SACRAMENTO, CA – Un amplio acuerdo entre los sindicatos y la industria de la salud aumentaría gradualmente el salario mínimo de cientos de miles de trabajadores en California a $25 la hora, convirtiéndolo en el más alto del país, y se pondría fin a una batalla de años sobre las clínicas de diálisis.
La medida, aprobada por legisladores estatales el jueves 14 de septiembre, último día de la sesión legislativa de este año, introduciría gradualmente el aumento salarial en hospitales, residencias de adultos mayores y otros proveedores de servicios médicos y psiquiátricos. El proyecto de ley se dirige ahora a la mesa del gobernador.
Izzy Gordon, vocero del gobernador demócrata Gavin Newsom, dijo que el mandatario evaluará el proyecto de ley antes del 14 de octubre, fecha límite para actuar sobre la legislación.
SB 525 aumentaría el pago mínimo por hora en los grandes centros de salud y clínicas de diálisis a $23 el próximo año, $24 en 2025, y $25 en 2026. Aumentaría los salarios por hora en las clínicas comunitarias a por lo menos $21 en 2024, $22 en 2026 y $25 en 2027.
En el resto de los centros de salud, los trabajadores pasarían a cobrar al menos $21 la hora en 2024, $23 en 2026 y $25 en 2028.
El acuerdo “logra un importante equilibrio entre el apoyo a los trabajadores, la protección de los puestos de trabajo y el acceso a la atención en algunas de nuestras comunidades más vulnerables”, expresó Carmela Coyle, presidenta y CEO de la Asociación de Hospitales de California, en un comunicado. “El proyecto de ley crea una vía para mejorar los ingresos de nuestros trabajadores de salud con salarios más bajos, al tiempo que reconoce las necesidades de los hospitales con más problemas de nuestro estado”, agregó.
El acuerdo es una importante victoria sindical en el contexto de lo que se ha denominado un “verano laboral caliente”, con piquetes y huelgas de guionistas y actores de Hollywood, trabajadores de hoteles y los empleados municipales de Los Angeles.
Miles de enfermeras y enfermeros podrían ser los siguientes. Los sindicatos también consiguieron un salario mínimo de $20 para los trabajadores del sector de comida rápida de California, un aumento significativo del salario mínimo actual de $15,50 en todo el estado.
Líderes sindicales afirman que los trabajadores de salud con menos ingresos, como los auxiliares de enfermería, asistentes y trabajadores del servicio de comidas —muchos de ellos pertenecientes a minorías raciales— necesitan el dinero adicional para poder salir adelante. “La atención de salud en California será más accesible y equitativa porque los trabajadores y los proveedores se unieron para defender la salud de los pacientes”, señaló Tia Orr, directora ejecutiva del sindicato SEIU California.
La introducción progresiva sería más lenta en los hospitales con un alto porcentaje de pacientes cubiertos por Medicare o Medicaid, en los hospitales rurales independientes y en los pequeños centros de los condados. Allí, el salario mínimo por hora pasaría a $18 el año que viene, para luego aumentar anualmente un 3,5% hasta alcanzar los $25 en 2033.
Posteriormente, en todos los centros, el salario mínimo de $25 se incrementaría anualmente para seguir el ritmo de la inflación. Sin embargo, el proyecto de ley permite a los centros de salud solicitar una pausa temporal o una introducción progresiva más lenta si pueden demostrar a los funcionarios estatales que proporcionar el salario mínimo exigido “pondría en cuestión la viabilidad del centro de salud como empresa”.
La senadora estatal María Elena Durazo, la demócrata de Los Angeles que presentó el proyecto de ley, lo calificó de “primera inversión histórica del país en nuestros trabajadores de salud”. La medida “es un paso fundamental para garantizar que estamos abordando la escasez de personal”, afirmó antes de que el proyecto de ley recibiera la aprobación final, a última hora del jueves 14, en el Senado.
Como parte del acuerdo, en un memorando de entendimiento separado, el sindicato Service Employees International Union-United Healthcare Workers West (SEIU) abandonaría su intento de imponer regulaciones a las clínicas de diálisis a través de la legislación y en las urnas. Los votantes derrotaron las tres iniciativas electorales, la última el año pasado, pero la lucha ha costado al sector de la diálisis cientos de millones de dólares.
Jaycob Bytel, vocero del Consejo de Diálisis de California, anunció en un comunicado que el acuerdo “protege a los pacientes de las continuas amenazas en las urnas y en la legislatura”. Prohíbe durante cuatro años cualquier legislación o medida electoral estatal o local por parte del SEIU o del sector de la diálisis.
El sindicato ha presionado para que se aumenten los salarios en varias ciudades de California. Pero el acuerdo prohíbe a los gobiernos locales exigir salarios mínimos locales más altos para los trabajadores de salud durante 10 años, hasta 2034. Los gobiernos locales podrían establecer salarios mínimos locales más altos, pero deben incluir a todos los trabajadores.
El proyecto de ley original fue aprobado por el Senado en mayo en una votación ajustada y en medio de la estridente oposición de los empresarios, que dijeron que no podían permitírselo. La Cámara de Comercio de California incluyó la propuesta en su lista anual de “asesinos de empleos”, una designación que a menudo basta para acabar con una legislación controversial.
La coalición No SB 525, que incluía a hospitales, médicos y grupos empresariales y de contribuyentes, había dicho que el proyecto de ley costaría $8,000 millones anuales, poniendo en peligro los servicios y provocando un aumento de las primas y de los costos para los gobiernos estatales y locales.
Los republicanos, que se opusieron al proyecto de ley, se hicieron eco de estos argumentos y afirmaron que los aumentos perjudicarán a los centros de salud rurales. “Los hospitales dejarán de prestar servicio y las clínicas rurales se verán gravemente afectadas y probablemente quebrarán”, advirtió el senador estatal Brian Dahle, un republicano que representa a las zonas rurales del norte de California.
Entre los detractores del proyecto de ley figura también la California Nurses Association, que declaró que podría obligar a las empresas a reducir los salarios de enfermeros y enfermeras. Hace un año, la asociación contribuyó a echar por tierra la propuesta de un salario mínimo de $25 por hora para los trabajadores de salud. Esa iniciativa fracasó en parte porque estaba vinculada a un retraso en las mejoras de seguridad antisísmica en los hospitales.
El Centro Laboral de la Universidad de California-Berkeley calcula que el aumento incrementaría los salarios de más de 469,000 trabajadores de salud. El centro estima que beneficiaría más a los trabajadores de color, que representan el 70% de esos empleados, y a las mujeres, que representan alrededor de tres cuartas partes.
El aumento ayudaría a un 40% de los trabajadores de salud de California, que ganaría un promedio de $10,352 más al año y reduciría su dependencia de Medi-Cal, ahorrando entre $181 millones y $363 millones en el segundo año del aumento salarial, según un análisis legislativo.
El mismo análisis apunta que la estimación de costos por $8,000 millones, realizada por los opositores, es exagerada porque no incluye los miles de millones de ayuda estatal a los hospitales.
Esta historia fue producida por KFF Health News, que publica California Healthline, un servicio editorialmente independiente de la California Health Care Foundation.