COLUMBIA, South Carolina. — Era un sábado tranquilo a mediados de febrero. Virginia Sanders hablaba ante una audiencia que escuchaba con atención.
“Tal vez uno no puede, pero miles pueden”, les dijo. “No permitan que los engañen diciéndoles que no se puede”.
Sanders, de 76 años, lleva toda una vida dedicada al activismo político. Se involucró en el movimiento de derechos civiles. Protestó contra la guerra de Vietnam. Durante las primarias de 2016, sus amigos recuerdan que esta pequeña mujer afroamericana se acercó a unos hombres vestidos con túnicas del Ku Klux Klan para darles volantes a favor del entonces candidato Bernie Sanders, (mismo apellido pero ninguna relación familiar). Según contó, los hombres del clan le tomaron los folletos.
Ahora está enfocada en una batalla diferente, algo que ha capturado la imaginación de los liberales en todo el país: “Medicare para Todos”.
Fuera de Washington, Sanders forma parte de un grupo de activistas que se prepara para llevar esta lucha a estados donde no se le presta atención al tema.
Los organizadores que trabajan con National Nurses United, el sindicato y asociación profesional de enfermeras más grande de los Estados Unidos, han lanzado una campaña popular de apoyo a un amplio proyecto de ley de Medicare para Todos presentado en el Congreso a finales de febrero por las legisladoras Pramila Jayapal (demócrata de Washington) y Debbie Dingell (demócrata de Michigan).
En estados como Texas, Arizona, Louisiana, Idaho y Missouri, se han realizado una serie de eventos para aprovechar la energía y mostrar el entusiasmo que existe, incluso en lugares inesperados, por la idea de Medicare para Todos.
Y es un entusiasmo considerable.
Sanders participó en lo que los activistas llaman una “tormenta de ideas en el granero”. El objetivo del evento fue convertir a algo más de 30 personas que se encontraban en la sala de conferencias de este pequeño hotel en soldados por la causa de la salud, una lucha que, en el mejor de los casos, parece muy cuesta arriba.
Conseguir el Medicare para Todos no será fácil, le dijo Sanders a su audiencia de aspirantes a activistas. Pero ella, aseguró, cree que es posible.
“Les digo que Carolina del Sur es un estado rojo porque es rojo sangre”, comentó Sanders después del evento. “Pero si podemos educar a las personas que viven en el nivel de pobreza, o por debajo de él, para que voten en base a sus intereses, podemos cambiar a Carolina del Sur”.
A nivel nacional, la batalla por la reforma del sistema de salud está plagada de una retórica acalorada. Las encuestas muestran que el concepto cuenta con un apoyo generalizado. Pero ese respaldo disminuye si se informa a los encuestados sobre posibles consecuencias, como la eliminación de los seguros privados o el aumento de los impuestos.
Los demócratas que buscan la nominación de su partido para la elección presidencial en 2020 están adoptando el eslogan de Medicare para Todos, aunque a menudo con una cobertura específica. La industria de la salud se opone. Y los republicanos lo denuncian como “medicina socializada”.
A la “tormenta de ideas en el granero” que tuvo lugar en la capital de Carolina del Sur, asistieron unas 36 personas que comieron sándwiches y papas fritas mientras recibían una clase de dos horas sobre activismo en un año sin elecciones, y el mismo día en que visitó el lugar la senadora Kirsten Gillibrand, demócrata de Nueva York, quien es candidata en las primarias presidenciales.
Al día siguiente por la tarde, en Fayetteville, West Virginia, unas 30 personas asistieron a un evento similar que tuvo lugar en un local situado sobre una tienda y un bar. Los activistas bebieron cerveza, hablaron sobre el tema de la salud, planearon la campaña telefónica y la campaña puerta a puerta para diseminar la información.
Es una energía inusual en torno a una política que, antes de 2016, había sido considerada como una quimera de los progresistas.
“Hay una cantidad increíble de activismo en las comunidades liberales, que también están presentes en estados conservadores”, dijo Robert Blendon, profesor de política de salud y análisis político en la Universidad de Harvard. Ese activismo, añadió, podría influir en las primarias demócratas y, por extensión, en la contienda presidencial de 2020.
Sensaciones sobre el terreno
La coalición que presiona por el Medicare para Todos se agranda y, lo que comenzó con una recolección de firmas durante la campaña presidencial del senador Sanders, ahora atrae a sectores más amplios.
En Fayetteville, los demócratas locales que habían apoyado enérgicamente a Bernie Sanders o a Hillary Clinton en las primarias de 2016 se reunieron para aprender sobre Medicare para Todos, dijo Chris Pennington, un maestro sustituto de 36 años que fue delegado de Sanders en 2016.
El evento de Columbia atrajo sin dudas a la audiencia habitual, dijo Lucero Mesa, de 61 años, organizadora del encuentro, quien copreside el capítulo local de Our Revolution, un grupo de acción política vinculado a la campaña presidencial de Sanders en 2016. Pero luego se sorprendió a medida que llegaban más asistentes: “¡Estoy empezando a ver caras que no reconozco!”, recuerda haber dicho.
A nivel nacional, Medicare para Todos provoca la ira de los legisladores republicanos. Pero “no es un asunto partidista” en un lugar como West Virginia, aseguró Pennington. De hecho, las encuestas de la Kaiser Family Foundation sugieren que hasta un tercio de los republicanos apoyan la idea.
Aunque muchos estados rojos reciben con escepticismo el mensaje de Medicare para Todos, está claro que capitaliza el debate sobre el cuidado de la salud. En Texas, por ejemplo, activistas reconocen que este tipo de reforma radical es improbable, pero dicen que ha abierto la discusión sobre cambios sustanciales, como la expansión de Medicaid promovida por la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA), algo que todavía se considera una posibilidad remota.
Todo esto podría tener ramificaciones políticas de gran alcance. Los activistas que se están organizando ahora, señaló Blendon, probablemente votarán en las próximas primarias demócratas.
“Muchos de estos grupos… aparecerán en estados donde no se esperaría verlos”, dijo. “Hay un principio general que recorre parte del Partido Demócrata. Y el principio es que quieren una cobertura universal, y que el gobierno tenga un papel más fuerte”.
Para alguien como Virginia Sanders, no es tanto un asunto político como moral.
“Tenemos que luchar. La libertad no es gratis”, dijo. “El poder no regala nada. Tienes que tomarlo”.