A medida que los legisladores de California intentan que las normas sobre vacunación infantil sean más estrictas, se enfrentan con situaciones inesperadas, generadas por los mismos funcionarios de alto perfil que apoyan las vacunas.
En las últimas semanas, el gobernador demócrata Gavin Newsom y miembros de la Junta Médica de California cuestionaron un proyecto de ley que otorgaría al Departamento de Salud Pública de California la autoridad para decidir si un niño puede, o no, omitir las vacunas de rutina.
Los activistas en contra de las vacunas han aprovechado estos momentos, posteando mensajes en Facebook y otras redes sociales con elogios a las declaraciones de los funcionarios.
Pero esos funcionarios no están en contra de las vacunas. De hecho, han dejado en claro que están comprometidos con la vacunación, y con resolver el problema que se supone debe solucionar el proyecto de ley: el de los médicos que otorgan exenciones a los niños por razones que no cumplen con los estándares federales.
“Habiendo estado en la salud pública durante mucho tiempo, soy una gran partidaria de las vacunas”, dijo la doctora Michelle Bholat, experta en medicina familiar en Santa Mónica y, hasta hace poco, miembro de la junta médica, que supervisa a los médicos y sus licencias.
En una reunión de la junta a principios de mayo dijo que, lo que le preocupa, es el posible efecto de la medida en la relación médico-paciente y los detalles de quién calificaría para una exención médica.
El pediatra y senador estatal Richard Pan (demócrata de Sacramento) presentó el proyecto de ley para abordar el aumento de niños que han recibido lo que él llama exenciones médicas de vacunas que son falsas; cinco veces más niños tuvieron exenciones médicas en el último año escolar que en 2015-16.
La SB276 le daría la última palabra sobre las solicitudes de exención médica al departamento de salud pública del estado, un requerimiento para seguir las pautas establecidas por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Cualquier exención proporcionada por los médicos estaría sujeta a la aprobación (o denegación) por parte del departamento.
El único otro estado que otorga el control de las exenciones de vacunas a una agencia de salud pública es West Virginia.
En California, la medida fue aprobada en el Senado estatal en mayo y está pendiente de consideración en la Asamblea estatal.
El debate sobre la medida se produce cuando nuevos datos estatales muestran que el porcentaje de niños de kindergarten que recibieron todas las vacunas recomendadas se redujo por segundo año consecutivo, en gran parte debido a un aumento en las exenciones médicas escritas por los médicos.
Durante el último año escolar, la proporción de niños de kindergarten totalmente vacunados se redujo a 94.8%, de un 95.6% en 2016-17, lo que coloca al estado en un territorio potencialmente peligroso; los funcionarios recomiendan una cobertura de 90-95% para que toda la comunidad tenga inmunidad.
Y a medida que las tasas de vacunación disminuyen, el sarampión se está propagando a nivel nacional. En el brote más grande desde 1992, más de 1,000 personas se han infectado en todo el país este año hasta el 5 de junio, incluidas 51 en California.
Hace unos tres años, California promulgó una ley impulsada por Pan que prohíbe a los padres citar creencias personales o religiosas para evitar la vacunación de sus hijos. Los niños pueden estar exentos solo por razones médicas, si las vacunas son perjudiciales para su salud.
Esa prohibición mejoró las tasas de vacunación, aunque el progreso ha ido disminuyendo.
Hoy en día, muchas de las escuelas que tenían las tasas más altas de estudiantes no vacunados antes de que la ley entrara en vigencia aún las mantienen. Los médicos tienen amplia autoridad para otorgar exenciones médicas; algunos ejercen ese poder generosamente y algunas veces por dinero en efectivo, firmando docenas o cientos de exenciones, a veces para niños que incluso viven en comunidades lejanas.
El proyecto de ley de Pan reprimiría esta práctica y cuenta con el firme apoyo de la comunidad médica. Fue copatrocinado por dos asociaciones poderosas, la Academia Americana de Pediatría en California y la Asociación Médica de California.
“Queremos asegurarnos que los médicos sin escrúpulos no otorguen exenciones médicas por dinero”, dijo el doctor David Aizuss, presidente de la Asociación Médica de California. “La idea del proyecto de ley es proteger una exención médica personal real, cuando los niños reciben quimioterapia o tienen una reacción inmunológica”.
Pero tiene sus críticos, y esta vez, se extienden más allá del pequeño pero ferviente grupo de personas que continúan cuestionando la amplia evidencia científica que muestra que las vacunas son seguras. Y aunque exponer preocupaciones es algo típico del proceso legislativo, sus críticas adquieren una importancia enorme con un tema tan explosivo como el de las vacunas.
El nombre más grande entre los nuevos críticos es Newsom, quien dijo que está preocupado por interferir con la relación médico-paciente. “Me gustan las relaciones médico-paciente. Las relaciones burocráticas me resultan más difíciles”, dijo en la convención estatal del Partido Demócrata a principios de junio.
“Soy padre; no quiero que el gobernador de California tome una decisión por mi familia”.
El mes pasado, el senador estatal Ben Allen (demócrata de Santa Mónica), copatrocinador de la legislación previa de Pan, se abstuvo de votar sobre la nueva medida, diciendo que se había comprometido durante la lucha anterior a dejar las exenciones médicas a discreción de los médicos.
El mayo, la Junta Médica de California ofreció un apoyo tibio, y solo a partes del proyecto de ley, después de escuchar a 200 miembros del público hablar en contra durante más de dos horas.
Los miembros de la junta pidieron a Pan que abordara una variedad de inquietudes, desde la posible función de supervisión que podría desempeñar el departamento de salud pública del estado, hasta las pautas propuestas para las exenciones médicas.
Estuvieron de acuerdo en una cosa: debería ser más fácil para la junta investigar las quejas de exenciones médicas cuestionables. Para investigar las quejas, la junta debe ver los registros médicos. Para obtenerlos, generalmente se necesita el permiso de los pacientes o sus tutores, algo que los padres que han buscado exenciones médicas a menudo no están dispuestos a proporcionar. El proyecto de ley le daría a la junta acceso a estos registros.
El doctor Bob Sears, del condado de Orange, un conocido opositor a los mandatos de vacunación, fue puesto en un período de prueba en 2018 por escribir una exención para un niño de 2 años que no tenía ningún historial médico. Desde 2016, se han presentado al menos 173 quejas contra médicos a la junta médica estatal, por otorgar exenciones inapropiadas, con más de 100 actualmente bajo investigación, dijo la junta.
Las exenciones médicas para los niños de California se agrupan en ciertas comunidades y escuelas. En el condado de Humboldt, el 5.8% de los estudiantes de kindergarten tienen exenciones médicas de vacunas, según los nuevos datos estatales. En el condado de Nevada, la tasa es de 10.6%. En total, casi un tercio de los condados del estado han caído por debajo del 95% de inmunidad contra el sarampión.
Aizuss, de la Asociación Médica de California, dijo que la organización está trabajando con la oficina de Newsom y la junta médica, entre otras, para actualizar el proyecto de ley para que sea “viable, eficaz y respaldado por el gobernador”.
“Creo que nuestro objetivo es el mismo”, dijo. “La idea del proyecto de ley es proteger la santidad de la verdadera relación médico-paciente, a diferencia de una relación en la que los médicos otorgan una exención médica a cambio de una tarifa, que no es una verdadera relación médico-paciente”.
La reportera de California Healthline Ana B. Ibarra colaboró con este informe.