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Por qué los despidos en salud pública ponen en peligro a todos

Por qué los despidos en salud pública ponen en peligro a todos

A sign outside the Centers for Disease Control and Prevention headquarters in Atlanta on Aug. 6, 2022. (Nathan Posner/Anadolu Agency via Getty Images)

La decisión de la administración Trump de despedir repentinamente a empleados de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) destruyó los programas de capacitación a lo largo del país: sus participantes reforzaron la fuerza laboral de los departamentos de salud pública estatales y locales que durante décadas han sufrido escasez de recursos.

Estos programas están diseñados para entrenar a una nueva generación de líderes de salud pública, muchos de los cuales han pasado a trabajar en los CDC. Funcionarios locales y estatales dijeron que perderlos amenaza con socavar el esfuerzo constante del país para identificar y controlar los brotes de enfermedades infecciosas.

Los empleados despedidos de los CDC ayudaron a prevenir y responder a brotes como el de dengue y de gripe. Trabajaron con los funcionarios locales para realizar pruebas rápidas de virus y garantizar que las pruebas en los laboratorios de salud pública cumplieran con las regulaciones federales. Otros monitorearon posibles casos de tuberculosis o brindaron educación de salud a adolescentes para prevenir infecciones de transmisión sexual, según entrevistas con trabajadores despedidos y funcionarios de salud pública locales.

Como asesor de salud pública de los CDC, Gaël Cruanes había estado trabajando en el Departamento de Salud e Higiene Mental de la ciudad de Nueva York para detectar casos de tuberculosis, una enfermedad grave que se propaga por el aire y ataca a los pulmones.

El Public Health Associate Program asigna estos puestos a recién graduados universitarios, y a otros trabajadores que están comenzando su carrera, durante dos años. Cruanes contó que, después de comenzar su trabajo en octubre, se puso en contacto con inmigrantes y refugiados recién llegados que potencialmente corrían el riesgo de propagar la tuberculosis con la esperanza de que fueran a las clínicas de la ciudad para que les hicieran exámenes.

“Al final es básicamente por la seguridad del público”, dijo Cruanes. Él y otros aprendices fueron despedidos a mediados de febrero.

“Es inconcebible”, agregó.

Andrew Nixon, vocero del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) se negó a hacer comentarios. La Casa Blanca y los CDC no respondieron a las solicitudes también.

Las rápidas reducciones de personal que llevó a cabo la administración Trump en febrero se centraron en los empleados en período de prueba, muchos de ellos contratados en los últimos dos años, que no tienen las protecciones del servicio civil contra los despidos. El 26 de febrero, la administración ordenó a las agencias federales que presentaran planes a mediados de marzo para despidos a gran escala, una medida que podría abarcar una franja mucho más amplia de trabajadores.

Después que CNN publicara este artículo, al menos algunos trabajadores despedidos de los CDC en los programas de capacitación fueron notificados el 4 de marzo de que sus despidos habían sido rescindidos.

Los empleados afectados recibieron autorización para trabajar el 5 de marzo, según los correos electrónicos vistos por KFF Health News. “Deben volver a trabajar con su horario de trabajo anterior. Pedimos disculpas por cualquier interrupción que esto pueda haber causado”, decían los mensajes, que no estaban firmados y se enviaron desde una dirección de correo electrónico interna de los CDC.

La revocación se produjo menos de una semana después de que un juez federal dictaminara que los despidos generalizados de empleados en período de prueba probablemente fueran ilegales.

Siete empleados de los CDC, incluidos los del programa de asociados, asignados al Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York fueron despedidos originalmente, testificó Michelle Morse, comisionada interina de la agencia, durante una audiencia del Ayuntamiento el 19 de febrero.

En una entrevista, Morse dijo que el departamento estaba explorando cómo retenerlos.

“Estamos estudiando lo que podrían hacer los CDC”, dijo, “pero en realidad solo estamos tratando de usar nuestras propias herramientas que tenemos dentro del departamento de salud para ver qué es posible para ese personal”.

Desde su creación en 2007, el Public Health Associate Program ha colocado a 1.800 personas en casi todos los estados y territorios, además del Distrito de Columbia, según los CDC.

Los despidos repentinos significaron que “no hubo tiempo para tratar de averiguar qué vamos a hacer”, dijo Anissa Davis, funcionaria de salud de la ciudad en el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Long Beach en California.

