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Miedo a las jeringas, obstáculo inesperado en los esfuerzos de vacunación contra covid

(iStock / Getty Images Plus)

Cada noche es igual. En las noticias de la televisión, se suceden las historias sobre el esfuerzo de vacunación anticovid, y todas muestran aterradoras imágenes de agujas que se hunden en brazos.

Esas imágenes, que aparentemente hacen que todo esto parezca rutinario, ¿podrían tener un efecto negativo?

No basta con dar vuelta la cara o cambiar de canal. Investigadores dicen que podrían obstaculizar los esfuerzos para vacunar a una amplia franja de residentes de los Estados Unidos, justo ahora cuando se impulsa la distribución.

“El miedo a las agujas es lo que hace que muchas personas digan: ‘Creo que no me voy a poner esta vacuna’”, dijo Jeanine Guidry, profesora de la Virginia Commonwealth University, quien investiga temas de comunicación visual y realizó una encuesta con 500 personas en julio.

Pero no se trata solo de noticias.

La desinformación que se difunde en las redes sociales a menudo incorpora imágenes de jeringas gigantes, explicó recientemente Guidry al Comité Asesor Nacional de Vacunas, que hace recomendaciones a los funcionarios de salud federales

Las redes sociales han sido la fuente de gran cantidad de información incorrecta sobre vacunas en general, y sobre covid en particular, diseñada para disuadir a las personas de vacunarse.

Esas “imágenes de miedo”, señaló Guidry, “atraen más atención” y pueden recordarse por más tiempo que otros tipos de ilustraciones.

Los esfuerzos legítimos para fomentar la vacunación también pueden haber provocado miedo al mostrar jeringas exageradamente grandes, indicó Guidry, quien también instó a los expertos en salud pública a tener cuidado con sus mensajes.

“Si usas la imagen de una jeringa enorme que parece el doble del tamaño de mi cabeza, eso te va a dejar claro lo grande que es”, dijo Guidry. “No quiero ni pensar cómo le afectaría eso a alguien que padece de fobia a las agujas”.

Incluso los intentos de tranquilizar a la gente mostrando a líderes, como el doctor Anthony Fauci o el presidente y la vicepresidenta recibiendo sus vacunas contra covid en la televisión pueden ser contraproducentes, expresó Hillel Hoffmann, consultora en comunicación y escritora independiente con sede en Philadelphia.

“Siempre me doy vuelta”, dijo Hoffmann, quien recientemente escribió sobre su miedo a las agujas en un artículo para Medicalbag, una publicación en línea dirigida a médicos.

“Se supone que esas imágenes me deben motivar porque aseguran que la vacuna es segura y está disponible, pero a mí no me preocupa en absoluto la seguridad de las vacunas”, explicó Hoffmann. “Lo que no puedo asimilar, debido a mi miedo a las agujas, es la imagen de alguien con una aguja de pequeño calibre enterrada en el músculo deltoides”.

Los expertos en salud pública dicen que es importante vacunar al menos entre el 70% y el 80% del público para alcanzar lo que se llama inmunidad colectiva o “de rebaño”, cuando un número suficiente de personas habrá tenido el virus de covid o recibido una vacuna, lo que limitará enormemente su propagación.

Pero el miedo a las agujas contribuye a que algunas personas tengan dudas sobre las vacunas.

Un análisis de una amplia gama de estudios, en Estados Unidos y otros países, sobre este tema realizado por investigadores de la Universidad de Michigan mostró que entre el 20% y el 30% de los adultos estudiados citaron preocupación por las agujas, que va desde una ansiedad leve hasta una fobia lo suficientemente fuerte como para que eviten la atención médica.

Muchos trabajadores de salud también mencionaron el miedo a las agujas, según la investigación, publicada en el Journal of Advanced Nursing en agosto de 2018.

“Existe la percepción de que las personas que trabajan en hospitales tendrían menos miedo a las agujas, porque están rodeadas de ellas todo el tiempo, pero un estudio encontró que el 27% de los empleados de hospital que no se vacunaron contra la gripe dijeron que se debía a su miedo a las jeringas”, dijo Jennifer McLenon, especialista en prevención de infecciones en el Hospital Henry Ford de Detroit, quien completó el estudio mientras estudiaba su maestría en epidemiología.

Otro estudio encontró que el 18% de los trabajadores de la salud en centros de atención a largo plazo sentían lo mismo, añadió McLenon.

Un miedo extremo a las agujas o a los procedimientos médicos que involucran inyecciones se llama técnicamente tripanofobia, comentó Jeffrey Geller, presidente de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.

“Algunas personas evitan las agujas por miedo al dolor, otras por miedo a desmayarse”, dijo Geller. “Y algunas, se desmayan”.

Puede tener una base evolutiva, señaló Thea Gallagher, profesora y directora de la clínica del Centro para el Tratamiento y Estudio de la Ansiedad de la Universidad de Pennsylvania. “La biología evolutiva nos enseña que ver un objeto afilado entrar en nuestro cuerpo no es algo para mantener la calma”, añadió Gallagher.

Pero Geller y Gallagher dijeron que las barreras creadas por este miedo o fobia podrían reducirse con mensajes cuidadosos de salud pública, junto con técnicas de autoayuda que las personas pueden practicar o, en casos graves, la asistencia profesional de un terapeuta.

Para los millones de estadounidenses que les tienen miedo a las agujas, hay formas de ayudarse a sí mismos, dicen los expertos:

Ponlo en perspectiva. Sé positivo sobre las razones por las que estás recibiendo la vacuna y recuerda que el dolor será de corta duración, como un golpe en un dedo del pie, dijo Thea Gallagher, directora de la clínica del Centro para el Tratamiento y Estudio de la Ansiedad de la Universidad de Pennsylvania. Para aquellos que reciben dos dosis, “tienen que ser objetivos acerca de cómo fue el primero”, dijo, “y aceptar que lo superaron”.

Acude a vacunarte con un acompañante. Algunos sitios de vacunación lo permiten. Pregunta.

Practica la respiración profunda u otras técnicas para ayudarte a mantener la calma. Come algo y bebe agua antes de ir; esto reduce la posibilidad de desmayarse. Y puedes solicitar ser inoculado en posición reclinada.

—Infórmale a tu vacunador de tus preocupaciones. “Cuando llegues allí, puedes decir: ‘Mire, no me gustan las agujas’. Los proveedores de atención médica están acostumbrados a eso”, explicó el doctor Georges Benjamin, director ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Salud Pública.

—No tengas miedo a buscar ayuda profesional si tu temor es intenso, pero estás convencido de que quieres vacunarte. Un terapeuta puede usar técnicas cognitivo-conductuales o terapia de exposición para ayudarte, aseguró el doctor Jeffrey Geller, presidente de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.

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