Julie López, de 21 años, se ha hecho pruebas regulares para detectar enfermedades de transmisión sexual (ETS) desde que era una adolescente. Pero cuando le preguntó por primera vez a su médico de cabecera sobre estos exámenes, el doctor reaccionó con sorpresa.
“Dijo que la gente no solía preguntar”, recordó López, estudiante universitaria en Pasadena, California. “Pero hay que hacerlo, es muy importante”.
López comenzó a ir a Planned Parenthood para hacerse las pruebas porque “hacen las preguntas que deben hacerse”, dijo.
A medida que las tasas de infecciones de transmisión sexual aumentan, a un ritmo constante, en todo el país, funcionarios de salud pública y expertos dicen que los médicos de atención primaria deben intensificar la detección y el tratamiento.
“Sabemos que los médicos no están haciendo suficientes pruebas de detección”, dijo David Harvey, director ejecutivo de la National Coalition of STD Directors. La falla en la detección rutinaria “está llevando a una explosión en las tasas de infecciones sexuales”, dijo, y agregó que los recortes en la financiación y la falta de conciencia del paciente sobre los riesgos empeoran el panorama.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) han establecido pautas para la evaluación anual de las personas sexualmente activas. Entre ellas: las mujeres menores de 25 años deben hacerse la prueba de gonorrea y clamidia, y los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres deben hacerse la prueba de sífilis, clamidia y gonorrea.
Sin embargo, las pruebas no siempre se realizan tal cual se recomienda. Solo a la mitad de las mujeres sexualmente activas de 16 a 24 años con planes de salud privados o Medicaid se las examinó para detectar clamidia en 2015. La tasa fue ligeramente más alta en California.
A nivel nacional, los casos reportados de clamidia, gonorrea y sífilis están en su punto más alto, según revelan datos de los CDC. En un año, de 2016 a 2017, las tasas de clamidia en todo el país aumentaron un 7%, las de gonorrea un 19%, y la de sífilis un 11%.
Las tasas de sífilis congénita, que se trasmite de la madre al bebé durante el embarazo o el parto, aumentaron un 44% durante ese tiempo. Casi un tercio de los casos de sífilis congénita se diagnosticaron en California. El estado también registró un número récord de ETS el año pasado: más de 300,000 casos de gonorrea, clamidia y sífilis temprana en adultos.
Debido a que las infecciones de transmisión sexual generalmente no presentan síntomas, la detección es esencial. Los casos no tratados pueden provocar problemas de salud graves, como dolor crónico, infertilidad o incluso la muerte.
“Los proveedores y profesionales de atención primaria desempeñan un papel crucial en la lucha contra el aumento de las tasas de ETS”, dijo la doctora Laura Bachmann, directora médica de la división de prevención de ETS de los CDC. “Si los proveedores no preguntan y no aplican las recomendaciones de detección, se pasarán por alto la mayoría de las infecciones”.
Los gobiernos estatales no tienen suficiente dinero para combatir el creciente número de casos, en parte porque el financiamiento federal para combatir estas infecciones se ha mantenido estancado, dijo Harvey. El año pasado, se asignaron $152.3 millones en fondos federales para prevención, cifra que no ha cambiado en ocho años.
Los expertos citan varias razones por las cuales los médicos de atención primaria no diagnostican y tratan las ETS de manera rutinaria. Es posible que se preocupen de no recibir una compensación por la prestación de servicios de ETS o que no estén familiarizados con las recomendaciones más recientes sobre pruebas y tratamientos. Por ejemplo, en 2015, los CDC actualizaron los medicamentos que recomiendan para tratar la gonorrea.
Quizás lo más común es que muchos médicos de familia sean reacios a hablar sobre salud sexual con sus pacientes. Un estudio mostró que un tercio de los adolescentes no habían tenido una discusión sobre sexualidad en sus citas anuales.
“Estamos en esta situación con proveedores de atención médica y pacientes, cada uno esperando que el otro empiece la conversación”, dijo el doctor Edward Hook, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Alabama-Birmingham. “Los médicos piensan que si les preguntan a los pacientes sobre su historial sexual pueda resultar ofensivo”.
El doctor Michael Munger, presidente de la Academia Americana de Médicos de Familia, dijo que recuerda que sus conversaciones sobre salud sexual eran incómodas al principio. “Hay muchas conversaciones desafiantes que puedes tener con los pacientes”, dijo. “Pero esto es importante. Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hará?”.
Rob Nolan, escritor de Los Ángeles, dijo que se hace pruebas cada seis meses, pero prefiere hacerlo en el Centro LGBT de Los Ángeles en lugar de visitar a su médico habitual, quien rara vez le pregunta sobre su salud sexual.
Nolan, quien dijo que tenía experiencia con enfermedades de transmisión sexual, considera que el personal de la clínica tiene más conocimiento sobre salud sexual que aquellos en el consultorio de un médico de cabecera. “Simplemente parecen especializados en eso”, dijo. “Y sientes cero vergüenza cuando estás en la clínica”.
Los médicos también pueden tener otros problemas de salud más inmediatos para tratar durante el poco tiempo que tienen con los pacientes. Crear un historial sobre sexualidad y hablar sobre el tema no están arriba en la lista de prioridades de muchos médicos, dijo el doctor Leo Moore, director médico de la división de programas de VIH y ETS para el Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles. El condado está realizando esfuerzos para llegar a los médicos con el mensaje de que actúen.
Julia Brewer, enfermera practicante de la Clínica Northeast Community en Hawthorne, California, dijo que realiza exámenes de detección de ETS como parte habitual de los exámenes de salud de mujeres. Pero dijo que sus colegas con frecuencia le refieren casos en lugar de tener conversaciones por sí mismos. “Los proveedores familiares están abrumados por la diabetes y la hipertensión”, dijo. La salud sexual, dijo, puede terminar siendo una “el tema que me olvidé de hablar”.
La Asociación Médica del Condado de Los Ángeles también planea pasar la voz a los médicos a través de las redes sociales y otros esfuerzos. “Es una epidemia y tenemos que tratarla de esa manera”, dijo su CEO, Gustavo Friederichsen. “Los médicos tienen que sentir la urgencia”.
La cobertura de KHN en California es apoyada en parte por la Blue Shield of California Foundation.