SAN FRANCISCO, California. — Durante años, los latinos representaron la mayor proporción de nuevos casos de VIH en esta ciudad, pero los datos que surgen de las pruebas sugieren que esa tendencia podría estar cambiando.
El número de latinos que dieron positivo para la prueba de VIH cayó un 46% de 2022 a 2023, según un informe preliminar publicado en julio por el Departamento de Salud Pública de San Francisco.
Esta disminución podría marcar la primera vez en cinco años que los latinos no constituyen el mayor número de nuevos casos.
La noticia genera un prudente optimismo mostrando que tal vez están funcionando los millones de dólares que la ciudad ha invertido para remediar esta preocupante disparidad. Sin embargo, trabajadores comunitarios que promueven la prevención y proveedores de atención médica dicen que aún queda mucho por hacer para evitar y detectar el VIH, especialmente entre los nuevos inmigrantes.
“Tengo muchas esperanzas, pero eso no significa que vayamos a relajar nuestros esfuerzos de ninguna manera”, dijo Stephanie Cohen, que supervisa el programa de VIH de la ciudad.
Expertos en salud pública coincidieron en que el último informe del Departamento de Salud Pública podría ser alentador, pero que se necesita más información para saber si San Francisco ha tenido en cuenta las desigualdades en sus servicios de VIH.
Por ejemplo, aún no está claro a cuántos latinos se les hizo la prueba, ni si también disminuyó el número de latinos expuestos al virus, indicadores clave que el departamento no proporcionó a KFF Health News. Según datos oficiales, las tasas de pruebas también continúan por debajo de los niveles anteriores a la pandemia.
“Si los esfuerzos para hacerse la prueba llegan a menos latinos, a pesar de que existe una necesidad, eso indica un serio desafío para abordar el VIH”, dijo Lindsey Dawson, directora asociada de Políticas de VIH y directora de Políticas de Salud LGBTQ en KFF, una organización sin fines de lucro de información sobre salud que incluye a KFF Health News.
San Francisco, al igual que el resto del país, sufre grandes disparidades en las tasas de diagnóstico para latinos y personas de color. Los trabajadores comunitarios afirman que los nuevos inmigrantes son más vulnerables a las enfermedades infecciosas porque no saben dónde deben ir para hacerse las pruebas, o les resulta difícil navegar el sistema de salud.
En 2022, los latinos representaron el 44% de los nuevos casos de VIH en San Francisco, aunque sólo constituían el 15% de la población. La proporción de nuevos casos entre latinos cayó al 30% el año pasado, mientras que, según el informe preliminar, los blancos no hispanos representaron la mayor proporción de nuevos casos con un 36%.
Cohen reconoció que una disminución observada en un solo año no es suficiente para establecer una tendencia, pero dijo que la financiación dirigida a organizaciones comunitarias puede haber ayudado a reducir los casos de VIH entre latinos. Se espera un informe final en el otoño.
La mayoría de las ciudades dependen principalmente de fondos federales para pagar la atención del VIH, pero San Francisco tiene un objetivo ambicioso: ser la primera ciudad del país en eliminar al virus. Por esa razón, aproximadamente la mitad de su presupuesto de $44 millones para el VIH/SIDA el año pasado provino de las arcas de la propia ciudad.
En comparación, según su departamento de salud, Nueva Orleans, que tiene tasas de VIH similares, sólo aportó $22,000 de su presupuesto total de $13 millones para el VIH/SIDA.
Como parte de un esfuerzo por abordar las disparidades de VIH entre las comunidades LGBTQ+ y personas de color, el año pasado San Francisco otorgó $2.1 millones a tres organizaciones sin fines de lucro —Instituto Familiar de la Raza, Mission Neighborhood Health Center y San Francisco AIDS Foundation— para reforzar el alcance, las pruebas y el tratamiento entre latinos, según el presupuesto de la ciudad de 2023.
