LONG BEACH, CA. – Cristina Dávila normalmente no está contenta cuando tiene que esperar en una fila.
Como mesera en el restaurante y bar Navy Proof, covid ha pesado mucho en su mente durante los últimos meses. Dávila ha estado especialmente preocupada por la posibilidad de llevar el virus a su hijo pequeño y a su madre diabética que viven con ella.
Y aquí estaba ella, parada afuera del Centro de Convenciones de Long Beach con cientos de otros residentes y trabajadores de la ciudad, a punto de recibir una codiciada vacuna contra covid, a pesar de que solo tiene 31 años.
“Es como un alivio, diría yo. Estoy emocionada”, comentó.
La ocasión: un gran centro de vacunación sólo para trabajadores del sector de alimentación. El 5 de marzo se ofrecieron 3,000 vacunas para empleados de restaurantes, despensas y mercados, cocineros, o cualquier otro residente de la ciudad que trabajara en ese sector.
La clínica de vacunación de ese día fue un intento por ayudar a reabrir, de manera segura, los restaurantes de Long Beach y, al mismo tiempo, agradecer a las personas que han estado en riesgo de enfermarse para mantener a la ciudad alimentada, dijo el alcalde de Long Beach, Robert García.
En un momento en que millones de californianos buscaban sitios web durante horas para encontrar citas de vacunación, Long Beach, que tiene su propio departamento de salud separado del resto del condado de Los Ángeles, tenía como objetivo simplificar el proceso, al menos para algunos grupos vulnerables.
“Los empleados del sector de la alimentación han estado trabajando sin parar desde el comienzo de esta pandemia y merecen sentirse seguros cuando van a trabajar para servir a su comunidad”, dijo García, cuya madre y padrastro murieron a causa de covid en julio.
Jennifer Rice Epstein, vocera del departamento de salud de la ciudad, alentó a los residentes y trabajadores de Long Beach a registrarse en longbeach.gov/vaxLB para una de las 3,000 citas de vacunación que la ciudad ofrece diariamente a los empleados en estos sectores: alimentación, atención médica, agricultura, trabajadores de emergencias, educación, servicios de limpieza, y toda persona mayor de 65 años.
Además de las 3,000 citas, la ciudad tiene 500 vacunaciones adicionales disponibles cada día para los residentes de la ciudad y los trabajadores sin citas, siempre que muestren un certificado u otra prueba de que están en un nivel de prioridad.
El centenario departamento de salud de Long Beach ha establecido relaciones con escuelas, asociaciones sin fines de lucro y empresas, que han ayudado a construir un nivel de confianza que facilita el desarrollo de estas campañas, señaló Rice Epstein.
La ciudad de 466,000 habitantes también fue una de las primeras en el estado en enviar clínicas móviles para vacunar a los residentes con discapacidades físicas y mentales, añadió.
La ciudad también se ofreció para enviar un equipo de vacunación a cualquier persona calificada que no pueda llegar físicamente al centro de convenciones. Al 15 de marzo, aproximadamente el 20% de los residentes de la ciudad ya habían recibido al menos una dosis, similar a la tasa general del estado.
El registro en línea de citas para los empleados del sector de alimentación en el centro de convenciones se llenó rápidamente. Para cuando el evento se inauguró, a las 11 am, una fila de cientos serpenteaba alrededor del Teatro Terrace del centro de convenciones, donde se administraron las vacunas.
“Me siento afortunado”, dijo Eric Bohay, de 28 años, quien tiene asma y trabaja en una tienda de Target. “Todos los días estoy en estrecho contacto con los clientes. Tomo todas las precauciones que puedo, pero uno nunca sabe lo que hay ahí fuera”.
Los trabajadores del servicio de alimentación han estado plagados de covid durante la pandemia. Un estudio de la Universidad de California-San Francisco encontró que las muertes de trabajadores del sector en restaurantes, producción de alimentos y agricultura, aumentaron un 39% de marzo a octubre de 2020.
Los adultos con covid tienen el doble de probabilidades de haber cenado en un restaurante en las dos semanas antes de mostrar signos de enfermedad, según un estudio de los CDC, lo que sugiere que el virus permanece en el aire donde los meseros, cocineros y trabajadores, pasan muchas horas al día.
Los que estaban en la fila expresaron cierto nerviosismo por la vacuna. “La gente dice distintas cosas sobre cómo se sienten después de recibirla”, dijo Sydney Tripoli.
La joven de 21 años fotografiaba bandas de rock en el condado de Orange y Los Ángeles antes de que la pandemia cerrara los eventos en vivo. Luego tomó un trabajo en Ahimsa Vegan Cafe, en Fourth Street, en Long Beach. Tiene esperanzas de que una vacuna la acerque un paso más a regresar a fotografiar conciertos.
Los funcionarios de la ciudad habían telefoneado y enviado correos electrónicos a los gerentes y propietarios de empresas de alimentación, desde supermercados hasta bares y restaurantes, alentándolos a invitar a sus empleados a inscribirse para una vacuna.
Así fue como se enteró Andrew Anderson, de 37 años, dueño de Spicy Kitchen, que hace salsas picantes, aderezos y encurtidos para restaurantes y mercados.
“Estaba muy emocionado porque trabajo con muchos negocios de comestibles y vendedores, así que estoy expuesto a mucha gente”, dijo. Terminó charlando con un amigo de la industria que también estaba en la línea de vacunación.
“Siento que me gané la lotería”, comentó su amigo Lance Todd, un bartender de 52 años en The Brit, un bar LGBTQ en Long Beach. “Mi esposo aún no puede recibir una vacuna, así que al menos uno de los dos la tendrá”.
La editora de datos Elizabeth Lucas colaboró con este informe.
Esta historia fue producida por KHN, que publica California Healthline, un servicio editorialmente independiente de la California Health Care Foundation.