ha sido tan controversial como lo es hoy?

Realmente, no. El nivel de controversia en torno a la investigación con tejido fetal aumenta y disminuye. En los Estados Unidos, la investigación con tejido fetal humano se ha estado realizando desde la década de 1930 y los NIH han financiado este tipo de estudios desde los años 50. Sin embargo, se prohibió la financiación de estos trabajos durante parte de las presidencias de Ronald Reagan y George H.W. Bush. El dinero federal se restauró para los NIH con apoyo bipartidista en un proyecto de ley de 1993. Entre los partidarios de ese esfuerzo estuvieron algunos fuertes opositores al aborto, como el senador Strom Thurmond (republicano de Carolina del Sur), quien argumentó que la investigación podría ayudar a las personas con diabetes, como su propia hija.

Los NIH gastaron $115 millones en investigación con tejido fetal humano en 2018, una pequeña fracción de los casi $14 mil millones que gastó en investigación clínica en general. Actualmente financian aproximadamente 200 proyectos que usan tejido fetal, según el HHS.

El tejido fetal se convirtió de nuevo en un tema candente en 2015 con el lanzamiento de videos editados, que luego fueron desacreditados, con el propósito de mostrar a funcionarios de Planned Parenthood discutiendo sobre las políticas y el reembolso de las donaciones de tejidos. El otoño pasado, la administración Trump anunció que estaba realizando una revisión de todas las investigaciones relacionadas con tejido fetal para asegurarse que fueran coherentes con los estatutos y las regulaciones que las regían.

¿No hay alternativas efectivas?

Depende de a quién se le pregunte. Los opositores a la investigación con tejidos fetales señalan una serie de otras opciones posibles, incluidas las células de mono o hámster para las vacunas, así como la sangre recolectada después del nacimiento de los cordones umbilicales, que son ricos en células madre productoras de sangre. También sugieren el uso de células madre adultas y “organoides”, células cultivadas artificialmente que imitan a los órganos.

“¿Por qué seguimos enfocándonos en estos modelos arcaicos cuando existen mejores alternativas, y más nuevas?”, se preguntó Tara Sander Lee, investigadora principal y directora de ciencias de la vida en el Charlotte Lozier Institute, que se opone a la investigación que utiliza tejido fetal de un aborto electivo.

Lee sugirió que usar tejido de un aborto involuntario podría ser una alternativa aceptable al uso de tejido de un feto abortado porque se trata de “una muerte natural, no el asesinato intencional de un niño”.

La carta que los investigadores enviaron a Azar en diciembre calificó la idea de que otras células podrían reemplazar el tejido fetal como “claramente incorrecta”.

“El estudio del tejido fetal humano proporciona a los investigadores una visión incomparable de cómo surgen los defectos de nacimiento y cómo se pueden prevenir, así como una ventana sin paralelo a la complejidad del desarrollo del tejido humano”, dice la carta.

Sally Temple, directora científica del Neural Stem Cell Institute, quien fue presidenta de la International Society for Stem Cell Research, dijo que si bien estas otras células son prometedoras, no están listas para un espacio estelar en las investigaciones.

“Hay mucho entusiasmo por el uso de células madre y hablar sobre cómo podemos usar los organoides tridimensionales”, dijo Temple. Pero los organoides no tienen la misma organización celular o red de vasos sanguíneos. “Los organoides no pueden imitar el tejido real”, agregó.

“Si vamos a entender cómo se desarrollan los tejidos en los seres humanos, realmente tienes que tener acceso al tejido humano”, agregó. “Algo que los pone tan nerviosos que ni siquiera escuchan a los científicos”.

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