Al principio, Ilona Jaspers observó el brote de enfermedades relacionadas con el vapeo con curiosidad clínica.
Como toxicóloga en la Universidad de North Carolina en Chapel Hill, Jaspers ha estudiado por más de 20 años los efectos en la salud de muchas sustancias que pueden inhalarse. Siete de esos años se enfocaron en la investigación de los cigarrillos electrónicos. Había estado leyendo artículos académicos sobre casos de pacientes con síntomas similares a los observados en la crisis actual desde 2016.
Sin embargo, su “distancia académica” se quebró este verano cuando recibió la noticia de la primera muerte relacionada con el vapeo. Para Jaspers, que tiene dos hijos, eso fue un “antes y un después”.
“Es diferente cuando uno lee sobre esto en la literatura y de una forma más anónima en lugar de verlos [adolescentes con respiradores] en la televisión”, comentó. “Afecta a nivel personal”.
Desde entonces, Jaspers ha escrito un editorial sobre los peligros potenciales asociados con el vapeo. La médica cree que la noción común de comparar los cigarrillos electrónicos con los tradicionales es una analogía desproporcionada, porque los productos para vapear exponen a los consumidores a productos químicos de una manera fundamentalmente diferente.
-Usted ha dicho que mucha gente se apresuró a inferir que los cigarrillos electrónicos eran más sanos que los tradicionales. ¿Estaban equivocados?
-Siempre digo que desde el principio fue una comparación incorrecta. Realmente no hay, al menos que yo sepa, ningún producto de consumo que, si se usa de acuerdo con sus instrucciones, sea más tóxico que los cigarrillos tradicionales. Punto. Por lo tanto, encontrar algo que sea más insalubre que estos cigarrillos, sería difícil simplemente por el nivel de toxicidad del tabaco.
Cuando piensas en los cigarrillos tradicionales, estás viendo la inhalación de una mezcla causada por la combustión de plantas de tabaco y otras sustancias químicas. Mientras que, en los cigarrillos electrónicos, estás aspirando el vapor de un líquido. Por definición, es una exposición muy distinta. ¿Compararías fumar un cigarrillo con fumar crack? No. Porque sabemos que son muy diferentes.
Esta entrevista fue editada por razones de extensión y claridad.
-Usted habló sobre cómo algunos de los ingredientes en los líquidos electrónicos (e-líquidos) pueden convertirse en químicos tóxicos cuando se vaporizan. ¿Qué son estos químicos?
-La gran mayoría de estos productos de vapeo contienen lo que llamamos compuestos base. Eso es propilenglicol y glicerina vegetal. Y cuando se calientan a cierta temperatura, se producen compuestos como la acroleína, el formaldehído, los aldehídos ácidos. Todos estos son químicos que sabemos que son tóxicos cuando se inhalan. El hecho de que no están en el líquido base no significa que eventualmente los pulmones no estarán expuestos a ellos.
-El cigarrillo electrónico Juul ha sido objeto de mucho escrutinio en parte debido a su popularidad entre los jóvenes. ¿En qué se diferencia de las versiones anteriores de cigarrillos electrónicos?
Aquí es donde se pone un poco complicada la cosa. La nicotina regular en un cigarrillo viene en forma de base libre, lo que significa que tiene un alto componente alcalino. Eso es muy irritante para la parte posterior de la garganta. Por lo tanto, solo puedes consumir una cantidad limitada.
Lo que hizo Juul fue básicamente usar una sal de nicotina en forma de ácido benzoico. Entonces, redujeron el pH a algo mucho más neutro, mucho más tolerable para alguien que nunca ha fumado. Juul encontró una manera de hacer que la nicotina fuera mucho más apetecible y, como consecuencia, aumentaron la concentración de nicotina.
-Muchas de las lesiones pulmonares reportadas por funcionarios federales de salud se han asociado con personas que estaban consumiendo THC, el ingrediente psicoactivo de la marihuana. Pero usted observa en su editorial que la marihuana tradicional no ha provocado ninguna de estas lesiones. ¿El problema es en la forma en que se consume el THC?
Posiblemente. Creo que algunas de las cosas que ahora se están revisando son los productos de THC piratas que probablemente tienen contaminantes como la vitamina E y algunos otros aceites e incluso pesticidas. Entonces, todo esto pone de relieve el problema mayor: nada de esto está rigurosamente regulado.
Es lamentable que haya tenido que surgir una crisis para resaltar el problema, pero está acelerando los estudios y, con suerte, alguna regulación. No va a ser una sola sustancia química que cause todas estas hospitalizaciones. No va a ser tan simple.
– ¿Está de acuerdo con algunos funcionarios federales y estatales que están exigiendo una prohibición de los productos para vapear?
Hay ciertos compuestos aromatizantes que nunca deberían estar en ningún líquido electrónico. Sabemos que son peligrosos. Sabemos que causan irritación. Sabemos que causan toxicidad. No deben permitirse en ningún cigarrillo electrónico, en ningún dispositivo de vapeo con sabor, o producto para vapear.
Pero primero necesitamos controlar esta crisis. Lo que no se hizo al principio fue respaldar la afirmación de que [los productos de vapeo] son seguros, o más seguros, con estudios de control reales. Entonces, tenemos que retroceder.
– ¿Cuáles son las lecciones que la comunidad científica y la sociedad en general pueden aprender de esta crisis?
Hay que mantener una mente abierta frente a cosas inesperadas. Esto tomó a la gente por sorpresa. Si hay algo nuevo, que se pone de moda, hay que echarle una mirada muy cuidadosa.
También necesitamos educar a los servicios sanitarios y proveedores de atención médica para que hagan las preguntas correctas. Cuando le preguntas a un joven de 16 años que usa Juul: “¿Consumes productos de tabaco o nicotina”?, te van a contestar que “no”, porque ese no es el lenguaje que usan. Ellos solo saben que usan Juul.