En el complicado mundo de los precios de la atención de salud, nadie esperaría que la típica vacuna contra la gripe pudiera ser ejemplo de cómo la falta de transparencia del sistema puede conducir a costos dispares.
La Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA) requiere que las aseguradoras cubran todas las vacunas recomendadas por el gobierno federal sin costo para los pacientes, incluyendo la vacuna contra la gripe. Aunque las personas con seguro no pagan por estas vacunas, muchos no se dan cuenta que sus aseguradoras pagan la cuenta, y eventualmente recuperarán sus gastos.
En una pequeña muestra de una aseguradora, Kaiser Health News encontró diferencias dramáticas entre los costos para sus propios empleados. En una empresa de Sacramento, California, la aseguradora pagó $85; pero poco más de la mitad de eso en una clínica de Long Beach. Una farmacia de Washington, DC recibió $32.
La gran discrepancia en lo que las aseguradoras pagan por la misma vacuna contra la gripe ilustra lo que está mal en el sistema de salud de Estados Unidos, señaló Glenn Melnick, economista de salud de la Universidad del Sur de California.
“Siempre va a haber alguna variación en los precios, pero $85 como precio negociado suena ridículo”, dijo.
Las vacunas contra la gripe son relativamente baratas en comparación con la mayoría de los servicios de salud, pero considerando las decenas de millones de estadounidenses que se vacunan cada año, esos precios cuentan.
Los planes de salud pasan esos gastos a los consumidores a través de primas más altas, según los economistas.
“El paciente es inmune al precio, pero ellos son los perdedores porque eventualmente pagan una prima más alta”, expresó Ge Bai, profesora de contabilidad y políticas de salud en el campus de la Universidad Johns Hopkins en Washington, DC.
Bai dijo que la variación en los pagos de las vacunas contra la gripe no tiene nada que ver con el costo del medicamento, sino que es el resultado de las negociaciones entre los planes de salud y los proveedores.
Por lo general, los reembolsos de las aseguradoras de salud a los proveedores privados son secretos muy bien guardados. Las aseguradoras argumentan que el secreto es necesario por razones de competitividad empresarial.
Pero hay un lugar donde cualquiera puede ver esas cifras: los formularios de “explicación de beneficios” que las aseguradoras envían a los miembros después de pagar un reclamo.
KHN revisó los formularios que una de sus aseguradoras, Cigna, pagó para que algunos de sus miembros se vacunaran contra la gripe este otoño en Washington, D.C. y California.
Cigna pagó $32 a CVS por una vacuna contra la gripe en el centro de Washington y $40 a CVS a menos de 10 millas de distancia en Rockville, Maryland.
En el sur de California, Cigna pagó $47.53 por una vacuna contra la gripe administrada por un médico de atención primaria con MemorialCare en Long Beach. Pero pagó $85 por una vacuna en la consulta de un doctor de Sacramento afiliado a Sutter Health, una de las cadenas de hospitales más grandes del estado.
A los expertos en salud no les sorprendió que las aseguradoras pagaran más a Sutter, pero les llamó la atención la cantidad.
“Sutter tiene una gran influencia en California, y las aseguradoras no tienen otra opción que pagarle a Sutter su precio”, dijo Bai.
Durante años, Sutter ha recibido críticas por utilizar su dominio del mercado para cobrar tarifas más altas. En octubre, llegó a un acuerdo en una demanda presentada por el fiscal general del estado, empleadores y sindicatos que acusaron al gigante hospitalario de subir los precios ilegalmente.
Los $85 no sólo fue mucho más de lo que Cigna pagó en otros lugares, sino también más del triple del precio que Sutter anuncia en su sitio web para personas sin seguro: $25.
¿Cómo justifica Sutter sus precios más altos, así como los diferentes precios para la misma vacuna en el mismo lugar?
Los ejecutivos de Sutter no ofrecieron una explicación simple. “Los precios pueden variar en función de una serie de factores, entre los que se incluye el lugar, la cobertura del paciente y los acuerdos con los proveedores de seguros”, explicó Sutter en una declaración.
Cigna también dijo que se tienen en cuenta muchas cuestiones a la hora de determinar sus diversos pagos.
“Lo que un plan reembolsa a una farmacia/clínica/centro médico por una vacuna contra la gripe depende de la tarifa contratada por el plan con esa entidad, la cual puede verse afectada por una serie de factores que incluyen la ubicación, el número de farmacias/centros disponibles en esa zona (la competencia) e incluso el tamaño del plan (los clientes potenciales)”, expresó Cigna en un comunicado. “Es importante tener en cuenta que los hospitales y las farmacias tienen economías diferentes, incluyendo el costo de administración”.
También cabe destacar que Medicaid, el programa de seguro de salud federal y estatal que cubre a más de 72 millones de estadounidenses de bajos ingresos, paga mucho menos a los proveedores por la vacuna contra la gripe. En Washington, D.C., Medicaid paga $15. En Connecticut, $19.
A nivel nacional, los empleadores con seguro propio y las aseguradoras pagaron entre $28 y $80 por el mismo tipo de vacuna contra la gripe administrada en los consultorios médicos en 2017, según un análisis de más de 19 millones de reclamaciones de personas menores de 65 años realizado por la Kaiser Family Foundation en asociación con el Peterson Center on Healthcare. (Kaiser Health News es un programa editorialmente independiente de la fundación).
“Tu plan de salud podría pagar más del doble por la misma vacuna contra la gripe dependiendo de dónde la recibas”, dijo Cynthia Cox, vicepresidenta de la fundación.
“Vemos el mismo patrón para servicios más costosos como resonancias magnéticas o el reemplazo de rodilla”, añadió. “Esa variación en los precios es parte de lo que hace subir las primas de seguro en algunas partes del país”.
La gran discrepancia en los costos por el mismo servicio pone de relieve un problema importante en el sistema de salud de los Estados Unidos.
“No tenemos un mercado de atención de la salud que funcione debido a la falta de transparencia y de oportunidades para la diferenciación de precios”, dijo Melnick.
“Los precios son inconsistentes y confusos para los consumidores”, señaló. “El sistema no proporciona una atención eficiente, y la vacuna contra la gripe es un ejemplo de cómo persisten estos problemas”.
Una consecuencia no intencionada de la ley de salud, al hacer que las vacunas contra la gripe sean gratuitas para los pacientes asegurados, es que los planes carecen de poder a la hora de dirigir a los pacientes a proveedores que ofrecen la vacuna a menor precio porque los pacientes no tienen razones para preocuparse, apuntó Bai.
En todo el país, los minoristas como Target y CVS ofrecen incentivos, como tarjetas de regalo y cupones, para atraer a los consumidores a que se vacunen gratis contra la gripe con la esperanza de que también compren otros productos. Algunos sistemas hospitalarios, como Baptist Health en el sur de la Florida, también han comenzado a ofrecer vacunas gratuitas contra la gripe a personas sin seguro médico.
Bai dijo que, aunque hospitales como el Baptist deben ser elogiados por ayudar a mejorar la salud de sus comunidades, hay otros factores en juego.
“Hay una motivación oculta para utilizar las vacunas gratuitas contra la gripe como herramienta de marketing para mejorar la reputación del hospital”, señaló. “Si la gente viene al hospital para vacunarse contra la gripe, puede que le guste el centro y regrese”.