Un brote de la enfermedad por coronavirus en un hogar de adultos mayores cerca de Seattle está generando reclamos de medidas preventivas en estas instalaciones, en las que los residentes corren un mayor riesgo de complicaciones graves debido a la doble amenaza de la edad y la convivencia cercana.
Hasta el martes 2 de marzo por la tarde, la aparición de la nueva enfermedad contagiosa en el Life Care Center de Kirkland, Washington, había dejado cuatro residentes muertos y otros hospitalizados, dijeron funcionarios de salud locales. Un trabajador de salud también está en el hospital. En total, el estado de Washington ha reportado seis muertes, dijeron las autoridades.
Oficiales de salud habían dicho anteriormente que, de los 108 residentes del hogar y 180 miembros del personal, más de 50 han mostrado signos de posible infección por COVID-19, el nombre dado a la enfermedad causada por un nuevo coronavirus que surgió en Wuhan, China, a fines del año pasado. Un comunicado de la directora ejecutiva del centro, Ellie Basham, informó que se han interrumpido las visitas de familiares, voluntarios y vendedores, y se suspendieron las nuevas admisiones.
“Los residentes y el personal están siendo monitoreados, y cualquiera con síntomas o que haya estado potencialmente expuesto se coloca en cuarentena”, escribió.
Este tipo de brote es el primero de su tipo en los Estados Unidos, en donde 2.2 millones de personas viven en entornos de atención a largo plazo y pueden estar en mayor riesgo debido a la edad y a las condiciones de salud subyacentes.
“Estamos muy preocupados por un brote en un ambiente en donde hay muchas personas mayores”, dijo el doctor Jeff Duchin, oficial de la agencia de salud pública del condado de Seattle y King.
La Asociación Estadounidense de Atención Médica (AHCA), que representa a 13,500 instalaciones con y sin fines de lucro para personas mayores y con discapacidades, emitió una guía actualizada el sábado 29 de febrero, en respuesta al brote de Washington. Se cree que el nuevo virus se propaga principalmente a través de gotas en el aire, y las directrices hacen eco en gran medida de las estrategias recomendadas para detener la propagación de otros virus respiratorios, como la influenza.
Eso incluye lavarse las manos con frecuencia, tanto el personal como los visitantes, agrupar a las personas que se enferman en una misma ala del edificio y pedirles a los familiares que están enfermos que eviten las visitas en persona.
Pero los miembros habían estado anticipando casos del nuevo virus, dijo el doctor David Gifford, director médico de AHCA y vicepresidente de asuntos regulatorios y de calidad.
Más de 85,000 personas han sido diagnosticadas con COVID-19 en todo el mundo, y ya ha provocado cerca de 3,000 muertes.
Los estudios de pacientes hospitalizados en China sugieren que la edad promedio de las personas que contraen el virus es alrededor de los 50 años, y que cerca del 80% de los casos de COVID-19 son leves. Sin embargo, un nuevo resumen en la revista JAMA informó que el virus tiene una tasa de letalidad de 1% a 2% en general, y tan alta como 8% a 15% en pacientes mayores en China.
Esta es una noticia alarmante para los residentes de centros de atención a largo plazo en los Estados Unidos, donde las enfermedades causadas por patógenos más comunes como los norovirus y la influenza estacional a menudo se propagan rápidamente, causando complicaciones graves. La respuesta inmune disminuye a medida que las personas envejecen, dejándolas más vulnerables a infecciones de todo tipo.
El doctor Karl Steinberg, geriatra que se desempeña como director médico de dos hogares y de una cadena de otros 20 en el sur de California, dijo que la noticia de los casos de COVID-19 en el centro de Washington es preocupante.
“Da mucho miedo”, dijo Steinberg. “Me preocupa que una vez que comience, sea muy difícil controlar la propagación”.
La situación puede ser similar a la propagación del coronavirus en los cruceros, como el Diamond Princess que estuvo en cuarentena frente a las costas de Japón, con una diferencia clave, dijo Steinberg. Las personas en los cruceros pueden estar confinadas en sus habitaciones con una interacción mínima con el personal y con otros viajeros. Los residentes de estos centros están allí porque necesitan ayuda con las actividades de la vida diaria, remarcó.
“Es un entorno muy desafiante para controlar un brote con tantos pacientes vulnerables”, dijo Duchin.
Duchin instó a las personas mayores y a los que tienen problemas de salud como enfermedades cardíacas, pulmonares y diabetes a que presten mucha atención a las precauciones, como lavarse las manos con frecuencia, mantener las manos alejadas de sus rostros y evitar tener contacto con personas que muestran signos de enfermedad.
Las directrices recién publicadas de la Society for Post-Acute and Long-Term Care Medicine exigen aumentar la higiene de las manos, aislar a los pacientes infectados y tener planes —como personal de apoyo— para garantizar que los trabajadores de salud se queden en casa si están enfermos. Las pautas también exigen el control de visitantes y controles diarios de temperatura para los residentes y el personal.
Los centros deben permanecer en contacto cercano con los funcionarios de salud locales sobre las acciones apropiadas, dijo Gifford. Las autoridades, y las familias, deben pensar detenidamente antes de tomar medidas como sacar a los pacientes de los centros de enfermería durante un brote.
“Evacuar una instalación no es algo bueno”, dijo, y señaló que mudarse puede ser traumático para las personas frágiles y de edad avanzada.
Los casos de hogares de adultos mayores son ejemplos de transmisión comunitaria del virus, que ahora se ha detectado en California, Oregon, Washington y Nueva York. Ninguna de las personas hospitalizadas tenía un historial conocido de viajes a otras naciones en donde el virus se está propagando o contacto con un viajero diagnosticado con la enfermedad.
Sin embargo, investigadores de Seattle informaron el sábado por la noche que un nuevo análisis genómico sugiere que el virus puede haberse propagado en el estado de Washington desde mediados de enero, cuando un hombre del condado de Snohomish de 35 años que había visitado Wuhan, China, fue confirmado como el primer caso de coronavirus en los Estados Unidos.
“Esto sugiere fuertemente que ha habido transmisión críptica en el estado de Washington durante las últimas seis semanas”, tuiteó Trevor Bedford, biólogo en el Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson de Seattle, que está rastreando el virus. Calculó que podría haber “cientos” de infecciones en el estado.
Al menos 105 casos de infección por coronavirus han sido confirmados o dado presumiblemente positivos en el país (al 3 de marzo), y oficiales de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) dijeron que los estadounidenses deberían esperar escuchar más informes de enfermedades en los próximos días y semanas.
Los nuevos casos de Washington y las primeras muertes reportadas en el país se identificaron solo después que los CDC ampliaran la definición de quién podría hacerse la prueba del virus y después que los estados y los hospitales obtuvieran más margen de maniobra y suministros para realizar sus propias pruebas.
Un equipo de los CDC ya está colaborando con funcionarios de salud locales y estatales para investigar el brote del Life Care Center. “Tenemos una investigación complicada por delante”, dijo Duchin.
Mientras tanto, Steinberg dijo que él y otros tomarán precauciones para evitar la posible propagación de los casos de COVID-19 en entornos de atención a largo plazo y actuarán rápidamente para contenerlos, si es necesario.
“No hay mucho por hacer más que protegernos y esperar que no sea tan malo”, dijo.
Esta historia fue actualizada el 2 de marzo de 2020 a las 12:35 pm para reflejar las nuevas cifras.