Nuevos datos sugieren que “vapear” no es una moda pasajera: los adolescentes de todo el país lo están haciendo en números récord.
Según una encuesta publicada por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, más de un tercio, o el 37.3%, de los estudiantes de 12avo grado informaron que habían usado cigarrillos electrónicos por lo menos una vez en los 12 meses anteriores al sondeo. Eso indica un aumento de casi 10 puntos porcentuales en comparación con 2017, cuando el 27.8% de los estudiantes del último año de secundaria reportaron haber consumido.
Los estudiantes encuestados dijeron que habían consumido nicotina, marihuana o cigarrillos saborizados. Investigadores dicen que no está claro si los adolescentes saben lo que contienen sus dispositivos, por lo que algunos podrían pensar equivocadamente que no están usando tabaco y que solo están “saboreando” un producto.
Los hallazgos son “una llamada de atención extraordinaria para los funcionarios de salud pública y para los padres y las comunidades responsables de criar niños sanos”, dijo el doctor Wilson Compton, subdirector del instituto que financió la encuesta.
Los datos también revelaron que el número de estudiantes del último año de secundaria que reportaron haber consumido nicotina en los 30 días anteriores casi se duplicó, de 11% en 2017 a 20.9% este año.
Los cigarrillos electrónicos, también conocidos como “vape”, son dispositivos que funcionan con baterías que calientan líquidos con nicotina para generar un aerosol que los usuarios inhalan. Los líquidos se presentan en sabores agradables para los jóvenes: desde sandía hasta el más exótico “vómito del unicornio”, que liberan vapores frutales y dulces, haciendo que los cigarrillos sean más fáciles de disfrazar que los cigarrillos tradicionales.
Mientras que la industria del “vaping” insiste en que sus productos son solo para adultos, y que la publicidad está destinada a ellos, los adolescentes pueden adquirirlos fácilmente.
Expertos en salud temen que el alto contenido de nicotina de los líquidos que contienen estos cigarrillos pueda ser extremadamente adictivo para los adolescentes y, en última instancia, llevarlos a que fumen cigarrillos tradicionales. Además, se sabe que la nicotina aumenta la presión arterial y se ha relacionado con enfermedades del corazón.
“Sabemos que la nicotina afecta el desarrollo del cerebro”, dijo Stanton Glantz, profesor de medicina y director del Centro de Investigación y Educación para el Control del Tabaco en la Universidad de California-San Francisco, quien no participó en este estudio.
Agregó que los líquidos electrónicos calentados “arrancan los pulmones”.
Investigadores de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, que realizaron la encuesta anual, les preguntaron a 44,482 estudiantes de 392 escuelas públicas y privadas de todo el país sobre el uso de tabaco, opioides, marihuana y alcohol.
Los hallazgos revelaron que el uso de cigarrillos tradicionales permanece en un nivel bajo, con un 3,6% de los estudiantes de secundaria que fuman diariamente, en comparación con el 22,4% de hace dos décadas. El uso de opioides en adolescentes también está disminuyendo: el 3.4% de los adolescentes en 11avo y 12avo grados reportaron haber usado opioides recetados en 2018, una baja del 4.2% con respecto a 2017, y significativamente más baja que el pico de 9.5% en 2004.
El consumo de alcohol y el consumo excesivo de alcohol también continúan disminuyendo entre los adolescentes, según la encuesta.
“Vapear” es la excepción.
La disminución constante en el uso de otras drogas por parte de los adolescentes hace que el crecimiento del consumo de cigarrillos electrónicos sea aún más preocupante, dijo Compton. “Es muy importante que estemos atentos a esto”.
En respuesta a esta tendencia, cientos de ciudades, pueblos y condados en todo el país están restringiendo la venta de productos de tabaco saborizados, incluidos los líquidos para “vapear”. Legisladores de California presentaron recientemente propuestas para prohibir la venta de estos productos en tiendas y máquinas expendedoras en todo el estado, y también para que sea más difícil comprarlos por internet.
La moda del “vapeo” explotó cuando Juul, una marca de cigarrillos electrónicos con un diseño elegante que se asemeja a una memoria USB, comenzó a aparecer en los campus escolares. Los estudiantes los consumen en los baños de las escuelas, o en las mismas clases.
En dispositivos como Juul, la nicotina viene en “vainas” o cartuchos en sabores como mango, pepino y crema. Otros cigarrillos electrónicos usan “jugos” o líquidos de nicotina que no solo vienen en sabores atractivos, sino que a menudo se empaquetan para que parezcan golosinas.
“Nuestra intención nunca fue que los jóvenes usen los productos Juul”, dijo Ted Kwong, vocero de la compañía. Juul ha tomado medidas para reducir el vaping adolescente, como dejar de vender ciertas vainas con sabor en tiendas minoristas, desde noviembre, fortalecer el proceso de verificación de edad en su sitio web y cerrar sus cuentas de Facebook e Instagram.
Las restricciones propuestas por la legislatura estatal de California siguen la prohibición de San Francisco de la venta de productos de tabaco aromatizados, incluidos los líquidos de “vapeo” y los cigarrillos de mentol, vigente desde julio.
Otros 24 condados o ciudades de California han restringido la venta de estos productos, según la Campaign for Tobacco-Free Kids. En Massachusetts, 136 comunidades tienen restricciones a las ventas de tabaco saborizado. En Minnesota, nueve comunidades establecieron normas. Chicago prohíbe la venta de productos de tabaco con sabor en tiendas que estén a menos de 500 pies de escuelas.
El senador estatal de California, Jerry Hill (demócrata de San Mateo), autor principal de los proyectos de ley estatales, dijo que sus propuestas reducirían la “proporción epidémica” de “vaping” entre adolescentes.
“Esto es algo que requiere una acción inmediata para proteger a nuestros jóvenes”, dijo Hill.
La cobertura de KHN de estos temas está respaldada por la California Health Care Foundation y por la Heising-Simons Foundation
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, que publica California Healthline, un servicio de la California Health Care Foundation.