Mientras se profundiza la idea de que las mujeres perderían el acceso gratuito a anticonceptivos si la ley de salud se deroga o reemplaza, muchas han comenzado a correr para colocarse un DIU o para almacenar píldoras antes de que el presidente Barack Obama deje la Casa Blanca. Pero el control de la natalidad es sólo la punta del iceberg, dicen los defensores. Hay otros beneficios para la salud de las mujeres que también están en riesgo.
En la parte superior de la lista está la garantía de la cobertura de los servicios de maternidad en el mercado de seguros individual. Antes de la ley de salud, era inusual que los planes en el mercado individual pagaran por los servicios de maternidad. Pero la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), requirió que el cuidado fuera incluido como uno de los 10 beneficios esenciales de salud que todos los planes individuales deben cubrir. En el 2009, un año antes de la aprobación de la ley, sólo el 13 por ciento de los planes individuales disponibles para una mujer de 30 años en todas las capitales estatales ofrecían beneficios de maternidad, según un análisis del National Women’s Law Center (NWLC).
Algunos planes ofrecían servicios de maternidad como complemento a través de una cláusula adicional que pagaba una cantidad fija en dólares, a veces sólo unos pocos miles, según el estudio. Pero incluso con este tipo de acuerdo, el costo para la mujer podía ser significativo: el promedio de un pago total para un parto vaginal era de $18.329 en el 2010, según un estudio realizado por el Truven Health Analytics.
Antes de la ley, por lo general, las mujeres también pagaban tarifas más altas por el seguro de salud en el mercado individual. De acuerdo con el análisis del NWLC, el 60 por ciento de los planes individuales más vendidos en el 2009 le cobraban a una mujer de 40 años que no fumaba más que a un hombre de 40 años que fumaba, incluso en planes que no incluían ningún tipo de cobertura por maternidad. Esa inequidad desapareció bajo ACA, que prohibió a las aseguradoras cobrar a las mujeres tasas más altas que a los hombres por los mismos servicios.
“Nuestra preocupación es volver a un mundo donde las compañías de seguros estén escribiendo sus propias reglas, y que se regrese a las mujeres a los malos tiempos de la atención de salud, perdiendo todo el progreso que hemos hecho”, dijo Gretchen Borchelt, vicepresidente de derechos reproductivos y salud en el NWLC.
Muchos otros servicios de salud preventiva para mujeres podrían estar en peligro si la ley de salud es derogada o cambiada. Y algunos podrían ser más fáciles de eliminar que otros, dicen los expertos en políticas de salud para las mujeres.
Bajo la ley, los servicios preventivos recomendados por el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos deben ser cubiertos sin costo compartido. Este grupo, un panel independiente de médicos expertos, evalúa la evidencia científica para exámenes, medicamentos y servicios, publicando anualmente varias recomendaciones nuevas o actualizadas. Las recomendaciones actuales que afectan a las mujeres incluyen directrices para la detección del cáncer de seno y de cuello uterino, así como pruebas para las mutaciones genéticas BRCA 1 y 2 que aumentan el riesgo de cáncer de seno en las mujeres.
“La cobertura de esos servicios no se puede cambiar sin un cambio en el estatuto” que creó la ley de salud, dijo Dania Palanker, profesora asistente de investigación en el Centro de Reformas de Seguro de Salud de la Universidad de Georgetown. Si la ley es derogada, eso podría suceder.
Sin embargo, hay otro grupo de servicios preventivos requeridos para las mujeres que podrían ser aún más fáciles de eliminar. Bajo la ley, los servicios preventivos de las mujeres que son respaldados por la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA) también tienen que ser cubiertos por la mayoría de las aseguradoras sin costo compartido. En 2011, el Instituto de Medicina propuso una lista de ocho servicios preventivos que debían cubrirse, y la HRSA los adoptó. Entre ellos, estaba el requisito de que la mayoría de las aseguradoras cubrieran todos los anticonceptivos aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) sin que las mujeres tuvieran que pagar de su propio bolsillo. También se incluyeron los requisitos para cubrir los chequeos regulares de las mujeres por lo menos una vez al año, la detección de la diabetes gestacional, el asesoramiento y la detección de infecciones de transmisión sexual, el apoyo –con asesoramiento y suministros- de la lactancia materna, y la detección y asesoramiento en contra de la violencia doméstica.
Un comité de proveedores de salud para mujeres dirigido por el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos ha propuesto una actualización de las directrices vigentes que están siendo revisadas por funcionarios federales.
“Esperamos que se tomen medidas antes del final de esta administración”, dijo Palanker.
Pero la administración de Donald Trump puede no tener las mismas ideas acerca de qué beneficios preventivos deben ser aprobados para las mujeres. El nuevo secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos podría optar por diferentes decisiones a las de la administración de Obama.
“Lo que se puede aprobar también puede desaprobarse”, dijo Adam Sonfield, director de políticas en el Guttmacher Institute, una organización de investigación y defensa de la salud reproductiva con sede en Washington, DC.
Por último, muchos de los detalles sobre lo que se requiere para cumplir con la ley han sido presentados en forma de miles de páginas de reglamentos y guías. Una nueva administración podría escribir diferentes reglas o simplemente no obligar a cumplir las que están en los libros, advierten.
Por ejemplo, el control de la natalidad. Algunos planes de salud inicialmente interpretaron que el requisito de cubrir los anticonceptivos aprobados por la FDA significaba que, si cubrían píldoras anticonceptivas, por ejemplo, no tenían que ofrecer otros métodos hormonales de anticoncepción como el anillo vaginal o el parche. Los funcionarios federales de Obama han declarado que las aseguradoras no podían elegir: tenían que cubrir los 18 métodos de control de la natalidad aprobados por la FDA.
“Muchas de las piezas de los beneficios de servicios preventivos que clarifican y hacen que la cobertura sea real y fuerte ha sido a través de la guía [de los funcionarios federales], y existe el temor de que esto pueda cambiar”, dijo Palanker.