Los partidarios de la ley de salud los condenan. Algunos estados, incluyendo California y Nueva York, los han prohibido. Otros estados los limitan.
Pero para algunos agentes de seguros y para algunos consumidores, los planes de salud de corto plazo son una alternativa atractiva y de bajo costo, especialmente para personas sanas.
Ahora, con las nuevas reglas federales que permiten planes de salud de corto plazo que duran hasta tres años, los agentes de seguros dicen que algunos consumidores están optando por estas pólizas que implican más riesgos. Estos planes a menudo excluyen a las personas con condiciones preexistentes y no cubren los servicios exigidos por la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA).
Pero algunos los encuentran interesantes, especialmente porque ya no habrá penalidad por no tener seguro de salud a partir de 2019, en la mayoría de los estados.
Gene Ferry, de 66 años, residente de Colorado, compró un plan de salud de corto plazo para su esposa, Stephanie, quien será elegible para Medicare cuando cumpla 65 años en agosto. La diferencia entre la prima mensual de su nuevo plan, más barato, con LifeShield National Insurance Co. y la póliza que tenía a través de ACA es de $650.
“Resulta obvio”, dijo Ferry, quien considera que ACA es “atroz” y apoya los esfuerzos del presidente Donald Trump por reducir costos. “Pagaba $1.000 al mes y me cansé”.
Inscribió a su esposa en un plan de tres meses y le dijo que, si no tenía problemas de salud, en enero compraría otro de seis meses. Pero Ferry, quien tiene Medicare, aseguró que si algo le sucede antes de que termine la inscripción abierta —que en Colorado finaliza en enero— compraría una póliza a través del mercado de seguros.
Hay mucha “politiquería” sobre el valor de los planes de salud de corto plazo, dijo Dan Walterman, propietario de Premier Health Insurance of Iowa, que ofrece estos planes. “Creo que la gente puede tomar sus propias decisiones”.
Walterman, de 42 años, dijo que eligió un plan de salud de corto plazo para él, su esposa y su hija de 3 años, a una sexta parte del precio de un seguro más completo. “El plan no es para todo el mundo, pero funciona para mí”, explicó y agregó que tiene cobertura para accidentes pero que no necesita cuidados de maternidad ni recetas médicas.
Es simple, los planes de salud de corto plazo cuestan menos porque cubren menos.
Algunos planes tienen exclusiones que podrían sorprender a los consumidores, como no cubrir las hospitalizaciones que ocurren un viernes o un sábado, o cualquier lesión por hacer deportes o ejercicio, señaló Claire McAndrew, directora de campañas y asociaciones de Families USA, un grupo de defensa del consumidor.
“La gente puede ver una prima baja en un plan de corto plazo y pensar que es una buena opción”, dijo. “Pero cuando las personas tengan que usar el plan, verán que no les cubrirá muchos, o ninguno, de sus gastos médicos”.
Los planes pueden excluir a las personas con condiciones preexistentes como el cáncer o el asma y a menudo no cubren los “beneficios esenciales” requeridos por la ley de salud, incluyendo la atención de maternidad, los medicamentos recetados o el tratamiento de adicciones. También pueden tener límites en lo que pagarán por cualquier tipo de atención. Las aseguradoras que ofrecen estos planes pueden elegir entre cubrir, o no cubrir, lo que desean.
“Los demócratas los están condenando como ‘planes basura’, pero la idoneidad del plan de salud está en el ojo del observador”, dijo Michael Cannon, director de estudios de política de salud del grupo libertario Cato Institute. “El único seguro basura es un plan que no paga como prometió”.
Estos planes fueron diseñados originalmente para llenar breves vacíos en la cobertura de seguro para las personas en el mercado individual. Cuando ACA entró en vigor, la administración Obama limitó los planes de salud de corto plazo a tres meses, pero la administración Trump este año los amplió a 364 días, con posibles extensiones de hasta tres años. Los críticos temen que las personas sanas abandonen el mercado que cumple con las normas de ACA para comprar planes de corto plazo más baratos, dejando a las personas más enfermas en los fondos de riesgo de las aseguradoras, lo que aumentaría las primas para esos clientes.
Pero algunos agentes aseguran que estos planes podrían ser buenos para las personas sanas que están en transición laboral, cerca de la elegibilidad para Medicare o listos para ir a la universidad, a pesar de limitaciones significativas.
“Es difícil animar a ese tipo de personas a gastar cientos de dólares extra en un plan de salud que rara vez utilizan”, dijo Cody Michael, director de servicios a clientes y agentes de seguros de Independent Health Agents, en Chicago.
Michael señaló que los agentes también reciben una comisión más alta si venden estos planes, lo que les proporciona un mayor incentivo. Sin embargo, aconseja a los clientes que, si tienen una enfermedad crónica, es posible que se les deniegue la cobertura. “Esto es un seguro de otras épocas”, comentó. “Básicamente tienes que estar en perfecto estado de salud”.
Dania Palanker, profesora asistente de investigación del Georgetown University’s Center on Health Insurance Reforms, explicó que las condiciones preexistentes no siempre se entienden bien, ni se explican bien. Una persona puede descubrir demasiado tarde que, por ejemplo, no está cubierta si tiene un derrame cerebral porque un viejo análisis de sangre mostró que tenía el colesterol alto.
Pero Ryan Ellis, un lobista y preparador de impuestos de 40 años en Alexandria, Virginia, que está considerando un plan de salud de corto plazo para sí mismo, su esposa y sus tres hijos, dijo que tomará su decisión “deliberadamente, con los ojos bien abiertos y conociendo las ventajas y desventajas”.
Algunos agentes dijeron que ofrecen el plan de corto plazo como último recurso, sólo después de advertir a sus clientes que si tienen un accidente o se enferman es posible que no puedan renovar su plan. Esto significa que podrían quedarse atascados, sin seguro, mientras esperan por el próximo período abierto de inscripción.
“Podrían encontrarse en un mundo de dolor”, dijo el agente de seguros de Colorado Eric Smith. “Esto es sólo una bomba de tiempo”.
Roger Abel, de Marion, Iowa, dijo que está dispuesto a correr el riesgo. Tiene un plan de corto plazo para su hija de 2 años. Abel dijo que paga unos $90 al mes por ella, en comparación con los más de $450 que habría pagado por la cobertura completa. Él y su esposa tienen una póliza separada desde antes de que ACA entrara en vigor.
Pero Abel, quien es asesor de inversiones, tiene una segunda opción. Dijo que siempre podría comenzar un plan de salud grupal bajo su compañía que le proporcionaría a su hija más cobertura.
Neena Moorjani, de 45 años, expresó que quería comprar un plan a corto plazo pero no puede porque vive en California, donde fueron prohibidos por una ley firmada por el gobernador demócrata Jerry Brown este año. Moorjani, una preparadora de impuestos en Sacramento, dijo que rara vez se enferma y que no necesita un plan de ACA.
Se decidió por una cobertura de salud basada en la religión, conocida como Christian ministry plan. Estos programas de costos compartidos utilizan las cuotas de los miembros para pagar las cuentas médicas de otros. Estos programas no están regulados por agencias gubernamentales y es posible que no cubran condiciones preexistentes o atención preventiva.
Cuando California prohibió los planes a corto plazo, “estuve muy, muy molesta”, dijo Moorjani. “Desearía tener la libertad de elegir qué seguro de salud es apropiado para mí”.
La cobertura de KHN en California es apoyada en parte por la Blue Shield of California Foundation.