El presidente Donald Trump ha insistido durante meses en que el “Obamacare ya está muerto”.
Hace pocos días, su administración siguió a las duras palabras del presidente con acciones perjudiciales, recortando millones de dólares del presupuesto del gobierno para promover la temporada de inscripción abierta de la ley de salud, que comenzará en menos de dos meses.
Es probable que la medida se traduzca en menos publicidad y menos navegadores, personas capacitadas para ayudar a los consumidores a inscribirse y elegir planes de salud, quienes han estado trabajando principalmente en entidades sin fines de lucro o públicas.
El efecto podría causar más confusión para los consumidores en un período más corto de inscripción ya que la administración Trump también redujo en 45 días esta ventana de registro, que ahora será del 1 de noviembre al 15 de diciembre.
Las subvenciones a las organizaciones sin fines de lucro que abastecen de navegadores caerá un 40%, será de $36,8 millones este año y la publicidad caerá un 90%, a 10 millones de dólares, dijeron los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS). El dinero se gastará en 38 estados que usan el mercado de cuidadodesalud.gov del gobierno.
Funcionarios de la administración dijeron que cinco años después de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), la mayoría de la gente sabe que necesita inscribirse y cuáles son sus opciones, y que no hay evidencia de que más publicidad conduzca a una mayor inscripción. El presupuesto de publicidad, $100 millones el año pasado fue el doble que el de 2015.
El anuncio de la administración fue repudiado por destacados, ex funcionarios del gobierno de Obama y organizaciones de navegadores.
“El gobierno de Trump está tratando deliberadamente de sabotear nuestro sistema de atención de salud”, dijo el líder de la minoría del Senado Chuck Schumer (demócrata de Nueva York).
“No puedo pensar cuál es la justificación para hacer esto, porque la experiencia ha demostrado que la gente necesita ayuda para superar el proceso de inscripción”, dijo Jodi Ray, quien dirige el programa de navegadores de la Universidad del Sur de la Florida (USF).
Ray no sabe lo que USF conseguirá este año. Los montos de las subvenciones a los navegadores aún no se han anunciado.
“Va a ser un reto muy grande y va a generar un montón de trabajo extra con menos gente en los centros de inscripción, además que tendrán que hacer el trabajo en la mitad del tiempo”, dijo.
Shelli Quenga, directora de programas para el Proyecto Palmetto en Charleston y Columbia, en Carolina del Sur, teme que su grupo tenga que reducir su fuerza de trabajo y eventos. Palmetto recibió $ 1 millón el año pasado.
“Nos enfrentaremos a recortes masivos a nuestro presupuesto”, dijo Quenga. “Estoy muy preocupada por el destino de los residentes del estado que necesitan acceso a información imparcial”.
El financiamiento para 98 organizaciones de navegadores estará vinculado a la forma en que cada una de ellas se desempeñó el año pasado en relación con las metas de inscripción que ellos mismos establecieron. Aquellos que no alcanzaron sus metas -el 78%, según los CMS- obtendrá menos dinero este año. Si una organización alcanzó sólo el 30% de su meta el año pasado, recibirá el 30% del financiamiento del año pasado.
Esa fórmula tiene algunos defectos, dijo Lori Lodes, quien dirigió los esfuerzos de divulgación del CMS en 2014 y 2015, bajo la administración de Obama.
Por un lado, los navegadores no reciben crédito por cada inscripción que ayudan a producir. A veces, los consumidores los consultan sobre sus opciones y luego completan su inscripción en privado en su casa, dijo Lodes, quien ahora dirige la campaña Families USA llamada Protect Our Care.
Otro problema con la fórmula es que no reconoce las grandes cantidades de tiempo que los navegadores a veces invierten en ayudar a personas que no hablan inglés, o que tienen discapacidades y necesitan más ayuda para encontrar planes de salud adecuados. Eso podría contribuir a que los grupos inscriban a menos personas de lo previsto.
“Las personas que realmente necesitan ayuda provienen de poblaciones más vulnerables”, dijo Lodes. “Las poblaciones más vulnerables no van a recibir la atención que necesitan”.
En un informe para los reporteros, los funcionarios del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) dijeron que se gastó demasiado dinero en años pasados con demasiado poco para justificarlo. Citaron a un grupo de navegadores en un estado el año pasado que matriculó a sólo una persona en un plan de seguros, pero recibió $200,000. Con ese dinero, argumentaron, se podrían haber pagado primas de seguros para 31 personas en ese estado durante todo el año.
Señalaron que el presupuesto publicitario se duplicó el año pasado, pero a pesar del aumento, la matrícula cayó un 42%, o unas 500.000 personas.
Pero Joel Ario, un ex funcionario del HHS en el gobierno de Obama que supervisó los mercados de seguros federales y estatales, desafió esa acusación.
La disminución se debió a la decisión de la administración Trump de poner fin a la publicidad, ya que el período de inscripción abierta de 2017 abarcó hasta las últimas semanas de enero, dijo.
“Es falso decir que los anuncios no se relacionan con la inscripción”, remarcó Ario.
Los estados que gestionan sus propios mercados no están incluidos en el programa de navegadores. Pero algunos de ellos continúan colocando recursos en la inscripción. El presupuesto de marketing 2017-18 de California contrasta marcadamente con el del gobierno federal. El estado está a punto de gastar $111.5 millones en publicidad del Obamacare, más de 10 veces lo que el CMS planea gastar en 38 estados.