Un pequeño porcentaje de estadounidenses ha recibido la más reciente dosis de refuerzo contra covid-19, y probablemente aún menos sepan que el gobierno federal está preparándose para recomendar otra dosis.
Hasta hace poco, el doctor William Schaffner interpretaba esa indiferencia como una señal de que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) deberían abogar por la vacunación solo para aquellos con mayor riesgo de contraer el virus.
Pero luego, Schaffner, especialista en enfermedades infecciosas del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, cambió de opinión.
Los miembros del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP, por sus siglas en inglés) de los CDC lo convencieron de que la vacuna debería recomendarse para todos los estadounidenses a partir de los 6 meses, según dijo en una entrevista.
El comité, que establece la política de vacunación del país y ayuda a determinar la cobertura del seguro para las vacunas, votaría sobre la cuestión el martes mientras evalúa los beneficios de las vacunas actualizadas de Pfizer y Moderna. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), la agencia hermana de los CDC, aprobó las dos dosis de refuerzo para su uso el lunes 11.
No todos los expertos en vacunas lo ven de la misma manera que Schaffner, un representante sin derecho a voto ante el ACIP.
“No tengo planeado recibirlo”, dijo el doctor Paul Offit, de 72 años, director del Centro de Educación sobre Vacunas del Hospital Infantil de Philadelfia. Offit tuvo dos dosis de refuerzo y desarrolló covid el año pasado.
Otra vacuna podría aumentar su protección contra una infección leve durante algunos meses, pero, como cree Offit, al igual que los sistemas inmunes de la mayoría de los estadounidenses, el suyo ya está lo suficientemente familiarizado con el virus como para protegerlo de una enfermedad grave.
Algunos de los colegas científicos de Schaffner argumentan que el gobierno debería recomendar la vacuna solo para personas frágiles, mayores, enfermas e inmunocomprometidas. Más del 95% de la población estadounidense ya está inmunizada contra covid mediante la vacunación, por la infección o por ambas, y los riesgos de enfermedad grave para las personas jóvenes y saludables no son muy altos.
Schaffner no está en desacuerdo. Pero muchos estadounidenses que no necesariamente son vulnerables quieren la vacuna para sí mismos y sus hijos, y sin una recomendación de los CDC, las aseguradoras no estarían obligadas a pagar por las dosis.
Es “bastante feo” que Pfizer y Moderna, los dos principales productores de vacunas contra covid, hayan decidido cobrar hasta $130 por dosis, en comparación con los $30 del año pasado por la vacuna de refuerzo, que se produjo bajo contrato con el gobierno, dijo Kathryn Edwards, profesora de pediatría en Vanderbilt y miembro de un grupo de trabajo del ACIP sobre covid.
Amy Rose, vocera de Pfizer, dijo que el precio era “consistente con el valor entregado” y reflejaba mayores gastos para suministrar las dosis comercialmente.
Pero una recomendación parcial podría dejar a los grupos que más sufrieron durante la pandemia (minorías y otros grupos desfavorecidos) sin poder vacunarse, en caso que quieran, porque las dosis no serían asequibles.
“Lo último que necesitamos son barreras financieras que aumenten las disparidades”, dijo Schaffner.
Una ley de 1993 exige que el gobierno federal pague las vacunas infantiles recomendadas por el ACIP, y una legislación más reciente exige la cobertura de las vacunas para adultos dentro de los 15 días siguientes a una recomendación del ACIP.
Pfizer y Moderna siguen ganando miles de millones de dólares con las ventas de vacunas contra covid, aunque están produciendo menos dosis. Stéphane Bancel, director ejecutivo de Moderna, dijo a los inversores en agosto que la compañía esperaba que sus ventas mundiales de vacunas contra covid fueran de entre $6.000 y $8.000 millones este año, dependiendo de la aceptación en Estados Unidos. Pfizer espera alrededor de $14.000 millones en el mismo período.
Dentro de unos años, ambas empresas esperan producir vacunas combinadas que protejan contra la gripe, covid y, posiblemente, el virus respiratorio sincitial (VRS). La última temporada de gripe se distribuyeron alrededor de 170 millones de vacunas contra la gripe en el país, por lo que un producto combinado podría asegurar también un gran mercado para las vacunas contra covid.
A pesar de las amplias recomendaciones para el refuerzo anticovid actualizado publicadas el otoño pasado, sólo el 17% de la población la recibió, y alrededor del 43% de las personas de 65 años o más.
No se sabe cuántos recibirán la vacuna esta temporada, y tampoco sus beneficios reales. Un estudio de la nueva vacuna de Moderna demostró que aumentaba los anticuerpos contra varias cepas de covid, aunque no estaba claro cuánta protección contra la enfermedad ofrecía ni durante cuánto tiempo.
