Antes de dejar de usar drogas para siempre, Cierra Coon estima que sufrió ocho sobredosis en un lapso de dos semanas, en el otoño de 2022. En una de esas ocasiones, la naloxona, el medicamento para revertir la sobredosis de opioides, ayudó a salvarle la vida.
Coon estaba en un auto por los caminos secundarios de la Reserva India Flathead en el oeste de Montana cuando perdió el conocimiento. Alguien en el auto tomó una pequeña botella de naloxona, la roció en su nariz y realizó resucitación (CPR) hasta que recuperó el conocimiento.
Coon dijo que tener acceso rápido al agente de reversión de sobredosis, también conocido por su nombre comercial, Narcan, fue muy afortunado.
“Es un milagro que haya sobrevivido las veces que no me administraron naloxona”, dijo Coon. “La gente me devolvió la conciencia echándome agua fría y haciendo CPR. Pero eso no garantiza que te vayan a devolver a la vida”, agregó Coon.
Casi dos años después, Coon es entrenadora de recuperación para un programa local, Never Alone Recovery Support Services, y está obteniendo un título como consejera de adicciones en Salish Kootenai College. Lleva dosis de naloxona en su auto por si necesita ayudar a otras personas.
Pero dijo que le preocupa la falta de acceso al medicamento, particularmente en áreas rurales como la suya. El canal de distribución de los departamentos de salud estatal y tribal ha sido inconsistente, y el precio de $50 por un paquete de dos dosis de naloxona en el Walmart más cercano lo vuelve inaccesible para muchas personas.
“¿Cómo se supone que vamos a poder pagar por este medicamento que en última instancia es para salvar nuestras vidas y las de los que nos rodean?” dijo.
Oficiales de salud de Montana están considerando una nueva estrategia para hacer que la naloxona sea más accesible.
Basándose en un fondo de salud conductual reservado por los legisladores en 2023, oficiales de salud de la administración del gobernador Greg Gianforte han propuesto instalar dos docenas de máquinas expendedoras de naloxona y tiras reactivas de fentanilo alrededor del estado, en centros de salud conductual y lugares de servicio para personas sin hogar.
El plan de $400,000 para construir, abastecer y mantener 24 máquinas expendedoras durante un año aún no ha sido aprobado por el gobernador republicano, que se postula para un segundo mandato, quien en última instancia decide cómo se gastan los fondos asignados a la Comisión del Sistema de Salud Conductual para las Generaciones Futuras.
Los detalles del Departamento de Salud Pública y Servicios Humanos del estado sobre dónde se colocarían las máquinas y cómo se operarían siguen siendo escasos.
La tasa de muertes relacionadas con opioides se ha triplicado en Montana en los últimos años, de 3,6 muertes por cada 100,000 residentes en 2017 a 11,3 por cada 100,000 residentes en 2023.
La tasa de mortalidad es más alta entre los nativos americanos: las personas nativas en Montana murieron por sobredosis de opioides a una tasa de 33 muertes por cada 100,000 personas en 2023, más de tres veces la tasa de las personas blancas no hispanas.
La naloxona ha surgido como una herramienta importante para combatir las sobredosis de opioides. Cuando se administra rápidamente, se adhiere a los receptores del cerebro a los que se dirigen los opioides, bloqueando los efectos de las drogas.
En todo Estados Unidos, las máquinas expendedoras que distribuyen naloxona y otros suministros de salud de forma gratuita se están convirtiendo en elementos de primera línea en la lucha contra las sobredosis de opioides. Diferentes versiones del modelo se están probando en al menos 33 estados.
En un informe de 2023, el Consejo Nacional para el Bienestar Mental describió el uso de máquinas expendedoras para distribuir naloxona y otros suministros de “reducción de daños”, como kits de primeros auxilios, pruebas de embarazo, jeringas estériles y más, como una herramienta de salud pública que se hizo más común durante la era del distanciamiento social durante la pandemia de covid-19.
Pero la popularidad del modelo ha seguido creciendo desde entonces, especialmente en lugares con poblaciones a las que es difícil llegar.
“Proporcionan servicios a [personas que usan drogas] con muchas menos barreras que los programas en un sitio fijo e incluso la divulgación móvil”, afirmó el informe. Las máquinas expendedoras de reducción de daños “también pueden proporcionar mayor privacidad y anonimato”.
La propuesta del departamento de salud estatal sería el primer caso en Montana de máquinas expendedoras financiadas directamente por el estado, a diferencia de las pocas que ahora se financian a través de subvenciones públicas o filantropía privada.
