Cada año, más de 300 pacientes con dolor crónico participan de un programa de tres semanas en el Centro de Rehabilitación del Dolor de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota. Sus quejas varían ampliamente, desde trastornos específicos como dolores de espalda intratables hasta problemas sistémicos como la fibromialgia. Al momento de inscribirse, muchos de los pacientes ya han intentado casi todo para controlar su dolor crónico. La mitad están tomando opioides.
En este programa que ya lleva 40 años, ese es justamente el punto de inflexión. Los participantes deben comprometerse a reducir el consumo de medicamentos para el dolor durante su estadía en Mayo.
Más del 80% de los pacientes que se inscriben permanecen durante toda la duración del programa, dijo Wesley Gilliam, director clínico del centro. Y muchos usuarios de opioides que terminan el programa reportan, seis meses después, que han podido mantenerse alejados de los opioides. Y, también importante, agregó, han aprendido estrategias para lidiar con su dolor.
Pero este programa no es para todos. Las aseguradoras podrían no estar de acuerdo en que el enfoque interdisciplinario intensivo es médicamente necesario para algunos pacientes, o simplemente no cubren los códigos de facturación del programa, explicó Gilliam. El equipo de seguros de Mayo abogan por los pacientes si son buenos candidatos para el tratamiento, pero el éxito no está asegurado.
El programa de la Clínica Mayo no es el único que aborda los aspectos emocionales, sociales y psicológicos del dolor: otras iniciativas también se enfocan en reducir la dependencia de los pacientes de los medicamentos adictivos para controlar su dolor. Pero a medida que la nación enfrenta una epidemia de opioides, hay muy pocos programas como éstos en todo el país para hacer frente a esta necesidad, dijo Gilliam, psicólogo clínico y especialista en conductas para manejar el dolor, quien respondió a las siguientes preguntas sobre el programa:
– ¿Cómo funcionan los analgésicos? ¿Tapan el dolor?
Alivian algo del dolor. Los opioides son muy eficaces para los problemas agudos, pero nunca fueron diseñados para ser usados de manera crónica. No son eficaces a largo plazo.
Los opioides son depresores del sistema nervioso central. Tranquilizan a las personas que están en peligro. Pero muchas personas no funcionan mejor cuando toman opioides, solo calma sus nervios. Es el tratamiento químico.
– ¿Al tratar el dolor, importa lo que lo causa o lo grave que es?
Dolor es dolor. El enfoque fundamental para el automanejo del dolor no cambia en función de la causa o gravedad.
– ¿Cómo termina alguien en un programa como el suyo?
Prácticamente todos nuestros pacientes han tratado y agotado las opciones de tratamiento primario y secundario del dolor.
En la atención primaria, un paciente entra con una queja y se desarrolla un plan de tratamiento. Generalmente implica alentar al paciente a estar activo, a estirarse, tal vez el médico inicie una medicación no opioide como un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) o un antidepresivo.
Si el paciente continúa quejándose de dolor crónico, el proveedor de atención primaria pasará al nivel dos y lo referirá a alguien a un neurólogo o tal vez un psicólogo del dolor o un anestesiólogo del dolor.
Si los pacientes no responden, comienzan a pensar en el paso tres, que es un programa de dolor como el de Mayo.
– ¿Cómo funciona el programa de Mayo?
La gente viene de lunes a viernes, de 8 am a 4 pm por tres semanas.
No tenemos un enfoque médico. Es un enfoque bio-psico-social, que reconoce no sólo el aspecto biológico del dolor, sino también que las variables psicológicas y sociales contribuyen a cómo las personas experimentan el dolor.
Eso no quiere decir que se imagine el dolor, sino cómo la experiencia del dolor está influenciada por el estado de ánimo, la ansiedad y cómo el ambiente de esa persona responde a sus síntomas.
Un enfoque más médico tiende a centrarse en la orientación y la eliminación de los síntomas, dejando de lado el reconocimiento de las diferencias individuales.
– ¿Qué significa eso para el paciente que sufre?
Las personas necesitan aceptar que tienen un dolor y enfocarse en su calidad de vida. Algunas estrategias alientan a los pacientes a pensar que la única manera en la que pueden funcionar es si reducen su dolor, según la medida en una escala del dolor de cero a 10.
Nosotros nos enfocamos en cómo vivir centrándose en la función en lugar de eliminar los síntomas y el dolor. Cuando me refiero al funcionamiento, quiero decir volver a las áreas importantes de su vida, como el trabajo, las actividades sociales y la recreación. Si está esperando que el dolor desaparezca, nunca volverá a vivir normalmente. Cuando eso sucede, las personas se desalientan, se deprimen.
– Entonces, ¿cómo ayudan a las personas a manejarlo?
Cuando usted siente dolor crónico y está mal manejado, el sistema nervioso puede descarrilarse. Su cuerpo se comporta como si estuviera bajo tensión todo el tiempo, incluso cuando no lo está. Sus músculos pueden estar tensos y su corazón y el ritmo respiratorio aumentan, entre otras cosas.
Con meditación y ejercicios de relajación, estamos tratando de enseñar a la gente a aprender a relajar sus cuerpos y con suerte disparar una respuesta de relajación.
Si tengo dolor en la parte baja de la espalda, por ejemplo, durante períodos de tensión muscular estresante ese dolor va a va a exacerbar el dolor en mi espalda. Nos enfocamos en ayudar a las personas a desentenderse de sus síntomas.
Al aprender a relajarse en respuesta al estrés, la tensión muscular se puede disminuir y se alivia la experiencia de dolor. Esto no requiere un medicamento o un procedimiento, sólo la aplicación de una habilidad de relajación.
El entrenamiento de relajación/meditación es un componente de un paquete de tratamiento mucho más amplio. Todos los aspectos de nuestro tratamiento – técnicas cognitivas para manejar el estado de ánimo, la ansiedad y la ira, la terapia física, la terapia ocupacional, están diseñados para equilibrar el sistema nervioso.
¿Los seguros suelen cubrir el programa?
Las compañías de seguros pueden querer que los pacientes completen enfoques de tratamiento más conservadores antes de aprobar un programa interdisciplinario de rehabilitación del dolor como el nuestro.
Hay pacientes cuyos planes no cubren nuestros códigos de facturación. Si consideramos que un paciente es un buen candidato, escribiremos cartas diciendo que deben ser aceptado.
Hay muy pocos que han pagado de su bolsillo. Esta es una minoría significativa, sin embargo. El programa puede costar hasta $40,000 para alguien con otros problemas médicos complicados además del dolor crónico.
Estudios muestran que estos programas ahorran dinero a largo plazo en los costos de atención de salud y reducción de la utilización de la atención médica.
Si vamos a manejar este problema de dolor crónico, tenemos que mirarlo por lo que es: multifacético. No se puede tratar solo el síntoma, tienes que tratar a toda la persona, de manera holística.