Cuando Madavia Johnson dio a luz a Donald Ray Dowless III el año pasado, sufrió una severa ansiedad posparto.
Tenía miedo de cargar a su bebé por las escaleras, o llevarlo en el auto. No pudo continuar la escuela de leyes, y apenas podía salir de la casa, porque no confiaba en ninguna niñera. Su peso bajó de 140 a 115 libras.
“Fue muy estresante mentalmente”, contó Johnson, ahora de 29 años, quien vive en Clayton, Carolina del Norte. Y le resultó difícil obtener asistencia médica porque su cobertura de Medicaid se acabó solo dos meses después del nacimiento de su hijo. Defensores de la salud pública están presionando para que esto cambie.
Las dificultades que enfrentó Johnson contribuyen al triste historial de salud materno-infantil en el país. Estados Unidos es uno de los únicos tres países en donde las muertes maternas están en aumento, junto con Sudán y Afganistán, según la Alianza para la Innovación en Salud Materna, un programa del Consejo de Seguridad del Paciente en Salud de la Mujer. Y los datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) indican que alrededor de 700 mujeres mueren en el país cada año por complicaciones del embarazo. El 60% de esas muertes se consideran prevenibles.
Aunque expertos en salud materno-infantil aprecian la atención al tema, también señalan que un mínimo cambio en la política podría marcar una gran diferencia: simplemente expandir el acceso a Medicaid después del parto.
“Ya que sabemos que esta crisis recae desproporcionadamente en las personas de bajos ingresos… Medicaid es un punto de partida muy inteligente para asegurarse que estas personas tengan acceso a la atención necesaria”, dijo Valarie Blake, profesora asociada de leyes y salud en la Universidad de West Virginia.
Johnson es un ejemplo. Al momento de su embarazo era elegible para Medicaid por una regla que brinda cobertura a mujeres embarazadas que de otro modo no calificarían. Esa cobertura abarca el embarazo y 60 días después del parte. Johnson dio a luz el 14 de agosto de 2018.
Pero Carolina del Norte tiene requisitos estrictos de elegibilidad. También es uno de los 14 estados que no han expandido el programa bajo la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA). Por lo tanto, a mediados de octubre, ya no era “elegible para Medicaid”. Debido a que su médico no tenía citas disponibles, perdió su cobertura antes de someterse al chequeo a las seis semanas de parir.
Finalmente, volvió a solicitar Medicaid y pudo calificar porque su estado había cambiado desde que tuvo al niño. Pero Donald tenía 8 meses antes de que pudiera ver a un médico.
Expertos señalan el período de 60 días como una especie de “bomba de tiempo” para algunos problemas médicos graves que se pueden presentar durante el posparto: sangrado, infecciones, problemas de lactancia y exámenes de salud mental, entre otros.
“Si estás recibiendo Medicaid posparto, necesitas resolver estos problemas de inmediato”, dijo Blake.
¿Y esa cuenta regresiva de 60 días? Es arbitraria, dijo la doctora Alison Stuebe, profesora de obstetricia y ginecología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte. Tiene raíces en una idea general en todas las culturas de que las mujeres necesitan cuidados especiales después del parto, pero la marca de los 60 días no se basa en la medicina.
“Es como la visita posparto de seis semanas”, dijo Stuebe. “Tampoco sabemos de dónde viene”.
Stuebe presidió un grupo de trabajo para el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos que recomendó un enfoque diferente. Los proveedores deben revisar a las mujeres dos semanas después de dar a luz, y luego continuar con la atención holística durante 12 semanas. Y finalmente hacer la transición del paciente a la atención primaria.
Ese contacto prolongado es esencial, dijo. “La depresión posparto, si no se trata, puede convertirse en una bola de nieve”, dijo Stuebe. “Incluso si estás en tratamiento, después de 60 días, no estás mejor”.
Sin embargo, Johnson se vio obligada a luchar con la ansiedad posparto severa por su cuenta.
La joven mamá buscó el apoyo de otras nuevas mamás en Facebook, que estaban lidiando con la ansiedad. Como su hijo recibió Medicaid durante el primer año de vida, su pediatra fue una fuente de ayuda. También recibió atención a través de las clínicas gratuitas de su departamento de salud local.
A nivel federal, la idea de extender Medicaid durante el posparto está recibiendo más interés. En una audiencia en la Cámara de Representantes en septiembre, miembros de la Asociación Médica Estadounidense, la Escuela de Medicina Icahn y la Kaiser Family Foundation pidieron expandir Medicaid durante el posparto como una posible solución a la crisis de mortalidad materna. El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos también lo ha recomendado.
Más allá de proteger a las mujeres durante este tiempo médicamente vulnerable después del parto, expertos piensan que aumentar Medicaid podría contribuir en gran medida a abordar las disparidades raciales que existen en las tasas de mortalidad materna. Las mujeres de raza negra tienen dos o tres veces más probabilidades de morir por causas relacionadas con el embarazo que las blancas no hispanas.
“No es una bala mágica”, dijo Jamila Taylor, directora de reforma de salud de The Century Foundation, un grupo de expertos no partidista. “Hay racismo en el sistema de salud. La cobertura es parte de eso, pero necesitamos transformar el sistema”.