Cuando Michael Howard llegó para un chequeo con su neumonóloga, le preocupaba cómo su cuerpo podría hacer frente al calor y la humedad de un verano de Boston.
“Viví en Florida durante 14 años y regresé porque la humedad era excesiva”, le explicó Howard a la doctora Mary Rice mientras se acomodaba en una silla en una de las salas de Beth Israel Deaconess HealthCare Clinic.
Howard, de 57 años, tiene enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una condición progresiva que afecta a los pulmones, y que puede agravarse por el calor y la humedad. Incluso dentro de una habitación cómoda y climatizada, sus niveles de oxígeno preocuparon a Rice.
Howard aceptó a regañadientes intentar usar oxígeno portátil, se resignó a usar los tubos de plástico transparentes que se enroscan tras las orejas y se insertan en las fosas nasales. Le aseguró a Rice que tiene aire acondicionado y que se quedará adentro los días extremadamente calurosos. La médica y el paciente acordaron que Howard debería caminar por las noches para asegurarse de hacer suficiente ejercicio sin acalorarse.
Luego Howard le hizo a Rice una pregunta que la doctora no aprendió cómo contestar en la escuela de medicina: “¿El verano pasado, por qué hizo tanto calor?”
Rice, que estudia la contaminación del aire, estaba preparada para responder.
“La tendencia general de los veranos más calurosos que estamos viendo se debe al cambio climático”, dijo Rice.
Para Rice, conectar las consecuencias del cambio climático (olas de calor, más polen, temporadas de alergia más largas) con la salud de sus pacientes se está convirtiendo en algo rutinario. Rice se encuentra entre un pequeño, pero creciente, número de médicos y enfermeras que discuten esas conexiones con sus pacientes.
En junio, la American Medical Association, la American Academy of Pediatrics y la American Heart Association se encontraban entre una larga lista de grupos médicos y de salud pública que emitieron un llamado a la acción pidiendo al gobierno, empresas y líderes que reconozcan el cambio climático como una emergencia de salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) llama al cambio climático “el mayor desafío para la salud del siglo XXI”, y una docena de sociedades médicas estadounidenses instan a la acción para limitar el calentamiento global.
Algunas sociedades médicas brindan a los pacientes información que explica los riesgos de salud relacionados. Pero ninguno tiene pautas sobre cómo los profesionales sanitarios deben hablar con los pacientes sobre el cambio climático.
No hay una lista concreta que los médicos puedan compartir con sus pacientes sobre “lo que debes hacer”, consejos sobre cómo usar el cinturón de seguridad, usar protector solar, o hacer ejercicio; o lo que “no debes hacer”, como fumar, beber o tomar demasiado, y no enviar mensajes de texto mientras conduces.
El cambio climático es diferente, dijo Rice, porque un paciente individual no puede evitarlo. Así que la doctora se enfoca en los pasos que sus pacientes pueden tomar para hacer frente a las consecuencias de las olas de calor, contra un polen más potente, o una temporada de alergias más extensa.
Esa fue la principal queja de Mary Heafy. La mujer, de 64 años, tiene asma, y la condición empeora durante la temporada de alergias. En su cita con la doctora Rice, Heafy quería saber por qué sus ojos estaban lacrimosos y tenía la nariz congestionada, y por qué siente pesadez en su pecho por períodos más largos cada año.
“Parece que una vez que [la temporada de alergias] comienza en la primavera, no termina hasta que hay una helada mortal”, le dijo a Rice.
Rice coincidió. “Por el calentamiento global, las plantas florecen a principios de la primavera. Después de veranos calurosos, los árboles liberan más polen la siguiente temporada”.
Así que le explicó a Heafy que puede llegar a necesitar medicamentos más fuertes y más filtros de aire, y puede pasar más días usando una máscara; aunque, el esfuerzo de respirar a través de una máscara también es difícil para sus pulmones.
Cuando Heafy y su médica finalizaron su plan de recetas, la paciente observó que la mayoría de “los médicos hablan sobre fumar, pero no sé si todos los médicos hablan sobre el impacto ambiental”.
¿Por qué tan pocos médicos hablan sobre el efecto del medio ambiente en la salud? Además de la falta de pautas, los médicos dicen que no tienen tiempo durante una visita de 15 a 20 minutos para abordar algo tan complicado como el cambio climático.
Y el tema puede ser controversial: si bien una encuesta reciente del Pew Research Center descubrió que el 59% de los estadounidenses creen que el cambio climático afecta su comunidad local “en gran medida o en parte”, sólo el 31% dice que les afecta personalmente y las opiniones varían ampliamente dependiendo del partido político con el que simpaticen.
Contactamos a grupos comerciales de la industria de la energía para preguntarles qué papel, si es que hay alguno, deberían tener los profesionales médicos en el debate público sobre el cambio climático, pero ni el American Petroleum Institute, ni American Fuel & Petrochemical Manufacturers, respondieron a las llamadas o solicitudes de comentarios por correo electrónico.
Según el doctor Nitin Damle, ex presidente del American College of Physicians, algunos médicos dicen que les preocupa cuestionar las creencias de un paciente sobre un tema a veces muy complicado. “Es una conversación difícil de mantener”, dijo Damle, quien trabaja en medicina interna en Wakefield, R.I.
El doctor Damle dijo que “toma la temperatura” de los pacientes, con algunas preguntas generales sobre el medio ambiente o el clima, antes de decidir si sugerirá hablar sobre los efectos que el cambio climático podría tener sobre su salud.
El doctor Gaurab Basu, médico de atención primaria de Cambridge Health Alliance, dijo que “está dispuesto si los pacientes quieren hablar sobre el cambio climático, pero no lo mencionará previamente. Antes, debe asegurarse que los pacientes se sientan cómodos en el consultorio, y plantear un tema político controversial podría erosionar esa sensación”, apuntó.
“Tengo que ser honesto acerca de la ciencia y la amenaza que existe, y es bastante alarmante”, dijo Basu. Tan alarmante, comentó el doctor, que a menudo deriva a los pacientes a consejeros de salud mental. Los psiquiatras preocupados por los efectos del cambio climático en la salud mental dicen que todavía no hay estándares de atención en su profesión, pero están surgiendo algunas respuestas comunes.
Un grupo de defensa del medio ambiente no está esperando que los médicos y enfermeras descubran cómo hablar con los pacientes sobre el cambio climático.
Molly Rauch, directora de políticas de salud pública de Moms Clean Air Force, un proyecto del Environmental Defense Fund, insta a sus más de 1 millón de miembros a pedir orientación a médicos y enfermeras. Por ejemplo: ¿Cuándo deben los padres mantener a los niños adentro porque el aire está demasiado contaminado?
“No nos aterra escuchar esto. Estamos ansiosos de tener más información sobre este tema. Queremos saber”, dijo Rauch.
Este artículo es parte de una a asociación que incluye WBUR, NPR y Kaiser Health News.