Tres participantes del programa de asociados trabajaron en el departamento de Long Beach, dijo Davis. Un asesor de salud pública de los CDC era uno de los cuatro empleados que trabajaban en la vigilancia de las infecciones de transmisión sexual y el VIH. Otros dos formaban parte del equipo de control de enfermedades transmisibles de 13 personas, que incluye personal que responde a los brotes en hogares de ancianos, hospitales, restaurantes y escuelas, dijo Davis.

“Son invaluables”, dijo Davis. “La salud pública siempre tiene pocos recursos, por lo que contar con estas personas realmente nos ayuda”.

El sistema de salud pública del país ya estaba bajo una gran presión al inicio de la pandemia de covid-19: decenas de miles de empleos desaparecieron después de la recesión de 2007-09, y el gasto también se redujo significativamente para los departamentos de salud estatales y locales, según una investigación de KFF Health News.

La reacción contra las restricciones de la era de la pandemia llevó a muchos más funcionarios a renunciar o jubilarse. Otros fueron despedidos. Aún así, los funcionarios dijeron que la pandemia también inspiró a algunos a buscar atención médica pública.

En febrero también fueron despedidos los científicos del programa de Servicio de Liderazgo de Laboratorio de los CDC. En 2015, los CDC iniciaron la beca de capacitación de dos años para mejorar la seguridad y la calidad de los laboratorios tras una serie de fracasos, incluido el de 2014, cuando el personal de los CDC en Atlanta estuvo potencialmente expuesto al ántrax.

El programa recluta cada año a un pequeño número de científicos con doctorados; varios trabajan en departamentos de salud estatales o locales.

Al menos 16 de los 24 becarios del programa fueron despedidos a mediados de febrero, según dos científicos despedidos que hablaron bajo condición de anonimato por temor a represalias profesionales. “Ahora ya no podemos ser un recurso para estos laboratorios”, dijo uno de ellos.

Los laboratorios de salud pública necesitan a los científicos de los CDC “porque no cuentan con fondos suficientes y con personal suficiente”, dijo el otro. “Ya están al límite de su capacidad”.

Las responsabilidades de los becarios de laboratorio incluían ayudar con las investigaciones y respuestas a los brotes, incluso capacitando al personal local sobre cómo realizar pruebas de forma segura o analizar muestras para identificar la causa de una enfermedad.

Recientemente, los becarios participaron en la creación de una nueva prueba en Florida para detectar oropouche, una enfermedad transmitida por insectos relativamente desconocida que no tiene vacuna ni tratamiento efectivo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo en diciembre que se habían notificado más de 11.600 casos en 2024 en América del Sur, el Caribe, Estados Unidos, Europa, Canadá y Panamá. El Departamento de Salud de Florida no respondió a una solicitud de comentarios.

Los becarios también ayudaron a desarrollar la capacidad para realizar pruebas de dengue en Samoa Americana, dijo uno de ellos.

“Cuando suceden cosas nuevas que son urgentes, casi siempre somos los que actuamos”, dijo la persona.

Los participantes en diferentes programas de capacitación recibieron la misma carta modelo en la que se les notificaba su despido, según los documentos vistos por KFF Health News.

Las cartas decían que las personas despedidas habían mostrado un desempeño deficiente: “Desafortunadamente, la Agencia considera que no son aptos para un empleo continuo porque su capacidad, conocimiento y habilidades no se ajustan a las necesidades actuales de la Agencia, y su desempeño no ha sido adecuado para justificar un empleo adicional en la Agencia”.

Sin embargo, los supervisores de los becarios habían escrito memorandos y correos electrónicos diciendo que estaban en regla, según los documentos vistos por KFF Health News. Cruanes dijo que no había tenido una evaluación de desempeño cuando fue despedido; su primera se suponía que sería el 18 de febrero, tres días después de recibir su notificación. Estuvo entre el personal de los CDC reincorporado el 4 de marzo.

En Minneapolis, un asesor de salud pública de los CDC había estado brindando educación sobre salud sexual y reproductiva en dos escuelas secundarias, y  trabajando en toda la ciudad con pruebas de ETS, dijo Barbara Kyle, la gerente de la clínica escolar de la ciudad. El departamento estaba tratando de trasladar esas responsabilidades al personal restante. “En este momento estamos luchando”, dijo.

La ciudad ha dependido de los aprendices a través del programa de los CDC durante más de una década, dijo Kyle.

“Estos dos años de aprendizaje en salud pública, experiencia en el terreno, han sido realmente una decisión muy positiva para nuestro país”, dijo. “Por eso me preocupa que perdamos esa vía”.

La periodista de Healthbeat Eliza Fawcett contribuyócona este informe desde la ciudad de Nueva York.