Los suministros de vacunas contra covid-19 son escasos, por eso un panel asesor federal recomienda primero administrarlas a los trabajadores de salud, que mantienen en funcionamiento el sistema médico del país, y a los adultos mayores en hogares, que tienen más probabilidades de morir a causa del coronavirus.
En ninguna parte de la lista de personas prioritarias están los cónyuges de los funcionarios públicos.
Sin embargo, las primeras damas de Kentucky y West Virginia; Karen Pence, la esposa del vicepresidente Mike Pence; Jill Biden, la esposa del presidente electo Joe Biden; y Doug Emhoff, el esposo de la vicepresidenta electa Kamala Harris, estuvieron entre los primeros estadounidenses en recibir las vacunas que podrían salvar vidas.
Kentucky también vacunó a seis ex gobernadores y cuatro ex primeras damas, incluidos los padres de Andy Beshear, el actual gobernador demócrata.
Las primeras vacunas a los cónyuges provocaron indignación en las redes sociales, y varios usuarios de Twitter dijeron que no deberían poder “saltar la fila” antes que los médicos, enfermeras y personas mayores.
En la mayoría de los 29 estados que respondieron a las consultas de KHN (que llamó a las 50 oficinas de gobierno estatales), los principales funcionarios electos dijeron que ellos, y sus cónyuges, serán vacunados, pero han optado por esperar su turno detrás de electores más vulnerables.
Algunos miembros del Congreso de ambos partidos dijeron lo mismo cuando rechazaron las primeras dosis ofrecidas, en nombre de mantener al gobierno en funcionamiento.
Los gobernadores que recibieron las vacunas junto con sus cónyuges, y la oficina del vicepresidente, dijeron que querían dar el ejemplo a los residentes, generar confianza, salvar las divisiones ideológicas y demostrar que la vacuna es segura y eficaz.
Pero algunos cuestionan esta razón.
“Se parece más a hacer trampa. Los políticos pueden conseguir que los hospitales los vacunen bajo esta ilusión de generar confianza. Pero es una fachada”, dijo Arthur Caplan, profesor de bioética y director fundador de la división de ética médica de la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York. “La gente podría decir: ‘Típica gente rica. No se puede confiar en ellos’. Esto socava la meta original”.
Caplan agregó que, de todos modos, el público no confía demasiado en los políticos, por lo que la vacunación de celebridades, líderes religiosos o figuras deportivas probablemente ayudaría más a aumentar la confianza en la vacuna.
Elvis Presley recibió la famosa vacuna contra la polio en 1956 para ganar la confianza de los escépticos; las acciones de las esposas de los gobernadores de ese período se recuerdan menos.
El doctor José Romero, presidente del Comité Asesor de Prácticas de Inmunización de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), dijo en un correo electrónico a KHN que si bien su grupo proporciona un esquema para distribuir dosis limitadas de vacunas, “las jurisdicciones tienen la flexibilidad de hacer lo que sea apropiado para su población”.
Los funcionarios de Kentucky y Texas señalaron que el doctor Robert Redfield, director de los CDC, alentó a los gobernadores a vacunarse públicamente.
Nadie mencionó razones médicas para que sus cónyuges se vacunaran; los hospitales generalmente no están vacunando a los cónyuges de los profesionales médicos que han recibido la vacuna.
La oficina del gobernador de West Virginia, el republicano Jim Justice, publicó fotografías de él, su esposa, Cathy Justice, y otros funcionarios recibiendo las dosis. También posteó su propia vacunación en YouTube.
La oficina de Beshear en Kentucky también publicó fotos del gobernador recibiendo la vacuna en diciembre, el mismo día que su esposa, Britainy Beshear, y otros funcionarios estatales.
“Es cierto que hay dudas sobre las vacunas”, dijo Beshear en una reunión informativa sobre el coronavirus, el día en el que los ex gobernadores de Kentucky y sus cónyuges fueron vacunados. Aludió a un programa futuro que involucra a líderes religiosos y a otras personas influyentes.
Su padre, el ex gobernador demócrata Steve Beshear, publicó fotos de su vacunación en su página de Facebook, diciendo que él y su esposa, Jane Beshear, junto con otros ex gobernadores de Kentucky de ambos partidos y sus cónyuges, intervinieron en parte para alentar a los residentes a vacunarse.
Kentucky se encuentra actualmente en la primera etapa de distribución de vacunas, dirigida a trabajadores de salud y a residentes de centros de vida asistida. Se habían distribuido menos de 15,000 de las 58,500 dosis para estas residencias cuando los ex gobernadores y sus cónyuges fueron vacunados.
Tres Watson, ex director de comunicaciones del Partido Republicano de Kentucky, que fundó una firma de consultoría política, se mostró escéptico sobre las intenciones detrás del evento. Dijo que parecía ser un esfuerzo de relaciones públicas creado para que el gobernador pudiera vacunar a sus padres.
“Entiendo la continuidad del gobierno, pero las primeras damas no tienen parte en la continuidad del gobierno”, dijo. “Tienes que ajustarte a las prioridades. Una vez que empiezas a hacer excepciones, es cuando tienes problemas”.
Los funcionarios que representan al equipo de transición de Biden-Harris y otros tres estados donde se vacunaron los gobernadores (West Virginia y Texas liderados por republicanos, y Kansas liderado por un demócrata) no respondieron a KHN. El gobernador republicano de Alabama, Kay Ivey, recibió la vacuna y está divorciado.
Políticos de otros estados han hecho lo opuesto.
En Arkansas, el gobernador republicano Asa Hutchinson se centra en garantizar que los grupos de alta prioridad, como los trabajadores de salud, y el personal y residentes de centros de vida asistida, se vacunen, dijo la vocera LaConda Watson. “Él y su esposa recibirán la vacuna cuando sea su turno”, informó.
En Missouri, Kelli Jones, directora de comunicaciones del gobernador republicano Mike Parson, dijo en un correo electrónico que él y la primera dama tienen la intención de vacunarse. Al igual que los gobernadores de Colorado, Nevada y otros lugares, ambos se han recuperado de covid-19, dijo Jones, y “esperarán hasta que su grupo de edad sea elegible” según el plan estatal. Los médicos recomiendan las vacunas incluso para personas que ya han tenido covid.
Cissy Sanders, de 52 años, directora de eventos que vive en Austin, Texas, dijo que entiende por qué los legisladores deberían vacunarse. Su propio gobernador, el republicano Greg Abbott, se vacunó por televisión en vivo para infundir confianza, dijo su secretaria de prensa, Renae Eze, quien no quiso comentar si la esposa de Abbott se había vacunado.
Pero Sanders dijo que los cónyuges de los políticos no deben vacunarse antes que los residentes de un asilo, como su propia madre de 71 años. La madre de Sanders recibió la vacuna a fines de diciembre pero dijo que todavía hay demasiados residentes de hogares esperando en todo el país.
“¿Por qué un grupo que no es de alto riesgo, es decir, estos cónyuges, va a vacunarse antes que el grupo de mayor riesgo? ¿Quién toma estas decisiones?, se preguntó. “Los cónyuges de los políticos no han estado en la zona cero del virus. Los residentes de hogares sí”.
La corresponsal de Montana, Katheryn Houghton, la corresponsal de California Healthline, Angela Hart y los corresponsales Markian Hawlyruk y JoNel Aleccia colaboraron con esta historia.