Después de años de disminución constante, en 2017, unos 276.000 niños se sumaron a las filas de los menores sin seguro de salud, según un nuevo informe de la Universidad de Georgetown.
Aunque en términos estadísticos no es un gran salto -la proporción de niños sin seguro llegó a 5% en 2017, comparado con 4.7% el año anterior- todavía es sorprendente. La tasa de no asegurados por lo general se mantiene estable o cae en tiempos de crecimiento económico. En septiembre, la tasa de desempleo en los Estados Unidos alcanzó su nivel más bajo desde 1969.
“La nación está retrocediendo en el camino por asegurar a los niños, y es probable que esto empeore”, dijo Joan Alker, coautora del estudio y directora ejecutiva del Centro para Niños y Familias de Georgetown.
Alker y otros defensores de la salud infantil culpan de este cambio a la administración Trump y al Congreso controlado por los republicanos, porque dicen que sus políticas y acciones han obstaculizado la inscripción para tener seguro.
De acuerdo con datos del Censo analizados por Georgetown, la cantidad de niños sin cobertura aumentó a 3.9 millones en 2017, de aproximadamente 3.6 millones el año anterior.
Los niños hispanos siguen siendo los que tienen la tasa más alta de no asegurados: 7,8%, en comparación con el 4,9% entre los blancos no hispanos y el 4,6% entre las personas de raza negra no hispanas. (Los hispanos pueden ser de cualquier raza).
La tasa general de personas sin seguro en todas las edades, que cayó de 2013 a 2016 luego de la implementación de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), se mantuvo sin cambios: 8.8% el año pasado.
La proporción de niños con cobertura patrocinada por el empleador aumentó modestamente en 2017, pero no lo suficiente como para compensar la disminución de niños que se inscriben en Medicaid o que obtienen cobertura a través de los mercados de seguros del Obamacare, dijo Alker.
Si bien ningún estado logró frenar esta baja, nueve experimentaron aumentos importantes de niños sin cobertura médica. El mayor fue Dakota del Sur (de 4.7% a 6.2%), Utah (de 6% a 7.3%) y Texas (de 9.8% a 10.7%).
Más de 1 de cada 5 niños sin seguro en el país vive en Texas, aproximadamente 835,000 niños. Por lejos, el número más alto entre todos los estados.
En Florida vivían 325,000 niños sin seguro el año pasado, ya que la tasa de no asegurados para ese grupo de edad aumentó 0.7 puntos porcentuales, a 7.3%. California tenía 301,000 niños sin seguro, aunque su número se mantuvo prácticamente sin cambios, en comparación con el año anterior.
Otros estados con aumentos significativos fueron Georgia, Carolina del Sur, Ohio, Tennessee y Massachusetts.
Las tasas de niños sin seguro de salud aumentaron casi el triple en los estados que no expandieron Medicaid bajo ACA, según el informe. Los estudios han demostrado que los niños cuyos padres están asegurados tienen más probabilidades de tener cobertura.
Georgetown ha estado siguiendo estas cifras desde 2008, cuando 7,6 millones de niños, alrededor del 10%, no tenían de cobertura de salud.
Debido a que casi todos los niños de bajos ingresos son elegibles para Medicaid o para el Programa de Seguro de Salud Infantil (CHIP), el desafío es asegurarse de que los padres reciban información sobre estos programas, averigüen si son elegibles, los inscriban y los mantengan registrados, dijo Alker.
El Congreso tardó varios meses en aprobar el financiamiento del programa CHIP en 2017, por lo que muchos estados tuvieron que alertar a los consumidores sobre posibles congelamientos en la inscripción. El Congreso restauró la financiación federal a principios de 2018.
Además, el año pasado, las familias de bajos ingresos fueron bombardeadas por noticias sobre la intención del Congreso de derogar la ley de salud, que logró extender la cobertura a millones de personas. En los últimos dos años, la administración Trump ha recortado los fondos para los navegadores del Obamacare, que ayudan a las personas a inscribirse para tener seguro de salud.
Alker también señalo como algo negativo la propuesta de septiembre de la administración Trump, conocida como “carga pública”, que podría dificultar que los inmigrantes con papeles obtengan la residencia permanente (Green card o tarjeta verde) si recibieron ciertos tipos de asistencia pública, incluidos Medicaid, cupones de alimentos y subsidios para la vivienda. La tarjeta verde les permite vivir y trabajar permanentemente en los Estados Unidos.
OLE Health, un gran proveedor de servicios de salud con sede en Napa Valley, California, que atiende a muchos inmigrantes, dijo que ha visto a los pacientes retirarse de Medicaid en el último año. La directora ejecutiva, Alicia Hardy, dijo que muchos han abandonado la cobertura por temor a que la ayuda pueda poner en peligro su estatus migratorio.
“Tienen miedo de ser deportados”, dijo.
Estos eventos pueden haber influenciado para que las familias sacaran a los niños de las coberturas. “La alfombra de bienvenida ha sido retirada y, como resultado, vemos más niños sin seguro”, agregó Alker.
Y concluyó que la forma más fácil de cambiar la tendencia sería que más estados expandieran Medicaid. Catorce estados aún tienen que hacerlo. Aunque la expansión impacta en gran medida a los adultos, cuando los padres se inscriben, es probable que también inscriban a sus hijos.
La cobertura de KHN de los problemas de salud de los niños es apoyada en parte por la Fundación Heising-Simons.