En el Instituto Familiar de la Raza, que administra el proyecto, la financiación ha ayudado a pagar las pruebas de VIH, la prevención, el tratamiento, las campañas de sensibilización, los asesoramientos y los servicios legales de inmigración, dijo Claudia Cabrera-Lara, directora del programa de VIH en Sí a la Vida. Pero la financiación continua no está garantizada.
“Vivimos con la ansiedad de no saber qué va a pasar”, dijo Cabrera-Lara.
El Departamento de Salud Pública le ha encargado un proyecto de $150,000 al Instituto Familiar de la Raza. El objetivo es determinar cómo están contrayendo el VIH los latinos en la actualidad, cuáles son los sectores que se encuentran en mayor riesgo y qué deficiencias sanitarias persisten. Se espera tener los resultados en septiembre.
“El estudio podría ayudarnos a moldear, ajustar y expandir nuestros programas de manera que sean lo más efectivos posibles”, explicó Cohen.
San Francisco, que fue el centro de la epidemia de VIH a mediados de la década de 1980, estableció un modelo nacional de respuesta a la enfermedad. Lo hizo al construir una red de servicios de VIH para que los residentes pudieran acceder a pruebas gratuitas o de bajo costo, así como al tratamiento, independientemente de su seguro de salud o estatus migratorio.
Aunque los datos que surgen de los testeos realizados en la ciudad mostraron que los nuevos casos entre latinos disminuyeron el año pasado, los trabajadores de los servicios de prevención comunitaria están viendo lo contrario. Contaron que se están encontrando con más latinos diagnosticados con VIH, al tiempo que luchan por difundir información sobre las pruebas y la prevención —por ejemplo, utilizar medicamentos preventivos como la PrEP—, especialmente entre los jóvenes y las comunidades de inmigrantes homosexuales.
Los datos epidemiológicos de San Francisco en 2022 revelaron que 95 de las 213 personas diagnosticadas en una etapa avanzada del virus nacieron en el extranjero. Y la tasa de diagnóstico entre los hombres latinos fue cuatro veces mayor que la tasa para los hombres blancos no hispanos, y 1.2 veces mayor que la de los hombres negros no hispanos.
“Es una tragedia”, dijo Carina Marquez, profesora asociada de medicina en la División de VIH, Enfermedades Infecciosas y Medicina Global en el Hospital General Zuckerberg de San Francisco, el mayor proveedor de atención para el VIH en la ciudad. “Tenemos herramientas excelentes para prevenir y tratar el VIH, pero estamos observando esta gran disparidad”.
Debido a que los latinos son la etnia con menos probabilidades de recibir atención en San Francisco, los trabajadores de prevención comunitaria quieren que la ciudad aumente la financiación para continuar reduciendo las desigualdades del VIH.
Por ejemplo, la San Francisco AIDS Foundation quisiera contar con más promotores bilingües de salud sexual, en este momento tienen sólo cuatro, para cubrir las áreas donde los latinos se han mudado recientemente, comentó Jorge Zepeda, su director de Latine Health Services.
En Mission Neighborhood Health Center, que gestiona la Clínica Esperanza, uno de los mayores proveedores de atención de VIH para latinos e inmigrantes, el número de pacientes que buscan tratamiento ha aumentado de aproximadamente dos a alrededor de 16 por mes.
Entre los desafíos está conectar a los pacientes con servicios bilingües de salud mental y adicciones, cruciales para retenerlos en la atención del VIH, aseguró Luis Carlos Ruiz Perez, gerente de casos médicos de VIH de la Clínica Esperanza. La clínica quiere difundir mejor sus servicios de pruebas y tratamiento, pero no tiene el dinero suficiente.
“Mucha gente no sabe sobre los recursos que están disponibles. Punto”, dijo Liz Oates, orientadora de sistemas de salud de Glide Foundation, quien trabaja en la prevención y pruebas de VIH. “Entonces, ¿por dónde empiezas cuando nadie te contacta?”.
Esta historia fue producida por KFF Health News, que publica California Healthline, un servicio editorialmente independiente de la California Health Care Foundation.