Funcionarios de salud pública que luchan contra las tasas récord de sífilis en todo el país han identificado lo que parece ser un factor de riesgo crítico: el consumo de drogas.
“Dos grandes problemas de salud pública están en conflicto”, dijo la doctora Sarah Kidd, oficial médica de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), y autora principal de un nuevo informe sobre el vínculo entre las drogas y la sífilis.
El informe muestra una gran conexión entre el uso de drogas y la sífilis entre mujeres y hombres heterosexuales. En esos grupos, el uso reportado de metanfetamina, heroína y otras drogas inyectables aumentó más del doble de 2013 a 2017.
Los datos no revelaron los mismos aumentos en el consumo de drogas entre los hombres homosexuales con sífilis, el grupo con las tasas más altas de la enfermedad.
Los investigadores dijeron que los resultados sugieren que el uso de drogas, y los comportamientos sexuales de riesgo asociados con este consumo, podrían estar impulsando parte del aumento en la transmisión de la sífilis entre heterosexuales.
Según expertos, las personas que consumen drogas tienen más probabilidades de participar en conductas sexuales inseguras, lo que las pone en mayor riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual. Los CDC también observaron aumentos de casos de sífilis entre heterosexuales durante la epidemia de crack (cristales de cocaína) en los años 80 y 90, y en aquél momento el uso de la droga se asoció con una mayor transmisión de la sífilis.
“La adicción toma el control”, dijo Patricia Kissinger, profesora de epidemiología en la Escuela de Salud Pública y Medicina Tropical de Tulane University.
Por ejemplo, las personas que usan drogas pueden olvidar los condones, tener múltiples parejas sexuales o intercambiar relaciones sexuales por drogas o dinero, todos factores de riesgo significativos para enfermedades de transmisión sexual, explicó la doctora Sara Kennedy, directora médica de Planned Parenthood Northern California.
“Creo que es imposible erradicar la sífilis, y la sífilis congénita, a menos que estemos abordando simultáneamente la epidemia de metanfetamina y el uso de drogas intravenosas”, dijo Kennedy.
Las tasas de sífilis están estableciendo récords a nivel nacional. Saltaron un 73% en general —y un 156% entre mujeres— de 2013 a 2017. Las tasas más altas se registraron en Nevada, California y Louisiana.
La sífilis, que casi se había erradicado antes de su resurgimiento en los últimos años, se puede tratar con antibióticos, pero si no se recibe tratamiento, puede provocar daños en los órganos e incluso la muerte. La sífilis congénita, que ocurre cuando una madre transmite la enfermedad a su bebé por nacer, puede provocar partos prematuros y la muerte en recién nacidos.
Los autores del estudio analizaron los casos de sífilis de 2013 a 2017 y determinaron qué pacientes informaron también haber consumido drogas. Descubrieron que la metanfetamina era el mayor problema: más de un tercio de las mujeres y una cuarta parte de los hombres heterosexuales con sífilis reportaron haber usado metanfetamina en los últimos doce meses.
El uso de drogas entre ambas poblaciones fue mayor en 13 estados del oeste y más bajo en el noreste. De acuerdo con el Departamento de Salud Pública de California, el consumo de metanfetamina en personas con sífilis casi se duplicó para las mujeres y los hombres heterosexuales de 2013 a 2017.
La epidemia de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y el abuso de drogas vuelve más difícil identificar y tratar a las personas con sífilis porque los adictos van menos al médico y, por ende, no reportan a sus parejas sexuales, dijo Kidd.
Las mujeres embarazadas también pueden ser reacias a buscar atención prenatal y someterse a pruebas y tratamiento de la sífilis por miedo a que sus médicos denuncien el uso de drogas.
Para detener la transmisión de la sífilis, los CDC exigen una mayor colaboración entre los programas que abordan las ETS y los que tratan las adicciones.
El uso de drogas es un “factor que contribuye enormemente” para que alguien contraiga una ETS y la transmita, dijo Jennifer Howell, coordinadora del programa de salud sexual en el condado de Washoe, en Nevada.
“Todo el mundo necesita ver que estamos tratando en muchos casos con los mismos clientes”, dijo.
El condado de Fresno tiene la tasa más alta de sífilis congénita en California. Su departamento de salud analizó 25 casos en 2017 y determinó que más de dos tercios de las madres consumían drogas, dijo Joe Prado, gerente de la división de salud comunitaria del condado.
El condado ha comenzado a ofrecer pruebas de ETS para las personas que ingresan en centros de rehabilitación, dijo Prado. “Esa es nuestra oportunidad de hacerles un examen”, dijo.
A quienes regresan por los resultados se les ofrecen incentivos como tarjetas de regalo. El condado también brinda a las personas que reciben tratamiento por adicciones un kit de cuidado que contiene condones y materiales educativos sobre infecciones sexuales, agregó Prado.
La ciudad de Long Beach envía una clínica móvil a los centros de rehabilitación, donde realiza pruebas de VIH, dijo la doctora Anissa Davis, oficial de salud de la ciudad. Agregó que Long Beach espera ampliar los servicios para incluir la detección de otras enfermedades de transmisión sexual.
Aunque una mayor colaboración entre los proveedores de tratamiento de drogas y las clínicas de ETS es esencial, no siempre es fácil porque tradicionalmente no han trabajado juntos, dijo Kissinger de Tulane University.
“Los que tratan las ETS están super enfocados en eso, y lo mismo con los que tratan adicciones”, dijo. Añadió que es una “oportunidad perdida” si no se examina a las personas que reciben tratamiento por abuso de drogas para detectar sífilis y otras infecciones sexuales.
Combatir las crecientes tasas de sífilis también requerirá más recursos, afirmó el doctor Jeffrey Klausner, profesor de medicina y salud pública en la Universidad de California en Los Angeles.
“La fuerza laboral de ETS ha desaparecido casi por completo”, dijo. “Si bien se pueden implementar políticas que requieran pruebas de sífilis, esas políticas también tienen que venir con recursos”.