Es poco probable que la nueva vacuna “cambie las reglas del juego”, dijo John Moore, profesor de microbiología e inmunología en el Weill Cornell Medical College.
Para adultos y niños más sanos, “es un aumento de la protección durante unos meses”, dijo Moore. Es imposible predecir exactamente quién se beneficiará más porque Estados Unidos “no es una población estándar”. Su población ya ha estado expuesta a una combinación desconcertante de vacunas, refuerzos y diferentes cepas del virus.
Christopher Ridley, vocero de Moderna, dijo que la vacuna actualizada coincidía bien con las cepas virales actuales y agregó: “Alentamos a las personas a vacunarse contra covid cuando reciban su vacuna anual contra la gripe”.
Moore cree que la alarma ha distorsionado la amenaza del virus. Se muestra escéptico sobre la importancia del reciente aumento de las hospitalizaciones por covid, y criticó a avisos en las redes sociales que han generado temores sobre nuevas cepas virales que no parecen plantear ningún desafío fundamental para las nuevas vacunas.
“El fervor editorial generó preocupaciones sobre el aumento repentino del verano”, dijo Moore, utilizando un acrónimo de “miedo a perderse algo” (FOMO en inglés). A pesar de los comentarios y tuits preocupantes de médicos como Eric Topol, director del Instituto Traslacional de Investigación Scripps, sobre una nueva variante de covid llamada BA.2.86, “resultó ser algo sin importancia”, expresó Moore.
Incluso Ashish Jha, quien coordinó la respuesta a covid de la administración Biden hasta que regresó a su puesto como decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Brown este año, está de acuerdo en que hay cierta ambigüedad en el tema. Si bien recomienda que los jóvenes de 20 años reciban la vacuna de refuerzo, “una persona razonable” podría no estar de acuerdo.
Desafortunadamente, este tipo de debates en el entorno actual se ven empañados por “tonterías y mala información” que causan confusión y dañan a la gente, dijo en una entrevista reciente en un podcast.
Los defensores de las vacunas dicen que, ya sea que sean realmente necesarias o no, son lo suficientemente seguras como para que incluso el pequeño beneficio de tomarlas supere los riesgos. El principal efecto secundario grave, aunque raro, de las vacunas de Pfizer y Moderna (la miocarditis, que afectó especialmente a hombres adolescentes y de 20 años) parece haber ocurrido principalmente durante la primera serie de dos inyecciones.
Paradójicamente, quienes más necesitan protección contra covid suelen tener sistemas inmunes debilitados que no logran generar la respuesta esperada a la vacunación.
Por lo tanto, podría decirse que la vacuna es más relevante para las personas sanas que entran en contacto frecuente con personas vulnerables. Con eso en mente, Inglaterra ha anunciado que el nuevo refuerzo se ofrecerá solo a personas de 65 años o más, en hogares de adultos mayores o con sistemas inmunes vulnerables, o que trabajen o vivan con miembros de esos grupos.
“Cualquier impulso para promover los nuevos refuerzos debería centrarse directamente en las personas con alto riesgo”, afirmó Norman Hearst, médico de familia de San Francisco. Si bien recomendó la vacuna para pacientes mayores, dijo que no recomendaría un refuerzo para ellos debido al raro riesgo de miocarditis y el beneficio insignificante. “La cuestión son todas las demás personas en el medio”.
En un comentario en noviembre, las infectólogas Shira Doron y Monica Gandhi dijeron que las campañas de vacunación deberían ser radicalmente honestas sobre el valor limitado de las vacunas para la protección a largo plazo contra la infección. Una campaña de este tipo podría abogar por la vacunación de los niños porque, aunque no protegerá de forma duradera, “podría prevenir casos raros de enfermedad grave”.
Mientras tanto, los fabricantes de vacunas tienen sus propios planes para publicitarlas. En su llamada con inversionistas en agosto, Moderna dijo que estaba enfocada en aumentar las ventas y solidificar la participación de mercado de Moderna con promoción de marca.
Sus “campañas de concientización” promocionarán las recomendaciones del ACIP y “conectarán a covid-19 con las vacunas contra la gripe estacional con el objetivo de impulsar a los consumidores a vacunarse este otoño”, dijo un funcionario de la compañía.
Moderna copatrocina el Abierto de Estados Unidos de tenis de este año y transmitió un video en el evento del 8 de septiembre en honor a Arthur Ashe, el único hombre negro en ganar títulos de Grand Slam, a quien le atribuye haber ayudado a desestigmatizar el VIH al revelar que tenía el virus.
El video sugirió que Moderna, al igual que Ashe, ha hecho bien en ser audaz.