La administración Trump aprobó la inmediata utilización de los centros de cirugía ambulatoria, clínicas de rehabilitación, hoteles e incluso de los dormitorios universitarios como hospitales improvisados, centros de atención médica o sitios de cuarentena durante la crisis del coronavirus.
Los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) anunciaron la exención temporal del cumplimiento de una serie de reglas, permitiendo así que los médicos atiendan a más pacientes.
Los hospitales y sistemas de salud saturados con pacientes de COVID-19 podrán transferir a personas con otras necesidades médicas a los 5,000 centros de cirugía ambulatoria de la nación. Casi la mitad de ellos están afiliados a hospitales. Esto le dará al país miles de camas hospitalarias y salas quirúrgicas adicionales, algunas de las cuales cuentan con respiradores o máquinas de anestesia que podrían ser reconvertidas en respiradores.
Los centros de cirugía ambulatoria podrán tratar a pacientes con otras necesidades críticas, como lesiones graves, cáncer o ataques cardíacos, no relacionadas con el COVID-19, lo que permitirá a los hospitales conservar sus escasos recursos y reducir el riesgo de infección de estos pacientes.
Hasta ahora, regulaciones federales permitían a los centros de cirugía ambulatoria atender a los pacientes durante un máximo de 24 horas.
“Transferir a pacientes no infectados ayudará al personal del hospital a centrarse en los pacientes más críticos de COVID-19, a mantener los protocolos de control de infecciones y a conservar el equipo de protección personal”, anunció la agencia en un comunicado.
Muchos centros de cirugía ambulatoria cerraron cuando se les recomendó dejar de hacer procedimientos opcionales. Una coalición de anestesiólogos en las últimas semanas les pidió que dejaran de realizar cirugías no esenciales y que ayudaran a los hospitales.
Las exenciones “permitirán que los hospitales salven más vidas” realizando “cirugías y procedimientos que no pueden esperar hasta que la pandemia termine”, dijo Bill Prentice, director ejecutivo de la Asociación de Centros de Cirugía Ambulatoria, un grupo de la industria.
Antes del anuncio del CMS, la Asociación de Cirugía Ambulatoria de California había expresado su voluntad de ayudar.
Los centros ambulatorios (ASC) “quieren ser parte de la solución, ya que toda la industria de la salud debe unirse para enfrentar este enorme desafío”, expresó Michelle George, presidenta de la Asociación de Cirugía Ambulatoria de California, en una declaración emitida el 30 de marzo.
“Tenemos valiosos recursos que ofrecer en esta crisis, ya sea personal, espacio, equipo, suministros u otras capacidades. Los ASC se están coordinando con los equipos de salud pública a nivel local y regional para ver cómo utilizar sus instalaciones de la manera más efectiva”.
Quienes han presionado para que los centros de cirugía ayuden a los hospitales elogiaron la medida.
“Este es un gran paso en la lucha contra esta pandemia”, señaló el doctor Adam Schlifke, anestesiólogo y profesor de la Universidad de Stanford en California.
“Reconocemos que va a ser difícil”, explicó Schlifke. “Es extremadamente complicado, pero estamos aquí para apoyar a todos los centros de cirugía que sufrirán una reconversión como resultado de esta orden”.
Las exenciones permitirán a los hospitales contratar a médicos y proveedores de atención de la salud locales para hacer frente a una posible saturación; transferir equipo crítico, incluido equipo de telemedicina, a los consultorios médicos; y proporcionar comidas y cuidado infantil a sus trabajadores de la salud.
Los hospitales podrán clasificar a los pacientes enfermos en su comunidad, y luego enviarlos al centro más apropiado, según los CMS.
“El personal médico en primera línea de servicio debe poder centrarse en los pacientes de la manera más flexible e innovadora posible”, apuntó la administradora de los CMS, Seema Verma. “Esta relajación temporal, sin precedentes, de las normas ayudará al sistema de salud a hacer frente a las oleadas de pacientes, dándole herramientas y apoyo para crear lugares de atención no tradicionales y dotarlos de personal rápidamente”.
Incluso con instalaciones adicionales, los hospitales y los sistemas de atención de la salud podrían quedarse sin personal, especialmente cuando los proveedores se enferman con COVID-19. Aunque los centros quirúrgicos suelen emplear sus propias enfermeras, tienden a compartir cirujanos con los hospitales locales.
Más de una docena de estados y asociaciones de atención médica habían solicitado exenciones. La medida de los CMS significa que los estados ya no necesitarán solicitarlas.
Texas había tomado la delantera en los últimos días, incluso antes del nuevo anuncio, al permitir a los hospitales utilizar otras instalaciones. El gobernador de Texas Greg Abbott expresó su interés, la última semana de marzo, en utilizar centros de cirugía ambulatoria para expandir la atención, ordenándoles que informaran al estado sobre el número de respiradores en sus centros.
Estos son algunos de los cambios:
- Se permitirá a las ambulancias transportar a los pacientes a centros de cirugía ambulatoria, centros comunitarios de salud mental, centros de salud calificados por el gobierno federal, consultorios médicos, centros de atención urgente y cualquier lugar que proporcione servicios de diálisis cuando no haya un centro dedicado al tratamiento de la insuficiencia renal. Los hospitales podrán cobrar por los servicios externos y los departamentos de emergencia podrán utilizar los servicios de telesalud para evaluar a los enfermos.
- Las clínicas privados pueden aumentar temporalmente el número de camas, quirófanos y salas de intervenciones menores, de acuerdo con los CMS.
- En lugar de acudir a salas de emergencia abarrotadas, los pacientes podrían ser derivados a otras instalaciones y ser evaluados utilizando la telemedicina. Ese cambio ayudará a preservar el espacio en las salas de emergencia para aquellos que más lo necesitan. Los CMS permitirán a los proveedores de salud tratar a más pacientes a través de aplicaciones o por teléfono y facturar como las visitas en persona.
- Se permitirá a los asistentes médicos y a las enfermeras ordenar exámenes y recetar medicamentos para los que antes se necesitaba el permiso de un médico, siempre que la ley estatal lo permita. Además, las enfermeras anestesistas ya no tendrán que trabajar bajo la supervisión de un médico, lo que permitirá a los médicos centrarse más en los pacientes y menos en la supervisión.
- Para reducir la llegada de pacientes, no afectados por el COVID-19, al consultorio del médico o al hospital, se permitirá que los médicos supervisen a los pacientes a distancia con dispositivos que miden la saturación de oxígeno en la sangre mediante la oximetría de pulso.
Durante semanas, los expertos le han estado pidiendo al gobierno federal que ofreciera estas exenciones. El país “tiene que controlar las instalaciones y el personal que se precisen”, dijo Arthur Caplan, profesor de bioética del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York. “La mejor manera de racionar es evitarlo, ampliando los recursos y compartiendo”.