Durante el debate demócrata, las dos mujeres que se postulan para la presidencia prometieron hacer, solas, lo que Washington hasta ahora no ha logrado: bajar los precios de los medicamentos recetados.
Hablando durante el último debate demócrata, la senadora por Massachusetts Elizabeth Warren y la senadora por Minnesota Amy Klobuchar dijeron que, si fueran elegidas presidentas, actuarían de inmediato para reducir directamente el costo de ciertos medicamentos.
Declaraciones importantes ya que provienen de dos senadoras que han patrocinado sus propios proyectos de ley para controlar el aumento vertiginoso de los precios de las drogas recetadas. Y, además, después que el Congreso se pasó el año pasado debatiendo el problema, sin aprobar ninguna legislación significativa para solucionarlo.
“Necesitamos ayudar a la gente todo lo que podamos, lo antes posible”, dijo Warren.
Si bien no dieron detalles sobre qué poderes presidenciales usarían, Warren y Klobuchar dijeron que el presidente ya tiene la autoridad legal para controlar estos precios. De hecho, Klobuchar tiene una lista de 137 cosas que puede hacer como presidente y sin ayuda del Congreso.
Una encuesta de 2019 de la Kaiser Family Foundation halló que, por culpa del costo, cerca del 29% de los estadounidenses no habían tomado sus medicamentos recetados correctamente el año anterior.
Tras haber propuesto una legislación que empoderaría al gobierno federal para fabricar drogas, Warren dijo que actuaría para reducir el precio de la insulina y drogas que tratan el VIH/SIDA.
Su campaña envió por correo electrónico a los reporteros una lista de otras drogas específicas, incluido EpiPen, para ataques severos de asma; Humira, el medicamento contra la artritis reumatoide más vendido, cuyo fabricante ha sido criticado por abusar de las patentes para sofocar a la competencia; y naloxona, un medicamento que revierte los efectos de la sobredosis de opioides.
Klobuchar y el ex alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg, también respaldaron el empoderamiento de Medicare para negociar precios más bajos con los fabricantes de medicamentos: la propuesta en el corazón del plan de medicamentos presentada el año pasado por Nancy Pelosi y otros líderes demócratas de la Cámara de Representantes.
Sin embargo, esa idea es profundamente impopular entre los republicanos del Congreso, quienes la describen como una interferencia del gobierno en el mercado libre. Mientras el proyecto de ley fue aprobado por la Cámara en diciembre, el senador por Kentucky y líder republicano Mitch McConnell, dijo que no permitirá que se vote en el Senado, eliminando sus posibilidades, al menos por ahora.
Klobuchar enfatizó que el verdadero problema es el número de cabilderos farmacéuticos en Capitol Hill, dos por cada miembro del Congreso, dijo.
“¿Cómo podemos realmente romper el dominio corporativo de nuestro gobierno para que podamos aprobar cualquiera de estas cosas?”, se preguntó Tom Steyer, el empresario que fue uno de los seis candidatos demócratas que calificaron para el debate.
Este debate, que se realizó en Des Moines, Iowa, le dio al ex vicepresidente Joe Biden y al senador por Vermont Bernie Sanders otra oportunidad para discutir, aunque sea brevemente, el costo del Medicare para Todos.
Al extenderse sobre cómo pagaría por la revisión de un solo pagador del sistema de atención médica de la nación, Sanders dijo que implicaría un impuesto sobre la renta del 4%, eximiendo los primeros $29,000 del ingreso de un contribuyente para aliviar la carga de la “familia promedio en Estados Unidos”.
“Ahora es el momento de atacar la avaricia y la corrupción de la industria del cuidado de salud, de las compañías farmacéuticas, y finalmente brindar atención médica a todos a través de un programa de pagador único de Medicare para Todos”, dijo Sanders. “No será fácil. Es lo que tenemos que hacer”.
“Puedes hacerlo sin Medicare para Todos”, rebatió Biden. “Puedes llegar al mismo lugar”.
Sin embargo, luego de seis debates dedicados a analizar los detalles del Medicare para Todos, Warren hizo referencia al primer desafío que tienen por delante: una elección general durante la cual el candidato demócrata que gane se postulará contra el presidente Donald Trump, que quiere revocar la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA).
Warren dijo que impulsaría su plan para expandir la cobertura a través de un sistema de pagador único, pero también que defendería ACA.
“Y vamos a vencerlo en esto”, agregó.
El octavo debate está programado para el 8 de febrero, el primero de tres debates demócratas que se realizarán el próximo mes.