Jami Hansen, jefe de la oficina de prevención de la División de Salud Conductual y Discapacidades del Desarrollo del departamento, habló sobre la propuesta durante una reunión de mayo de la comisión estatal de salud conductual. Dijo que las máquinas expendedoras son una forma específica de llenar vacíos en un estado escasamente poblado que no ofrece acceso consistente a tratamientos para la adicción y naloxona.
“Tener algo disponible que puedan utilizar ellos mismos sería muy, muy beneficioso”, agregó Hansen.
Algunos grupos locales de salud pública en Montana, incluidos los de Missoula, Helena, Kalispell y el condado de Big Horn, ya han comenzado a usar máquinas expendedoras para distribuir naloxona gratuita, tiras reactivas para drogas y otros suministros de salud.
En Helena, tres máquinas compradas por el condado de Lewis y Clark han estado distribuyendo aerosol nasal Narcan gratuito y bolsas para la eliminación segura de drogas (usadas para disolver pastillas recetadas y recreativas) durante más de un año.
Kellie Goodwin McBride, directora del departamento de servicios de justicia penal del condado, dijo que su equipo intentó inicialmente integrar las máquinas en negocios locales, como un bar céntrico, una lavandería y un mercado, pero fallaron repetidamente.
A veces, no había suficiente espacio para las máquinas. En otros casos, dijo McBride, los dueños se preocupaban de que una máquina expendedora de Narcan diera la impresión de que el negocio toleraba o acogía el uso de drogas.
En su lugar, el condado instaló máquinas expendedoras en un refugio sin fines de lucro que atiende a residentes locales sin hogar, el edificio del tribunal de distrito estatal y el Centro de Justicia y Leyes en el centro, que alberga el tribunal municipal y el departamento del sheriff del condado. Esa máquina, es la que más se utiliza, dijo McBride.
A diferencia de algunos otros modelos, las máquinas expendedoras de Narcan en Helena no requieren registro de usuarios ni códigos para acceder a los materiales dentro, lo que hace imposible rastrear quién está tomando naloxona o si se está utilizando.
McBride y su equipo reconocen que no hay una forma consistente de saber cuántas muertes relacionadas con opioides han ayudado a prevenir las máquinas expendedoras.
Jessica Johnson es la supervisora de educación sanitaria en el Distrito de Salud del Sur de Nevada, que ayudó a crear la primera colaboración de máquinas expendedoras en el país. Dijo que el proyecto fue diseñado para distribuir naloxona y jeringas estériles para reducir la propagación de enfermedades infecciosas entre las personas que se inyectan drogas.
Un estudio de 2022 registró 41 muertes por sobredosis menos de las esperadas en el condado de Clark, donde se ubicaron las máquinas, durante el primer año de distribución.
Johnson dijo que una de sus conclusiones del programa es la importancia de escuchar a las personas que están en más riesgo de la comunidad. Los quioscos o máquinas expendedoras de reducción de daños resultantes pueden ser tan diversos como los lugares en los que se encuentran.
Trabajadores de salud pública de todo el país han agregado cepillos de dientes, kits para dejar de fumar tabaco y otros suministros a sus máquinas expendedoras según las sugerencias de las poblaciones a las que sirven, dijo Johnson.
Aunque aún no se han elegido a los organizadores, Jon Ebelt, vocero del departamento de salud de Montana, dijo que la recomendación de la agencia de colocar máquinas en refugios y sitios que atienden a personas sin hogar se basa en el deseo de llegar a personas con enfermedades mentales graves, y a otras que ya están buscando servicios en esos lugares.
Ebelt confirmó que el departamento no se basó en datos de sobredosis de opioides ni en información demográfica sobre las personas que más a menudo sufren sobredosis en Montana al decidir dónde colocar las máquinas. En su lugar, la decisión se basó en “programación comunitaria y contratos existentes con sitios de servicios de salud mental y adicciones”.
Agregó que, según la propuesta, los anfitriones comunitarios de las máquinas expendedoras podrán seleccionar muchos tipos de suministros adicionales de reducción de daños para distribuir, “ya que cada comunidad tiene diferentes necesidades”, pero las jeringas estériles no estarán entre los productos disponibles en las máquinas de Montana.
El estado planea pagar un año de suministros, después del cual puede utilizar subvenciones federales para abastecer las máquinas, y los fondos federales no pueden utilizarse para comprar jeringas para el uso ilegal de drogas. Ebelt no respondió a otras preguntas sobre esa decisión o si los sitios podrían agregar jeringas y otros materiales suministrados a través de financiación independiente.
Este artículo se produjo a través de una asociación entre KFF Health News y Montana Free Press.