En un impulso bipartidista, el Congreso ha reestructurado un programa federal que ofrece asistencia de vivienda a las personas que viven con VIH para canalizar más dinero hacia las áreas que luchan por controlar brotes.
Mientras que los legisladores y defensores de la vivienda dicen que sería mejor que los ajustes se dirigieran a las regiones con altas tasas del virus, probablemente estos cambios significarán menos dinero para algunas de las grandes ciudades que enfrentaron los primeros efectos de la epidemia.
Para ayudar con la transición, este año el Congreso aumentó el financiamiento para el programa de Oportunidades de Vivienda para Personas con SIDA (HOPWA por sus siglas en inglés) en cerca de un 6%. En el pasado, este dinero estaba distribuido en todo el país basado en el número acumulado de casos por jurisdicción (incluyendo personas que habían muerto).
Ahora, bajo el financiamiento de 2017, finalizado por el Congreso en mayo, HOPWA ha otorgado $320.4 millones a los estados y jurisdicciones que califiquen para recibir dinero en base a su participación en el número total de personas que viven con el virus. El número de casos requeridos para calificar para la financiación también cambió de 1.500 casos acumulados de SIDA a 2.000 casos vivos de VIH/SIDA.
Ninguna jurisdicción recibirá menos dinero de HOPWA que en 2016, pero 25 ciudades y condados estarán recibiendo una porción del pastel más pequeña que antes. Los cinco primeros que están viendo disminuir su porcentaje son, en este orden, New York City, Atlanta, Miami, Washington, D.C., y Houston.
El programa, que comenzó en 1992, proporciona asistencia financiera para ayudar a los participantes a pagar los costos de alquiler, hipoteca y servicios públicos.
La vivienda representa uno de los factores más importantes para determinar el éxito de un individuo en el tratamiento del VIH. De acuerdo con el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD), que administra el programa HOPWA, la inestabilidad sobre en dónde vivir está vinculada al atraso en pruebas y a brechas en la atención. El departamento estima que aproximadamente la mitad de las personas que viven con VIH en los EE.UU. experimentarán una crisis de vivienda en su vida.
“Creo que no podemos subestimar el poder que tiene el hogar en mejorar la salud de alguien con una condición crónica”, dijo Russell Bennett, director ejecutivo de la National AIDS Housing Coalition.
Shyronn Jones, de 39 años, ha tenido problemas económicos desde que le diagnosticaron VIH. Una vez fue dueña de casa en Nueva York, pero cuando se mudó a Atlanta hace varios años, la única vivienda que pudo permitirse fue un apartamento en un vecindario peligroso. Tuvo problemas para recibir atención médica, su recuento de glóbulos blancos descendió a niveles peligrosamente bajos, y su salud mental se deterioró.
Pero entonces, una organización comunitaria la conectó con HOPWA, que la ayudó a mudarse a un vecindario mejor con una tienda de comestibles, una oficina de correos y un parque cercanos, en donde su hija puede jugar.
“HOPWA me salvó”, dijo Jones.
Con la intención de suavizar el impacto del cambio de fórmula, la ley aumentó los créditos este año para que cada jurisdicción vea al menos un pequeño aumento en la financiación. Con el tiempo, las áreas con tasas más altas de transmisión de VIH, como el sur del país, seguirán viendo aumentos. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) calculan que el 44% de todas las personas con VIH en el país viven en el sur, aunque sólo el 37% de la población de los Estados Unidos vive en esa región.
La asignación adicional de este año de $20 millones a nivel nacional se tradujo en aumentos porcentuales de dos dígitos para más de 100 de las 140 jurisdicciones participantes. Ciudades más pequeñas, como Greenville, South Carolina, y Syracuse, Nueva York, vieron su financiación saltar cerca de 14%. Cabe destacar que algunos grandes centros metropolitanos como Portland, Oregon y Chicago también vieron un crecimiento similar en sus donaciones.
Sin embargo, los esfuerzos para canalizar el dinero en los actuales epicentros del VIH sin financiamiento adicional podrían significar recortes para grandes áreas metropolitanas como Atlanta y Nueva York. Para mitigar las pérdidas potenciales, el estatuto del programa estipula que, durante los próximos cinco años, un concesionario no podrá perder más del 5% ni ganar más del 10% de su participación en los fondos de la fórmula HOPWA del año anterior.
“Veremos algunas pérdidas en la financiación [para algunas áreas] a través de los años”, dijo Rita Flegel, directora de la Oficina de Vivienda para el VIH/SIDA. “Y entonces el dinero se distribuirá más uniformemente entre las personas que viven con VIH”.
El representante David Price, quien fue uno de los copatrocinadores del proyecto de ley que reformuló el financiamiento, dijo que la incorporación gradual junto con el aumento en la financiación ayudó a apaciguar los temores de recortes entre legisladores de áreas con un gran número de casos de VIH.
“Personas de todo tipo de convicciones políticas apoyaron esto porque se trataba de una cuestión de justicia”, dijo. Sin embargo, “estaba muy claro que necesitábamos aumentar el tamaño del pastel para hacer esta propuesta menos difícil”.
Una de las ciudades que podría perder es la capital de la nación. Cerca de 13.000 residentes, o casi el 2% de la población, viven con VIH en Washington, DC, según el departamento de salud de la ciudad.
HOPWA no ha sido capaz de mantenerse al día con la demanda de los residentes de la zona y la ciudad suspendió su lista de espera el año pasado con más de 1.200 personas, según Michael Kharfen, subdirector de la HIV/AIDS, Hepatitis, STD, and TB Administration de la ciudad. Se espera que el área reciba $11.2 millones, un 1% más que el financiamiento del año pasado.
Pero la capital no es única en su lucha por mantenerse a la altura de la demanda. Según los últimos datos de HUD, 138.427 hogares afectados por el VIH en todo el país estaban necesitados de asistencia para vivienda.
Jones, de Atlanta, ahora vive en un apartamento de tres dormitorios y dos baños en un barrio con el que soñaba mientras crecía en la ciudad de Nueva York.
Su recuento de glóbulos blancos se ha duplicado desde su traslado, dijo, y su estado mental ha mejorado. Jones, que es miembro de la organización de defensa Positive Women’s Network USA y dirige un negocio que asesora a pacientes sobre recursos, agradece a HOPWA por la asistencia. Pero dijo que espera ser autosuficiente y ayudar a otros a lidiar con situaciones similares a las que una vez enfrentó.
“Eso es por lo que estoy luchando”, dijo.