Los estados podrían utilizar fondos federales para otorgar subsidios a las personas que compran planes de salud de corto plazo, que por lo general no brindan una cobertura integral, bajo una nueva norma lanzada por la administración Trump.
La nueva medida podría entrar en vigencia en 2020. Permitiría a los estados solicitar exenciones a las disposiciones de la Ley del Cuidado de Salud Asequible (ACA) que rigen no solo los subsidios que ayudan a pagar las primas, sino también los beneficios que las aseguradoras deben incluir en los planes ofrecidos en el mercado a los consumidores que compran su propia cobertura.
Los estados pedían más flexibilidad, dijo Seema Verma, administradora de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS). Este enfoque les permitiría “proporcionar a los consumidores opciones de planes que satisfagan mejor sus necesidades, al mismo tiempo que garantizan que aquellos con condiciones preexistentes mantengan el acceso a la misma cobertura que tienen hoy”, agregó.
Bajo ACA, los estados pueden solicitar reconfigurar sus mercados y reglas de seguros. La administración Obama requirió que cualquier cambio debía proporcionar la misma cobertura integral que la ley de salud exigía y no resultar en que menos personas se inscribieran, o aumentaran los costos para los contribuyentes.
Esas directrices impidieron encontrar formas creativas de ampliar la cobertura y reducir los costos, dijo Verma.
La nueva guía revisa sustancialmente las “barreras” de la era Obama, permitiendo las exenciones siempre que se mantenga el acceso a planes integrales.
“El gran cambio es que ya no tienen que preocuparse por asegurarse que las personas con condiciones preexistentes o con una alta necesidad de atención médica mantengan su inscripción en una cobertura integral”, dijo Sabrina Corlette, profesora investigadora del Centro de Reformas de Seguros de Salud en la Universidad de Georgetown.
“El gobierno de Trump parece estar dispuesto a probar agresivamente los límites de la ley cuando se trata de exenciones. Tal vez esta medida no podría sostenerse en los tribunales”, dijo Nicholas Bagley, profesor leyes de salud en la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan.
Bajo la guía, los CMS están cambiando la forma en que se definirán los seguros vendidos en los mercados de ACA en 2020 para incluir planes de salud de corto plazo o de asociación. Estos planes no tienen que seguir todas las reglas del Obamacare sobre elegibilidad y los beneficios. Por ejemplo, los planes de corto plazo no tienen que ser integrales y pueden excluir a las personas con ciertas afecciones médicas, o cobrarles primas más altas. También pueden excluir la cobertura de salud mental, medicamentos recetados o atención de maternidad.
Bajo el presidente Barack Obama, estos planes se limitaron a plazos de 90 días. Esta primavera, el gobierno de Trump estipuló que los planes de corto plazo podrían venderse por hasta un año y les dio a las aseguradoras la opción de renovarlos por hasta tres.
Sin embargo, en 2019, los planes de corto plazo no pueden venderse a través de los mercados establecidos por la ley de salud, y ahora no son elegibles para subsidios que ayudan a los consumidores de bajos ingresos a pagar sus primas.
A principios de año, la administración también aprobó una regla que permite a las empresas unirse en “asociaciones” para comprar un seguro de salud para ofrecer a sus miembros. Los críticos temen que la regla pueda exponer a los consumidores a brechas en la cobertura o a mayores gastos de bolsillo porque estos planes se clasificarían como “planes para grupos grandes” y no tendrían que cumplir con algunos requisitos de ACA.
Estos cambios no afectan a las personas que obtienen su cobertura a través de sus trabajos.
Verma está utilizando una disposición del Obamacare, las denominadas exenciones 1332, para reformularlo dramáticamente, en definitiva, una ley que han intentado rechazar repetidamente en el Congreso.
La funcionaria insistió en que ninguno de los cambios impediría a las personas con condiciones preexistentes comprar o pagar la cobertura.
Las nuevas pautas podrían aumentar la inscripción para los consumidores que renuncian a la cobertura debido al costo.
Según la propuesta, los estados también podrían solicitar cambiar la elegibilidad para los subsidios de ACA, tal vez para ofrecer mayores cantidades a los adultos más jóvenes, no necesariamente vinculados a sus ingresos, como una forma de atraerlos para que compren cobertura, dijo Verma.
Los estados han luchado para atraer a adultos más jóvenes para comprar cobertura en los mercados del Obamacare. Ese grupo de edad es apreciado porque tiende a tener riesgos de salud más bajos y por ende costos más bajos, lo que ayuda a equilibrar los grupos de riesgo de las aseguradoras y evitar que las primas aumenten.
Como era de esperar, los opositores al Obamacare aplaudieron la nueva norma.
“Los estadounidenses deberían tener costos más bajos y más opciones cuando se trata de atención médica, por lo que la administración Trump ha dado un buen paso con el proceso de exención”, dijo Doug Badger, miembro de la conservadora Heritage Foundation. “Al eliminar incluso algunas restricciones del Obamacare, la administración ha abierto las puertas a una innovación estatal más amigable para el paciente”.
Sin embargo, otros dijeron que la norma también hace que el país regrese a una era en la que había una gran variación en las reglas de seguro entre los estados.
“ACA se aprobó en 2010 porque los estados no estaban haciendo su trabajo”, dijo Corlette en Georgetown. “Teníamos un mosaico de protecciones a nivel estatal, 49 millones de personas sin seguro y consumidores a los que se les negaba cobertura porque tenían condiciones preexistentes”.
Los analistas, tanto dentro como fuera del gobierno, predicen que los planes de corto plazo, menos costosos, atraerían a personas más jóvenes y sanas que abandonarían los mercados de ACA, lo que aumentaría las primas para los que queden.
Las estimaciones sobre cuántos lo harían y cuál sería el efecto total en las primas varían ampliamente. Verma dijo que los informes anteriores realizados por la administración indicaron que solo habría un efecto modesto en las primas de ACA al aumentar la inscripción en los planes de corto plazo.
Corlette dijo que no está claro. Agregó que el efecto sobre las primas se desconoce porque ningún estado ha aplicado aún la nueva norma.
“Las hipótesis indican que podrían aumentar dramáticamente las primas para las personas con condiciones preexistentes, pero es demasiado pronto para decirlo”, dijo.
Verma dijo que varios estados se han acercado a ella para pedirle cambios en la forma en que venden los seguros individuales, aunque se negó a decir cuáles estados.
Las tasas promedio de seguro de salud para los planes del Obamacare están cayendo un 1% para 2019, su primera caída, anunciaron los CMS a principios de octubre. Pero Verma dijo que las tasas siguen siendo demasiado altas.
“En respuesta a las numerosas solicitudes de los gobiernos, la administración está brindando a los estados la flexibilidad que necesitan para aumentar las opciones y combatir las altas primas del Obamacare”, concluyó.
La corresponsal jefa de KHN en Washington, Julie Rovner, colaboró con esta historia.