Finalmente, algo de consenso comenzó a hacerse realidad el martes 25 de febrero, cuando siete candidatos a la nominación presidencial demócrata hablaron sobre el costo de la reforma de salud y coincidieron sobre la legalización de la marihuana.
En el debate número 10 realizado en Charleston, Carolina del Sur, también se unieron para atacar al senador por Vermont Bernie Sanders, actual favorito.
El escenario de las primarias se calienta con 15 estados y Samoa Americana listos para votar la próxima semana, en el Súper Martes.
A pesar de todas las interrupciones y de hablar entre ellos, los candidatos ofrecieron algunas respuestas reflexivas y acordaron al menos en dos cosas: despenalizar la marihuana y eliminar los cargos por posesión de pequeñas cantidades de cannabis de los antecedentes penales.
Sanders dijo que eliminaría la marihuana de la lista de sustancias controladas el primer día de su presidencia y agregó que empoderaría a las comunidades de raza negra, latinas y nativas americanas para comenzar negocios legales de ventas de la droga, en lugar de dejar este mercado lucrativo en manos de corporaciones.
Mike Bloomberg, el ex alcalde de la ciudad de Nueva York, expresó el mayor escepticismo sobre la legalización total debido a sus preocupaciones sobre el efecto de la marihuana en el cerebro de los jóvenes. “Hasta que sepamos lo que dice la ciencia, no tiene sentido seguir adelante”, dijo.
La salud rural también fue un tema, que le dio a la senadora Amy Klobuchar de Minnesota la oportunidad de promocionar su liderazgo en la legislación bipartidista que ayudaría a los hospitales rurales, así como un proyecto de ley de inmigración que alentaría a los médicos nacidos en el extranjero capacitados en los Estados Unidos a practicar en zonas vulnerables.
Medicare para Todos
Pete Buttigieg, el ex alcalde de South Bend, Indiana, se quejó de los cambios de Sanders sobre lo que costaría implementar un Medicare para Todos.
“El senador Sanders dijo en un momento que costaría $40 mil millones, luego 30, luego 17. Es un cambio drástico”, dijo Buttigieg.
De hecho, es cierto que Sanders ha citado diferentes estimaciones, en base a trabajos del Urban Institute, que dice que costaría $40 mil millones considerando el cuidado de salud a largo plazo; y de una publicación en la revista The Lancet, que estima que el nuevo sistema ahorraría $450,000 millones al año, lo que reduciría el costo a $17 mil millones en 10 años.
Los $ 17 mil millones provienen de un artículo publicado este mes en la revista médica The Lancet. Los investigadores dicen que Medicare para Todos ahorraría $ 450 mil millones al año. Eso reduciría el costo significativamente, a solo $ 17 mil millones en 10 años.
Sanders confía en esta cifra para calcular su propio plan para financiar el sistema de pagador único. Su conjunto de ingresos propuesto recaudaría alrededor de $17.14 mil millones en una década. (Para obtener más información sobre el estudio de The Lancet, cuya metodología provocó el escepticismo de muchos analistas de políticas, consulta nuestra verificación de datos completa).
Sanders también dijo en al menos una entrevista que el precio de Medicare para Todos es “imposible de predecir”. Este es quizás el concepto más correcto. Como los analistas han dicho repetidamente, el cambio al pagador único representaría un giro sin precedentes en la historia de los Estados Unidos. Y antes que se pueda predecir cuánto costaría, se debe decidir cuánto se les pagaría a los hospitales y a los médicos.
Expertos en pandemias: ¿en dónde están ahora?
Cuando el debate se dirigió a la amenaza global del nuevo coronavirus, COVID-19, Bloomberg, Klobuchar y el ex vicepresidente Joe Biden utilizaron puntos de discusión similares: que el presidente Donald Trump eliminó a los expertos en salud global de su equipo de seguridad nacional, dejando a los Estados Unidos sin preparación para enfrentar el brote de un virus a nivel mundial o nacional.
“El presidente despidió a los especialistas en pandemias hace dos años”, dijo Bloomberg.
Es cierto que, en mayo de 2018, el principal funcionario de la Casa Blanca que estaba a cargo de la respuesta del país a las pandemias dejó la administración. El contraalmirante Timothy Ziemer fue el director principal de salud y biodefensa global en el Consejo de Seguridad Nacional. Ese equipo de salud global se disolvió después de la partida de Ziemer y se reorganizó como parte de un esfuerzo racionalizado encabezado por el entonces asesor de seguridad nacional, John Bolton.
La posición de Ziemer no se ha cubierto en los últimos dos años. Tom Bossert, un asesor de seguridad nacional que recomendó fuertes defensas contra las enfermedades y la guerra biológica, también se fue en 2018.
En enero, Trump anunció que el Secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, lideraría el grupo de trabajo sobre coronavirus.
La semana del 17 de febrero, un grupo de 27 senadores envió una carta al actual asesor de seguridad nacional, Robert O’Brien, para pedirle que nombrara un nuevo experto en seguridad sanitaria global.
Fondos para enfrentar infecciones globales
El ex vicepresidente Joe Biden dijo que el presidente Donald Trump “recortó los fondos para los CDC”.
Trump ha propuesto en reiteradas oportunidades reducir dramáticamente los fondos de la agencia de salud, que trabaja para contener desafíos de salud pública como el coronavirus, pero el Congreso lo ha impedido en cada oportunidad.
Debido a que el comentario surgió durante una discusión sobre la preparación de los Estados Unidos para infecciones globales emergentes como el coronavirus, analizamos los presupuestos para enfermedades infecciosas emergentes y zoonóticas en los CDC, en lugar de los CDC en su conjunto.
La propuesta de presupuesto inicial de la administración Trump ha sido consistentemente menor que la que se gastó el año anterior. La administración propuso $61.7 millones menos en 2018 que en 2017; $96.4 millones menos en 2019 que en 2018; $114.4 millones menos en 2020 que en 2019; y $85.3 millones menos en 2021 que 2020.
Sin embargo, el Congreso generalmente trata la propuesta de presupuesto de cualquier presidente como una propuesta inicial, y los legisladores reformulan el presupuesto federal como mejor les parezca cuando elaboran proyectos de ley de gastos finales.
Todos los años desde que Trump ha sido presidente, los legisladores aprobaron proyectos de ley que no solo excedieron lo que Trump había pedido sobre infecciones emergentes, sino que también superaron lo que se había gastado el año anterior.
El debate número 11 está programado para el domingo 15 de marzo.
Louis Jacobson de PolitiFact colaboró con esta historia.